Ahora el café siempre sabrá amargo. Porque el café más dulce sólo se puede recolectar en el universo de tus ojos.
La brisa ya no será lo suficientemente cálida. Después de sentir tu respiración en mi mejilla todo se torna frío.
El compás del reloj ya no suena, porque en mi cabeza solo queda el ritmo al que marchan los latidos de tu corazón.
El tiempo se convirtió en una invención, una ilusión creada por la humanidad para establecer un ritmo cotidiano.
La noche perdió su viveza, la luna perdió sus orejas y ya no brilla con tanto esplendor.
Y mi cama… Ahora siempre está fría.
Oh gran espíritu de la vida, ¿Podrías volver con tus colores y pintarlo todo?
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