Tres meses después nos enteramos de que estaba embarazada.
No podía ser de Alejandro: en esos días no habíamos tenido relaciones.
Usábamos el método del ritmo.
Después de aquel día, todo entre nosotros se rompió.
Yo no lo podía perdonar.
Él tampoco podía perdonarse.
Y así es como a veces muere un amor sin que nadie quiera matarlo.
OPINIONES Y COMENTARIOS