EN BUSCA DEL AMOR VERDADERO

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La flor peruana

05/07/2023

                                                             CAPITULO I

Es un día hermoso, el sol se ha impuesto sobre las nubes con gran resplandor. Las avecillas atraviesan el inmenso cielo azul como flechas disparas por un arquero y son tan veloces como una estrella fugaz. Y el perfume de las rosas que relajan el olfato de los hombres, tranquilizan su alma. Hoy es un día especial, el rey ha llegado de visita a el pueblo de Oz, todos están contentos, la multitud rodea la plaza central esperando poder ver de cerca al majestuoso hombre que los protege.

Todos se han hecho presentes, los mercaderes, los agricultores, los artesanos, las autoridades locales y, además, los bailarines que danzan al ritmo de la música con gran júbilo, siendo aplaudidos por la multitud en risas y miradas alegres llenas de satisfacción.

La caravana se ha detenido y llega el momento más esperado, el rey se presentará ante el pueblo. Suenan las trompetas y sale un hombre vigoroso de ojos azules como el océano, con un cabello castaño algo rizado y una ligera barba en su mentón mostrando una gran sonrisa en su rostro. Era un joven muy apuesto. Todas las muchachas echaron suspiros y los hombres gritaban: ¡Larga vida al rey! ¡Larga vida al rey! Haciendo reverencias delante suyo.

Entre aplausos y el sonar de las trompetas reales, el rey empezó a hablar expresando su gratificación por tan calurosa bienvenida e invitando a todos a una gran celebración en nombre las últimas victorias a favor del reino. En esa misma hora se iniciaron los preparativos, los chefs reales preparaban la comida, los músicos ensayaban sus piezas musicales para el baile, otros ayudaban en la decoración del ambiente, entre muchos más quehaceres.

Al caer la noche, el rey decidió infiltrase en medio de la multitud y se vistió de mercader cubriendo parte de su rostro. El quería conocer cuál era la opinión que tenían los pueblerinos acerca de él llevando a dos guardias para su protección, se mezcló en la multitud disimuladamente. Después de algunas horas, quedó muy complacido, todos hablaban muy bien de él, por lo que regresó a sus aposentos muy contento.

Era una noche de celebración, pero para el rey solo era un día más de tristeza y melancolía. Tenía gran aflicción en su corazón, pues, ya era tiempo de casarse y aún no había encontrado la mujer ideal para ser su compañera de vida. Era claro que disponía de un harem para elegir a la mujer que quisiera, pero él anhelaba un amor real, sincero y puro. Deseaba una mujer que no lo amase por ser el rey, sino por su corazón y las cualidades que van más allá de lo materialista. Se preguntaba, asimismo, si algún día la encontraría para completar esa parte que le faltaba en su corazón. Con estos pensamientos rondando es su cabeza, se fue a dormir.

Al día siguiente, el rey decidió conocer más de cerca a sus súbditos, por lo que se vistió nuevamente de mercader dispuesto a recorrer todo el pueblo ese día. Con el traje que llevaba puesto, nadie lo reconoció, y hablaba con la gente como si fuese uno más de ellos. El mercado era grande, y muchas mujeres salían a realizar sus compras para el hogar. En ese momento pasó por su mente un ligero pensamiento: Si alguna mujer me quisiera sin saber que soy el rey, de seguro que sería muy feliz, porque me amaría sin prejuicio alguno, sin interés.

En ese mismo momento, cuando fue a dar la vuelta para regresar al palacio, chocó con una joven e hizo que tirase sus legumbres, frutas y demás alimentos al suelo. El rey rápidamente la ayudó a recoger todo y cuando se levantaron, sus miradas se cruzaron y por un momento el mundo se detuvo. La chica al sentirse nerviosa se echó a correr; el rey quiso detenerla, pero no pudo. Se perdió en medio de la multitud.

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