Año tras año, cambiamos. La mente se sumerge en laberintos muchas veces interminables y otras que tienen un fin, un acuerdo, un significado, una voz, un sentido, un sentir, un oír. Pero nunca nos quedamos en el punto que iniciamos y a eso le llamamos evolución… todo es temporal, nada es eterno. Mientras la mente divaga en un mar de ideas, muchas veces con definición y otras veces no, muchas veces con coherencia, otras no. No es que haga falta cordura, todos tenemos algo de locos, algo impensable, pero que siempre se piensa y muchas veces se ignora. No es que esta sociedad nos haya aturdido de temores, de pensamientos negativos o que nos tenga frustrados, simplemente es nuestra naturaleza, algo así como el bien y el mal, y aquella capacidad de elegir. Muchos elegimos el bien o lo que creemos que esta bien, teniendo en cuenta nuestros intereses, no es egoísmo, es lo que nos han enseñado, y nos cerramos muchas veces a nuevas ideas, que tarde o temprano terminan influyendo en nosotros, aunque sea muy mínimo, nos ayudan a evolucionar.
Son tan pocos los seres humanos sin sueños, sin metas. Creo que hoy en día todos queremos alcanzar nuestros sueños, muchos no hacemos nada para lograrlo, otros hacemos tanto para lograrlo. Siempre he tenido una premisa en mi vida: » Todo lo que quieras, lo puedes lograr con persistencia, sin importar cuántas veces falles». Creo que en algún momento de mi vida la olvidé, creo que en algún momento de mi vida interpuse a muchas personas por encima de mis sueños, coloqué excusas, momentos, situaciones, miedo al fracaso, temor a las burlas. Sinceramente, siempre fui rebelde, siempre consideré necesario hacer las cosas diferentes a los demás, y no entiendo en que momento me dejé llevar de todas estas excusas para no seguir soñando.
Me considero demasiado sensible, tal vez por eso amo la literatura, tal vez por esa razón amo escribir, siento que esto me fluye con tanta facilidad, que las ideas solas se organizan de mi mente directamente en el papel, tal vez será aquel filtro que mencioné en el resumen de esta obra, ¿Quién sabe? pero considero la escritura como mi pasión, no existe nada más en el mundo que me apasione, que me envicie, que me transforme, que me haga olvidar que existe algo más en el mundo, como lo hace la escritura.
Cada pensamiento es una orden directa a tu cerebro, pienso eso también, que todo lo que tu mente logre pensar, ella misma te dará las herramientas necesarias para realizar, eso que haz pensado.
Nuestra evolución no está en lo que logramos, en lo que estudiamos, en lo que trabajamos, nuestra evolución está en nuestra mente y en todas aquellas ideas que construimos.
Y, ¿Cuándo hablamos de experiencias a que nos referimos? A todas aquellas ideas materializadas, aquellas ideas que nuestra mente, nuestra disposición, nuestra convicción, convirtió en realidad.
Cada persona decide cual será su realidad, cada persona crea su realidad, somos responsables cien por ciento (100%) de todas nuestras experiencias.
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