Un horizonte diferente, no escogido. Un cielo gris. Un nuevo idioma. Gente mirando sin ganas, gente paseando sus ansias, sus desenfrenos, sus grandes satisfacciones. Gente que acompaña y olvida. Que apretuja y olvida. Que te arrastra con ella hacia el ningun lugar a donde se dirigen con premura. Gente sin alma que te desangra aun mas que al otro lado. A ese lado del mar. Ese caliente, viejo, delabrado e ingenuo lado del mar.

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