El humano es un enjambre de abejas donde su silencio es tan inútil como el dolor de sus picadas.

El poeta es el profeta olvidado en la cumbre del cosmos.

He allí a la esperanza, el motor encendido sin gasolina ni batería.

No era el calor causado por el sol, sino la calentura que produjo tu sensual sonrisa.

Besé tus labios y me tragué tu alma.

Me perdí en el sonido olvidado de un siniestro Do menor asolado por la lluvia del invierno que nunca llegó.

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