«Existencia» En realidad no quería escribir.

«EXISTENCIA» EN REALIDAD NO QUERÍA ESCRIBIR

Como un instante… llegue tarde como de costumbre, mi alma tendré que encontrar.

Si mi presencia no te hace evolucionar seguro que lo hará mi ausencia

El camino se complica, he vivido tantos dolores que ya ni siquiera me duelen. La persona que yo más necesitaba me enseño que yo no necesito de nadie.

Dicen que la mejor forma de filosofar es teniendo el corazón herido, yo lo hago porque estoy emocionada y descubrí el gusto por el arte y las ciencias exactas. En la actualidad hay una disciplina que recién dominó, y que ha dejado aclarado todo.

No hay opción, estas letras son parte de mí. Me han llevado a ser tierna, pantano, campo y leña seca.

Traen consigo una lluvia y una intensa calma.

Yo agrego, que hay abrazos que sacuden nuestras vidas, los huesos preciosos y que entumecen todo a nuestro alrededor.

Eran caminos que había que pasar. Él era un lienzo con mi alma, cobarde con la mirada , pero yo lo amaba con todo mi ser y estaba ilusionada con su inexistencia.

Lo amé, sus brazos sacudían mi vida y sé que a veces él también me quiso. Amarlo fue un suspiro, en algún lugar allá afuera, donde caen las gotas, donde en el medio mis cartas esperan.

Y donde decide jugar con una explosión cercana, con heridas parecidas, con un relato escondido en una tarde lluviosa.

… Melancólico y bohemio, apareció de repente, apenas vislumbraba pero permitió vernos como dos náufragos de nuestra propia existencia.

Siempre lo amé, la oscuridad como un pájaro se disipa, como sus expresivos ojos que no saben donde ir.

Su recuerdo siempre está, siempre regresa.

Pero surgió algo inesperado y que se convirtió en algo inimaginado.

Era la libertad de salir a buscarse y caminar la vida luchando contra nuestros egos.

Querido chico de piel morena, el cielo está verdoso y vengo sintiendo al destino, la única ventana me muestra una tarde gris y mi añoranza te escucha.

Mi vida tiene un antes y un después, siento tus palabras describir a unas horas de tu llegada, avanzó entre la exaltación hiperbólica y la cotidianeidad mundana.

Estamos frágiles, como dos sombras alineadas, apenas nos miramos de reojo. El Recuerdo está donde quiera que vaya, progresa aprendiendo mientras pasa el tiempo, siempre es como volar, como acostarse sobre el mar. En el mar navegué mucho tiempo y naufragé varios días.

Observo a mi alrededor, aquí estoy yo de nuevo, aunque no me lo crean. Porque pasan los años y hay tanto sol como en la sombra y nos miramos sin siquiera mirarnos.

Ya no estoy para esos trotes, se aprende a vivir con la ausencia, con los labios de madera, con el destino invisible.

Así que, esto nos permite una particular forma de existencia.

Sin dudas, nuestro mundo interior es tan diferente como las noches ásperas, frías y sin sentido.

Ojalá la vida sea más amable.

¡No pienses!

El silencio siempre es duro, nos grita con amarga tristeza. Si me preguntasen ahora que quiero, definitivamente diría que ahora tengo muchas formas para mantenerme de pie.

Marcador de la vida, le hice 160 cartas, 1 libro, 96 poemas, 1 escrito y mil letras que huyen de mí a un desconocido.

Él es el dueño de un lazo enredado en un recuerdo, es una miel que deje de esperar y que por llorar conocí la muerte.

Conozco cada fragmento, nada ha sido tu ni como tu, pero en tanto la tormenta llega.

¿Cómo es después de todo el fin del amor?

La esencia se transforma, el silencio renace, la actitud es esplendor, también es brillo encantador.

La vida se cose a despedidas y encuentros, según dicen es bueno escribir poesía, ellas hacen que las ideas sean aplicadas pero dementes, teje esferas vacilantes que traen magia y encuentra sentimientos para que los perezosos se vayan de mi.

Existencia… suena muy fuerte, como la melancólica realidad, por eso escribo.

Me da miedo volver a la oscuridad.

Así es la vida, la vida es lo que va sucediendo mientras tú haces planes, lo que te deja ser, escribir te da la oportunidad de un nuevo comienzo, de un final.

Hoy ví mi sonrisa otra vez.