Es en el silencio de las noches en las que estoy solo, en el que pueden fluir en libertad todos mis pensamientos. Allí, en el oscuro silencio de la madrugada, puedo ver las cosas en su verdadera dimensión.
Puedo descender hacia adentro de mi mente a profundidades únicas. Puedo vislumbrar mi propia inexistencia. Medir la eternidad.
En segundos, imaginar un mundo sin mí. Sin mi persona. Creer en que volveré a ver a mis seres queridos que ya se fueron y a la vez también, el horror de que jamás lo haré.
Es por eso que imperiosamente te espero y te necesito, noche, y aguardo ansioso a tus fantasmas.
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