Es que solo yo podría reconocerte a ciegas,
podría saber, sin miedo a fallar, que se trata de ti.
Aunque me arranquen los ojos, yo podría observarte,
y estaría muy seguro de que estás junto a mí.
En los rincones de mis adentros
se perversan órganos internos;
en las esquinas de mis pensamientos
se lastiman preguntas y arrepentimientos.
Debes saber que te he mentido
al decirte lo que siento,
pues no solo te estimo,
sino que necesito de tu cuerpo.
¿Estarías a mi lado? ¿Deseas no irte lejos?
No finjas querer quedarte,
porque me he decidido
a contarte todos los secretos.
Han pasado años, para mí pasaron siglos,
cuando, en un momento, interrumpe un aura de dulce luz.
Al instante supe que eras tú,
y me río porque dije que volvería a estar junto a ti.
Tocaría tus manos y sabría…
Pasaría por tu lado y muy lejos me iría.
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