En la ventana

6:00 de la mañana, sonó la alarma y me desperté y me asome a la ventana como de costumbre solo para ver a él salir de su casa, lleva unos shorts rojos, camiseta gris y tenis blancos. Todas la mañanas el sale de su casa para hacer ejercicio y yo lo miro desde mi habitación imaginando mil historias que podrían darse entre nosotros.

6:45 de la mañana y me asomo de nuevo a la ventana de mi cuarto para verlo regresar todo colorado y sudado, pero no deja de verse lindo.

Así es como Alice pasa todas sus mañas, no hay un solo día en el que ella no esté en su ventana en espera de su salida o de su regreso.

6:00 de la mañana, corro a la ventana y lo veo salir, en esta ocasión sus shorts son azules. Él se acomoda su celular en el antebrazo y por una extraña razón que seguro es cosa del destino mira hacía mi ventana. ¡SANTO DIOS! Pero que tonta soy, el me vio flagrante y mi respuesta inteligente fue sonreírle y cerrar de golpe mi cortina.

A las 6:45 ni de broma me asomo a la ventana para que no me vea y sospeche.

Parece que la vida de Alice se resume a primeros 45 minutos de cada mañana cuando despierta, pero no es así, ella va la universidad por la mañana y en las tardes practica voleibol en el equipo de su colegio.

6:00 de la mañana y ya estoy en la ventana y esta vez el voltea directamente a mi ventana, me y me saluda. Me pongo roja y nerviosa pero también lo saludo y me doy6 la vuelta.

Me recuesto en mi cama y pienso en lo bello que es y lo tonta que debo verme espiándolo por mi ventana y peor aún, que él me cachara, pero ya no había marcha atrás, ahora el sabía que me gustaba o al menos que alguien le observaba por las mañanas.

Alice se levantó de su cama y se arregló a toda prisa para ir a la universidad. Alice y el chico de enfrente estudian en la misma universidad pero nunca han tomado clases juntos o si quiera encontrado en los pasillos. Alice solo lo ve desde su ventana y sabe que van a la misma escuela, y el tal vez no sabía de ella hasta apenas hace dos días.

6:00 de la mañana, nuevamente corro a la ventana, pero esta vez me oculto bien detrás de mis cortinas, el salió de su casa y mira a mi ventana, como si me buscara, pero no me y se va.

Pero Dios mío! Él quería verme de nuevo ahí, quizás le he gustado también.

Alice nuevamente se va a la universidad y el día transcurre con normalidad.

5:45 de la mañana y en esta ocasión desperté antes de escuchar la alarma y fui a mi ventana, desde ahí puedo ver la luz encendida, imagino que es su cuarto pero no lo veo a él. Minutos más tarde como de costumbre el sale de su casa, mira a mi ventana, no me ve y se va.

Solo pienso en lo lindo que es aún al despertar y como siempre imagino lo que podría darse.

En la universidad sentí que alguien me miraba, voltee y era el, mi corazón se aceleró y seguro debí chapearme de los nervios que sentía. El me saludo de lejos y yo le devolví el saludo, empezó a caminar hacia mi y yo no sabía si acercarme o quedarme ahí, me gano y llego frente a mi, en ese momento solo podía ver sus ojos pequeños y sus cejas pobladas.

Él me dijo que no me había visto en la ventana de mi casa y comenzó a reír.

Yo me sentí muy avergonzada y le dije que no pensara que le espiaba, solo que por casualidad me había asomado a mi ventana y lo había visto.

Me dijo que lo entendía y que entonces solo había sido una coincidencia y se presentó, me dijo que se llamaba Leo.

Así al fin supe el nombre de chico de la casa de enfrente por el que cada mañana corría a mi ventana.

Me presente igual y le dije mi nombre, para mí sorpresa el ya lo sabía, me ha dicho que vio en el programa de actividades deportivas de la universidad mi nombre y una foto, que es así como ha dado conmigo.

Llego la hora de ir a clases y nos despedimos acordando charlar en otra ocasión.

Alice se despierta a la hora acostumbrada, se asoma a la ventana y el chico la saluda, ella devuelve alegre el saluda. Alice se arregla y se va.

Me encuentro comprando un café en la maquina expendedora y aparece Leo y me saluda, también compra un café y caminamos juntos hasta una banca en la que nos sentamos y empezamos a charlar.

Descubro que a Leo le gusta leer ficción y su deporte favorito es el béisbol aunque no lo practica.

En esta ocasión los nervios desaparecieron rápido, así que he hablado que nadie me paraba, es que habla tanto y de todo.

Por ultimo lo invite a uno de mis partidos de voleibol y el accedió, nos despedimos y cada uno volvió a clases.

