¿Por qué juegas estos juegos?
El cielo sabe a nubes con sabor a vainilla suave en tus brazos
¿Cómo podré permanecer de esta manera?
El cielo podría esperar con tus juegos…
Johnny tenía razón, no seas ingenua, no te ama
No debí subir aquella noche de verano cálido de guantes de seda, piel de cordero y sangre impía
Sería una reina, tu enfermera, tú esclava tarotista, sí tan sólo lo hubieses pedido…
Pero las rosas más valientes cantaron ante el festín del dolor
Viéndote como te alejabas
Con tus juegos macabros
El cielo ve y llora junto a mi
Nada puedo hacer para que te quedes
Johnny ya lo predijo en mis manos con lágrimas
No quise creer
No quise, no pude escuchar
El encantamiento de la sangre roja de juventud fue ejecutado.
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