La luna atrevida mira distraída
A través de las hendijas del gris ventanal.
Y un raro silencio de ramas dormidas,
Reflejan su sombra en el frío canal.
Por él tu pañuelo de fino bordado
Se fue acongojado llorando su mal.
Tus sueños de madre cayeron rendidos
en el sinsentido de la soledad.
Espero y esperas que el reloj visceral
Regrese a ese tiempo y olvide el actual
Imágenes muertas, inconsciente banal,
No tiene sentido esperar y esperar.
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