¿Hasta
ahora no puedo entender cómo es posible que hayas sacrificado tu vida por
ellos?

No entiendo cómo se puede
dejar atrás los sueños y los anhelos, truncar tus metas, acabar con todo eso
que alguna vez imaginaste hacer, con lo que alguna vez pensaste vivir.

Simplemente terminar con
todo, y arrancar de raíz ese tallo de sueños que alguna vez fue creciendo en
ti, cuando aún eras muy joven.

Con el tiempo fuiste dejando
esos sueños, fuiste consumiendo esa llama que enardecía tu vida, poco a poco se
fue apagando el fulgor en tus ojos y finalmente, mataste a la soñadora que
iba creciendo en ti.

Aún me sorprende a pesar de
los muchos años que ya pasaron. Pero no te puedo juzgar, solo soy un
hombre que al igual que tú también tiene sueños, claro en mi caso prefiero
no sacrificarlos por nadie, pero esto no se trata de mí, si no de ti, de cómo
diste tu brazo a torcer y perdiste el norte en el inmenso mar de sueños que
tienen las personas.

Pero vuelvo al acecho, quiero
seguir recriminándotelo, pues pienso que no merecías esto, que tu vida puedo
ser mejor, que pudiste llegar más lejos, anhelar más. Pero no, acabaste con
todos tus sueños, por los de otros. Sueños que ni siquiera tienes la
certeza de si se lograrán. Por último, no sabes cómo acabarán esas vidas, solo
tienes una falsa ilusión de ello.

Perdóname el reproche, pero
trato y no logro entender, como es que tiraste todo ese esfuerzo tuyo al tacho
por lograr lo que quisiste, que incluso ya habías empezado a encaminarlo.
Pero no, abandonaste todo y acabaste con la joven soñadora solo para
cuidarlos, para cuidarme, para hacerte cargo de todos nosotros.

Pudiste ser una gran
profesional en lo que solías hacer, pero lo sacrificaste por otras
vidas, por nosotros tus hijos. Perdón por reclamártelo de esta manera, pero pienso que
jamás entenderé lo que es sacrificarse de esa forma, el dejar todo lo que
soñaste, por el amor de otros. Y lamento las veces que fui un estúpido al
tratarte mal, al responderte y al no obedecerte en las muchas veces que me
hablabas. Pero es que solo hasta hoy me di cuenta del gran sacrificio que
has hecho por nosotros, y es que solo hasta hoy entiendo tu maravillosa labor
abnegada. Y, con los ojos acuosos y las mejillas empapadas, te pido
perdón, por no entender lo duro que fue para ti hacerte cargo de nosotros
y lo difícil que fue dejar ir todo lo que soñaste realizar alguna vez
en tu vida por protegernos.

Ahora, veo ya tus ojitos cansados,
siento ya tu lento caminar y veo en tus manos las grietas que han dejado
el paso de los años y lo rápido que paso el tiempo llevándose tu fuerza
juvenil.

Lo que más me sorprende es que el brillo
de tus ojos se apagó, pero en su lugar empezó a brillar una nueva luz, una
luz más contundente, una luz no solo guiadora, sino protectora y
maternal.

Cambiaste, atrás quedo esa joven
muchacha, tenaz, infantil y vigorosa, para dar paso a la mujer protectora,
segura y amorosa, que fue capaz de matar sus sueños por el amor de sus hijos.
Jamás dejaré de agradecértelo, aunque algunas veces sea un completo imbécil, no
dejaré de recordarte que tu sacrificio no fue en vano, y que siempre habrá
orgullo y felicidad en mi pecho, por la mujer que perdió todo, por ganar mucho
más de lo que soñó, pues es eso lo que reflejan tus ojos al mirarme con
ternura, y es eso lo que me dicen tus labios al besar mi frente y bendecir
mi vida.

Se que no hay forma de agradecértelo,
pero en mi diario caminar, busco las formas de hacerlo, aunque me sea difícil
decírtelo sin soltar algunas lágrimas y sin que se me quiebre
la voz al expresarte mucho que te amo. Sabes que me es más fácil
escribírtelo, pues es sencillo para mi verter mis emociones en un trozo de
papel, plasmar mi amor por ti entre páginas. Pero empezare a retribuirte todo
este amor directamente a ti, sin el papel intermediario y sin el canal escrito
que tanto suelo usar. Pues no hay nada mejor que expresar el amor humano con
gestos, más que con palabras.

Gracias, ahora soy un hombre por ti,
ahora soy mejor persona debido a tus cuidados y ahora soy feliz por ti.

P. D: Te amo mamá.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS