Llegue a un nuevo lugar, ese primer día me tenía bastante inquieta para ser sincera. En mi anterior colegio era respetada y admirada por todo el mundo, tenía las mejores calificaciones y muchos profesores predecían el paraíso para mi futuro.
-Por favor señorita, no deje que su hija se vaya a cualquier lugar-. Decía una profesora.
-exacto! Con el talento que tiene su hija y ese espíritu, es un verdadero ejemplo a seguir-. Aseguraba otra.
Yo no podía hacer más que creerme tal cuento, que en parte era una realidad, pues en definitiva era una chica aplicada y talentosa, pero no me gustaba eso de ser un ejemplo a seguir. Desde que mi madre observo mis habilidades académicas y artísticas no hizo más que potenciarlas, exigirme cada vez más para no perderme en ellas y lamentablemente aquello afecto negativamente en mí.
Tenía las expectativas de todos sobre mí, no podía decepcionar a mamá así que decidí poner mi mejor cara apenas pisé el establecimiento. El esfuerzo que haría este año por pagar un colegio particular no lo iba a menospreciar, nunca tuvimos apoyo económico de nadie que no fuese mi abuelita o mi tío. Esta demás decir que la palabra “papá” estaba fuera de mi vocabulario.
Entre al salón y me senté en un lugar medio vacío, dejé mis cosas y salir para tomar aire. Una presencia se acercó a mi provocándome un susto.
-hey! Tranquila, tranquila, ¡no muerdo! -. Embozó una sonrisa. – a ti no te conozco, ¿eres nueva?
– dios, lo lamento, ni siquiera noté cuando te acercaste y respondiendo a tu pregunta si, lo soy- mire yo bastante desconfiada-.
-ya veo, bienvenida al infierno, espero hayas traído bloqueador solar- guiño un ojo-.
-entonces los rumores eran ciertos, hay bastante exigencia- supuse yo-.
-nah, pero créeme que en unas semanas desearas no haber entrado-. Afirmó-. Por cierto, ¿Cómo te llamas?
-América. -respondí-. ¿Y tú?
-francisco, voy en 2do medio, no suelo ser simpático con los nuevos, pero si necesitas algo te aconsejo que acudas a mí. La hipocresía y cinismo aquí es como pan de cada día-. Respondió.
Pero no logre escuchar bien lo último porque cuando dijo su nombre y curso quedé helada. Había un miedo que me asechaba durante las semanas previas al inicio de clases y era justamente este. Conocer a mi hermano. Al hijo mayor del hombre que nunca quiso ser mi papá.
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