Estoy enojada.

Quiero gritar, 

llorar,

romper.

Pero ya está todo roto.

Ya lloré.

Ya grité.

Y sigo enojada.

Estoy enojada conmigo,

con vos,

con el mundo,

con la vida.

Estoy enojada.

Y no es culpa de nadie.

Y es culpa de todos.

Estoy enojada.

No quiero estar enojada.

Pero no puedo no estar enojada.

Este enojo me pierde.

No me deja pensar.

No me deja sentir.

Me marea.

Se me atraviesa en la garganta.

Se me cuela en los huesos.

Se me sale por lo poros.

Se me escapa por los ojos.

Mi boca no lo puede contener.

Estoy enojada.

Y me enojo para salvarme.

Me enojo para cuidarme.

Para poder escaparme.

Es injusto enojarme.

Pero quiero sanarme.

Y para eso tengo que enojarme.

Voy a seguir enojada.

Algunas horas.

Algunos días.

Algunos meses.

Pero cuando el enojo pase,

Porque va a pasar.

Voy a volver encontrarme.

Y cuando me encuentro

soy invencible.

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