HASTA LA GRADUACIÓN 🎓

HASTA LA GRADUACIÓN

Todo comenzó una calurosa tarde de verano en la Universidad de Bangkok. Tian, un estudiante de último grado en la facultad de Ingeniería, corría apresurado para recoger a su hermano menor, Joong, que estudiaba Arquitectura. Aquel día, la facultad de Arquitectura estaba repleta de estudiantes trabajando en sus proyectos finales, y la atmósfera estaba cargada de creatividad y estrés.

Al llegar a la facultad, Tian, distraído y ansioso por encontrar a Joong, chocó accidentalmente con Dante, un popular estudiante también de último año y amigo cercano de su hermano. Dante era conocido no solo por su talento en la arquitectura, sino también por su carisma y su habilidad para hacer amigos con facilidad.

—¡Lo siento! —exclamó Tian, recogiendo rápidamente los papeles que se le habían caído.

—No te preocupes —respondió Dante, ayudándole—. Eres Tian, ¿verdad? El hermano de Joong.

—Sí, ese soy yo. ¿Lo has visto?

—Estaba en el taller hace un rato. Te llevo.

Durante el trayecto, comenzaron a hablar sobre sus estudios y futuros proyectos, descubriendo que tenían más en común de lo que esperaban. Ese primer encuentro, aunque accidental, fue el inicio de una amistad que pronto se haría más fuerte.

Después del incidente, Dante y Tian se hicieron más cercanos. Debido a la amistad que Dante tenía con Joong, se veían con frecuencia y desarrollaron una amistad y un gran cariño. Pasaban horas hablando sobre sus sueños, ambiciones y miedos. Tian se sorprendía a sí mismo deseando cada vez más la compañía de Dante.

Conforme pasaba el tiempo, sus amigos y compañeros comenzaron a notar que su cariño parecía ir más allá de una simple amistad. La forma en que se cuidaban y trataban sugería que su relación se había convertido en algo más profundo. Sin embargo, Dante no quería aceptar esta verdad.

Tian, en lo más profundo de su corazón, sabía que estaba enamorado de Dante desde el primer día que lo vio, esa tarde en la que chocaron por accidente. La manera en que se cuidaban mutuamente no era una simple amistad para él. Pero Dante tenía miedo de lo que la gente pudiera pensar de sus preferencias, a pesar de que algunos de sus amigos y gente a su alrededor pertenecían a la comunidad LGBTQ+.

No fue hasta el final del verano que Dante y Tian, por cuestiones de la universidad, empezaron a realizar proyectos de ayuda comunitaria en pequeños pueblos lejos de la ciudad. Durante esos viajes, vivieron situaciones que reforzaron su amistad. Una tarde, mientras jugaban y corrían bajo la lluvia, Tian sintió que aquellos momentos eran perfectos y deseaba que nunca terminaran. También recordaba con cariño las mañanas en las que plantaban árboles y ponían junto a ellos sus nombres o sus frases favoritas, dejando una pequeña parte de ellos en aquellos pueblos.

Estos proyectos no solo los acercaron más, sino que también les hicieron reflexionar sobre sus propios sentimientos. Tian sabía que estaba enamorado, pero temía que confesárselo a Dante pudiera arruinar lo que tenían.

Pasaron los días y las semanas sin que ninguno de los dos se atreviera a hablar del tema. Hasta que un sábado, Tian decidió que ya no podía seguir ocultando sus sentimientos. Habían pasado una tarde maravillosa ayudando a una comunidad local, y mientras volvían al campamento, Tian aprovechó la tranquilidad de la noche para hablar.

—Dante, hay algo que necesito decirte —comenzó, sintiendo su corazón latir con fuerza.

—¿Qué pasa, Tian?

—Desde que te conocí, supe que eras especial para mí. No solo como un amigo, sino como algo más. Estoy enamorado de ti.

Dante se quedó en silencio, sorprendido y abrumado por la confesión. Aunque en su corazón también sentía algo especial por Tian, el miedo al rechazo social era más fuerte.

—Tian, yo… no sé qué decir. No puedo corresponderte de la manera que quieres. Lo siento.

El rechazo de Dante fue como una daga para Tian. A partir de entonces, comenzó a distanciarse, siendo muy cortante y evitando encontrarse con él. Su relación cambió drásticamente, ya no solían verse tan seguido y mucho menos compartir tiempo juntos como antes.

Dante, al notar el cambio de actitud de Tian, trató de acercarse nuevamente, pero Tian ya no quería saber nada de él. Y así pasaron el resto del año, hasta que unas pocas semanas antes de la graduación, Dante tomó la decisión de intentar acercarse a Tian una vez más.

Se armó de valor y fue a buscarlo al taller de ingeniería. Lo encontró trabajando en su proyecto final, absorto y con una expresión de tristeza en su rostro.

—Tian, tenemos que hablar —dijo Dante, decidido.

—No tengo nada que decirte —respondió Tian, sin mirarlo.

—Por favor, solo escúchame.

Tian finalmente levantó la vista, viendo la sinceridad en los ojos de Dante.

—Está bien, te escucho.

Dante tomó una profunda respiración antes de hablar.

—Tian, he sido un cobarde. Durante todo este tiempo, he tenido miedo de lo que la gente pudiera pensar, pero me he dado cuenta de que no puedo seguir viviendo así. Me importas más de lo que estoy dispuesto a admitir, y no quiero perderte.

Tian lo miró, tratando de procesar sus palabras.

—¿Y qué cambia ahora?

—Cambia que estoy dispuesto a aceptarlo y a luchar por nosotros, pero necesito que me des una oportunidad. Solo quiero que intentemos estar juntos hasta la graduación. Si después de eso decides que no quieres seguir, lo aceptaré.

Tian accedió y aceptó los sentimientos de Dante, pero con la condición de que solo saldrían juntos hasta el día de la graduación, ya que estaban a punto de graduarse y estaba tan agotado que no quería arruinar sus primeros días saliendo. Es por eso que Tian tomó esa decisión.

Durante las semanas que faltaban para la graduación, Tian y Dante pasaron mucho tiempo juntos, disfrutando de cada momento. Redescubrieron la alegría de estar uno al lado del otro y construyeron una relación basada en el respeto y el amor.

Llegado el día de la graduación, Dante, nervioso pero decidido, le propuso a Tian compartir una parte de su vida juntos.

—Tian, no quiero que esto termine hoy. Quiero seguir contigo, más allá de la graduación. ¿Qué dices?

Tian, con lágrimas en los ojos, aceptó muy alegre.

Y así, hasta la graduación, lograron estar y compartir sus días, encontrando finalmente la aceptación y el amor que ambos deseaban. La ceremonia de graduación no solo marcó el fin de sus vidas universitarias, sino también el comienzo de una nueva etapa juntos.

 

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