Alice ya está en la ventana y lo ve salir, esta ocasión ella lo saluda y el regresa el saludo. Se quita de la venta y va a arreglarse para el juego de voleibol que tendrá en la universidad.

Me baño, me visto, busco mi pelota, uniforme, maleta, vendas, en fin todo lo que podría ocupar en el gran juego de hoy y no es que este sea la final, no es que hoy Leo ira a verme y tengo que lucirme.

Llego a la universidad, entro a vestidores, saludo a mi equipo, les doy ánimos y nos preparamos para salir.

Se llega la hora y salimos a jugar, lo primero que hago es buscar a Leo, lo encuentro sentado en la bancas que están junto a la salida, agito mi mano para saludarlo y él me ve y me sonríe.

Empieza el partido y yo juego desde el principio, estoy nerviosa porque él está aquí viéndome, pero esto es algo que me gusta, así que pronto me encuentro segura de nuevo. Tengo un equipo excelente, nuevamente hemos ganado por una diferencia de 3 puntos. Volvemos a vestidores y me cambio a toda prisa para salir a encontrarme con él.

Nos vemos en la salida de la universidad y el me felicita y me dice que lo he hecho muy bien, que he sido la mejor del equipo. Hablamos como empecé a jugar voleibol, un poco de mi familia, otro poco de la suya, de sus pasatiempos, en fin, empezamos a conocernos y lo que se dé el hasta ahora, me encanta.

6:00 de la mañana y Alice se despertó tarde, esta vez no lo ha visto irse, pero de regreso lo ve y se saludan. Alice se siente mal así que no va a la universidad.

No me encuentro bien hoy así que no voy a la escuela, pero hablo con Leo por mensajes y el pregunta si puede visitarme en mi casa, desde luego le digo que si y eso me alegra el día

Por la tarde Leo llega a mi casa y lo invito a pasar a la sala, conversamos acerca de cómo le fue en la escuela y el me pregunta cómo me he sentido por la mañana.

Me cuenta que le gusta cocinar y me pregunta si quiero que me prepare algo y bueno yo feliz con la propuesta.

Vamos a la cocina y comenzamos a preparar juntos una pasta, jugamos, reimos y hablamos todo el tiempo, al final resulta una comida deliciosa con una compañía excelente. Llego la hora de irse y nos despedimos.

Y los días de Alice siguen pasando iguales, suena la alarma y ella ya está en la ventana para el saludo habitual.

6:00 de la mañana, Alice se despierta y esta vez no hay saludo, se arregla pronto, hoy tiene la final de voleibol.

Me visto tan rápido como puedo y desayuno algo ligero, hoy si que es el juego más importante, es la final de voleibol y además Leo me acompaña nuevamente.

Salimos a la cancha y juego como siempre, doy lo mejor que tengo y mi equipo también lo hace, como recompensa al esfuerzo nos llevamos una victoria muy marcada.

Al terminar el partido me cambio y salgo para ver a Leo.

Leo está ahí con una rebanada de pastel de chocolate y una orquídea, ahora sabe que son de mis cosas favoritas, se acerca a mí y me abraza para felicitarme, me da mis obsequios y lo abrazo de nuevo.

El sea cerca y me dice que ha tenido días maravilloso conmigo y que sea tener más, yo estoy con el corazón que se me sale, va más rápido que en el juego.

Al fin me pide que sea su novia y mi respuesta es obvia, al fin me besa y me siento la más afortunada del mundo.

6:00 de la mañana y ahí está Alice en la ventana saludando al chico de enfrente, el se va y ella se queda como cada día imaginando un capítulo más de la historia que se ha creado.

Lo real es que estos dos chicos no tienen más en común que los saludos por las mañanas, realmente Alice si despierta cada mañana para verlo y saludarlos, sin embargo, ellos nunca han hablado y es que no puede ocurrir lo que tú no has provocado que pase, no esperes que el cosmos haga las cosas por ti.

No ha ocurrido nada entre ellos porque Alice se ha limitado a solo ver en la ventana y no actuar, así es como a Alice se le va cada mañana la oportunidad de que lo imaginado se vuelva real.

No puedes vivir como Alice, solo viendo la oportunidad desde la ventana o se te iran cada día.

Sal de tu casa y ve de esa ventana hasta la oportunidad, provoca que las cosas pasen, no lo dejes a la casualidad o el destino, no estoy diciendo que estos no sean aliados en ocasiones, pero si esta vez no lo son, ¿Por qué esperarlos? Puedes ir hacer que suceda.

Esperemos que un día todas las Alice se decidan a ir mas allá de su ventana y hacer todo lo que imaginan, quizás conquisten al chico de enfrente o encuentren a otros más.

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