De los dos, yo era el verdadero ángel.
Me proclamo yo misma porque no hay nadie.
Sin deudas, ni deshonor.
Soy lo mejor y lo peor.
No tengo nada pero ahora lo veo todo.
Buscando elevarme sobre la carne
buscando ser espiritualmente elegante.
A través de espejos rotos,
encuentro algo de paz.
OPINIONES Y COMENTARIOS