En el Viaje
por Pepe Saldaña

El aquí, el ahora, todo se basa en un pasado con vistas al futuro.
Nada más real que nuestro presente; nada más seguro que nuestro pasado y más incierto que aquel futuro que promete, que dislumbra. Ese futuro que parece prometedor, pero a su vez, lo potencialmente más misterioso.
No cabe duda que nuestro viaje se encuentra lleno de emociones, de nostalgias, anecdotas y vivencias, tan cercanas a la supremacía de la vida, llena de fuerza sin dejar de ser una epifanía de la realidad última.
Ese viaje efímero de la niñez a la vejez, deja en su entrever un cumulo de realidades, polos diversos, armonías y sinfonías no abrazadas. Circunstancias de la vida misma, que inspiraban como la libertad de un colibrí.
Esa fortaleza, como la de la palma, que dejan pasar los fuertes vientos, se doblan y agachan su cabeza, pero se recobran y siguen creciendo después de las tormentas, robusteciendo así su tronco, su resistencia. Ese, ese eres tu, con el transcurrir del tiempo, ese tiempo tan crudo del cual puedes levantarte y crecer.
No olvides nunca, jamás; que en un momento del infinito mundo de las probabilidades, ganaste una carrera contra miles de competidores y hoy, hoy estás aquí, en contra de todo pronóstico, hoy VIVES.
Tu, parte consiente de la mente de un todo, lleno de impulsos instintivos e inconsientes, no cedas ante las exigencias burdas de un mundo externo, no pierdas la Fe, mantén tu capacidad de afrontar la crisis; reconstruyete y no naufrages en tu capacidad de amar, de luchar, de resistir; antes bien, potencia tus recursos internos para luchar.
Tu, ser terrenal pero a la vez sensorial, no te dejes arrastrar por el impacto de un mar embravecido en medio de la tempestad, aún cuando experimentes un inminente naufragio de tu embarcación, quizás sin rumbo.
No olvides que bajo la aparente debilidad del que llora, suele esconderse la fortaleza del que ama. O como diría el gran médico sir William Osler, “la herida que no encuentra su expresión en lágrimas puede causar que los órganos lloren”. A eso se le llama enfermar.
Se fuerte, se valiente, ten la dureza de un Quebracho, pero a su vez, la suavidad de la vicuña. Pero nunca olvides «Conocer a otros es conocimiento, conocerse a si mismo es sabiduría»
Amate, quiérete, respeta a tu ser, vida solo una y uno para celebrar la VIDA.

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