Algo me decía que no estaba en lo cierto o que tal vez nunca lo estuve. Si de algo estaba segura o decidida era buscarlo nuevamente. Sin saber por que o que. Siempre obstinada. Me fue fácil encontrar su numero y dejarle un mensaje para vernos; profundamente sabia que el diría que si pero que nunca llegaría el día que lo pueda cumplir. Mi asombro es que lo cumplió y con unos minutos mas de la cuenta, el llego…vestido de una chaqueta negra y pantalón obscuro, un look que a mi pensar siempre me atrajo. Fuimos a un bar, supongo que uno de sus mas recurrentes lugares, un lugar tranquilo y adornado, si pudiese describirlo en un color, seria el café. Nos sentamos en una mesa, un poco apartados. Fue entonces cuando pude verlo a los ojos, y no me sentí amenazada. Fue algo tranquilizador, aunque llevaba como la primera vez su aura de defensa e ironía. Aunque siempre fueron dos cosas que me molestarían en la gente habitual, con el no fue así. En algunos lapsos me sentí como si yo estuviese hablando con mi otro yo, pero en otros lapsos eramos totalmente distintos; algunas veces trate de evadir con desprecio ciertas palabras de su parte y algunas otras veces solo pude ver que el no era mas que una concha del mar, con una coraza irrompible, pero dentro de esta había algo mas que solo arena y agua.
Y yo….yo lo sabia….
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