Marzo 31. 2013
Domingo
Hoy bajé del apartamento, fui al parquecito de enfrente para tomarle una foto al edificio. Le tomé una foto a mi ventana abierta. Siento como si me fuera a olvidar de todo esto. Hice varias fotos, quizás demasiadas, y solo al organizarlas para escoger las mejores, descubrí en una de ellas a una mujer que pasa caminando. La mujer se ve extraña, como si pretendiera desaparecer de la foto, como una mujer fantasma. Debido a ella escogí esta foto para ponerla en el estudio. Mi estudio no tiene muchas fotos todavía.
Abril 7. 2013
Domingo
Odio las rutinas, los cronogramas, las copias de un día a otro, eso que hace que un lunes se parezca a un martes, y un martes a un miércoles y así de forma sucesiva; o lo que es peor, que cada lunes sea idéntico, que cada martes también. Es como repetir mi vida, repetirme a mí mismo hasta caer en el hastío degradante. Quizás por eso cuando salgo en las mañanas para recorrer las cuadras que me separan de mi trabajo, trato de variar las aceras, cambiar las rutas, buscar las miradas que me digan que no estoy en el día de ayer.
A veces salgo temprano y puedo ver cosas que otros días se ocultan con el afán. Así me pasé la otra mañana parado en el parquecito que da al frente de la pizzería, antes de entrar a trabajar, me puse a mirar las copas de los árboles atraído por el sonido de un pájaro carpintero. Jugaba a encontrarlo. Tenía suficiente tiempo antes de recorrer los cien metros para empezar mi jornada, pero al final no lo pude hallar.
Contrario a mis deseos, en mi trabajo no suceden muchas cosas diferentes, alguno que otro incidente o alguna que otra visita que cambia la rutina; por eso los pequeños cambios deben correr por mi cuenta así nadie los note. Esta semana hubo una reunión con la gente de la Federación de Cafeteros, están revisando la posibilidad de trasladar el tradicional curso de preparación de café a la pizzería. A los de la federación, después de compartir un fin de semana con los Valencia, les suena la idea de sacarlo por una semana del edificio del centro donde siempre se ha hecho y traerlo acá a San Fernando. Creo que quieren devolver algo del Café Juan Valdez a San Fernando.
Esta parte de la ciudad donde se encuentra el antiguo barrio San Fernando, y que alguna vez fue el extremo sur de Cali, había visto el esplendor, las casas grandes y los destellos de una llamada arquitectura moderna; pero luego con el paso del tiempo vino también el ocaso y en parte un cierto olvido. Ahora, de forma más bien reciente se volvía a poner de moda el barrio con la apertura de una serie de restaurantes y tiendas alrededor del tradicional Parque del Perro. Así llegó el Café Juan Valdez de la Federación de Cafeteros, quizás arrastrado por el éxito de la sede del barrio Granada, hasta que un día por motivos financieros, como debe de ser, decidieron cerrar y dejar que cafés más modestos tomaran su lugar.
Abril 10. 2013
Miércoles
En la pizzería, mientras reviso los turnos y arreglo las hojas de trabajo, veo a una mujer en las mesas de la terraza que me devuelve veintitrés años atrás. En ese entonces caminaba las mismas cuadras como un zombi todas las mañanas para llegar al paradero y esperar el bus del colegio. Con el tiempo empecé a notar que siempre caminaba por la misma acera, la del lado izquierdo, y que por la del lado derecho iba ella. Después supe que su nombre era Gloria. Estoy casi seguro que nunca hablamos. Quizás un saludo y una o dos palabras en un periodo de casi dos años y eso no es hablar. Solo cuando la dejé de ver conocí más de ella. Gloria terminó su colegio y yo el mío y aunque pasé muchos años en el mismo barrio, en diferentes casas, nunca la vi de nuevo. De Gloria me dijeron que por esos mismos días del colegio sufrió una posesión demoniaca. Que decía palabras con una voz prestada y que en las paredes de su cuarto aparecieron marcas extrañas. Luego supe, no sé si antes o después de eso, que tuvo un novio que su familia no quería y que después de un impensable exorcismo, su vida se había trasladado a otra ciudad.
Esta noche la mujer de la terraza tiene el mismo rostro de Gloria.
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