EMPATÍA

EMPATÍA

Abril

05/04/2021

Hoy es Miércoles 30 de Diciembre del año más inédito de mi historia y seguramente de la de muchas más, y no es un día cualquiera en mi país para contar este suceso; el que para todos ustedes será ficticio, y solo para mi y unos muy pocos será bibliográfico…

Para contarles esta aventura es indispensable que los ponga en situación, no recuerdo bien el año, ni la fecha, pero estoy segura que era Noviembre entre los años 2007 y 2008, también recuerdo que era Sábado y el clima incitaba a beber cerveza, no se a ustedes pero a mí los días de calor, me daban ganas de cerveza. 

En esas épocas me gustaba pertenecer al grupo de los populares, éramos un grupo de amigos, no muy numeroso, pero altamente vistoso, habíamos descubierto el mundo de las drogas sintéticas y alucinógenas y alardeabamos saber como potenciar sus efectos. En todas nuestras reuniones abundaba la crema de manos, las sales de rehidratación oral y el chocolate.

Ese día había juntada; y no cualquier juntada, era el cuampleaños de uno de los socios fundadores del grupo, la cita era cerca de las 21 hs. y desfilarían por la terraza de mi departamento, un sin fin de personas comunes con ínfulas de celebridades. El lugar era exquisito, una terraza ambientada con luces direccionales, plantas y una locura de Deck de madera, estaba en medio de un barrio aristócrata de Bs. As., y a eso se le sumaría una bandeja modesta de Dj. que la manejarían el cumpleañero, amigos y algún que otro amateur. Desde el día anterior ya estaba todo organizado, bebidas, parrilla, aditivos estimulantes, cotillón (en esa época amabamos el cotillón, era un accesorio más de nuestros personajes); yo iría a trabajar como todos los sábados y cerca de las 19 hs estaría de vuelta por casa para ultimar detalles, y así fue…

Todavía había sol cuando el tren llegó a la estación, y unas seis cuadras aproximadamente me separaban de mi destino, ellas me darían el tiempo suficiente de prender un cigarrito de esos que dan risa, y sacarme el día de encima antes de llegar a casa. Lo apagué una cuadra antes de llegar, a lo lejos se veían patrulleros y no era un día para hacerse notar. Llegando advertí que esos patrulleros, (que de cerca eran muchos más) conformaban un mega operativo en la puerta de mi edificio. Caminé por la vereda de en frente, mientras imaginaba mi pedido de captura por tenencia de estupefacientes, y carteles del estilo del viejo oeste en cada arbol de Martinez. Finalmete tomé coraje y enfreté al uniformado que custodiaba la puerta: «Señorita…?» escuché, «sí buenas tardes, vivo en el edificio» contesté temblorosa mientras admiraba una escena «Hiscotiana» en el palier, tal como en un film de terror había huellas de manos pintadas con lo que parecía ser sangre; luego de corroborar mi unidad, el agente me permitió el ingreso. En la escalera me encontré con una Sra de unos cincuenta y tantos años de edad, en estado de shock y al llegar a mi piso la puerta abierta de mi vecino, donde la escena era más dramática aun, todo su departamento estaba pintado de rojo, como si el mismisimo Hannibal Lecter hubiese celebrado un banquete, resultó que la sra era la mamá de mi colindante, ella me contó que una ex pareja de su hijo, se había apersonado en el edificio haciédose pasar por alquien más, su actual pareja inocentemente la dejo entrar y una vez dentro en un brote de locura la ató a una silla y la embistió unas cuantas veces con un destornillador con tal brutalidad que le perforó un pulmón, y que mientras la agresora se hacía un té (¿Pueden creerlo…?) la víctima logró soltarse, escapar y pedir ayuda.

Sobrenatural, verdad? y pensar que no es la historia central de este relato…

Completamente perpleja, ingrecé a mi casa, en su interior y con una cara de susto que aún recuerdo, se encontraban dos amigas, lógicamente no se me ocurrió preguntar que motivaba esos semblantes… que ilusa… lo único que me salió fue un reclamo más que justificado intentando comprender el motivo por el cual no había sido informada, antes de llegar a mi casa, de semejante noticia, pero resultó ser que el incidente de la «ex» despechada, no era la noticia que se llevaría toda mi atención esa noche. Entre esas dos personas que me esperaban dentro de mi departamento, estaba ella, su cara demostraba que de las dos era la protagonista de la historia, porque solo quienes fueron protagonistas, o tal vez algún actor secundario como yo, puede dar fé de lo que refleja ese rostro, es una mezcla de felicidad y desamparo… es tan ambiguo… 

Yo era la mejor amiga y complice más fiel de su pareja, él también era socio fundador del grupo, él… su personalidad y nuestra amistad, serán un capítulo a parte en estos relatos, solo diré que nuestra relación se basaba en el más sincero de los respetos, respeto que en esa época teníamos por no mucha gente, me tienta de sobre manera contarles un poco sobre él, porque ya no está en este plano de la vida, pero intentaré no dispersarme. El estaba trabajando, «muleando» como le gustaba llamarlo, no recuerdo bien su horario de salida, pero según recuerdo llegó unas pocas horas después, ya les contaré más de él, pero vale aclarar que tenía un don para los excesos. 

Pero volvamos a ese departamento, para esa hora, éramos tres en su interior y algunos pocos personajes que entraban y salían. Ella… no utilizaré su nombre, no es lo importante de esta, ni de ninguna de otras historias similares, me llevó a la habitación y me confesó que su aspecto no se debía al susceso sangriento, minutos antes de mi llegada una prueba de embarazo convencional le había develado una realidad técnicamente incompatible con la nuestra, por esos tiempos acostumbrábamos compartir las responsabilidades de cualquier tipo, pero esta era única e intrasferible, yo solo podría ayudarla a transitarla, pero no a soportar su peso… Mi amigo no sabía aún, eso fue desesperante, en ese entonces, él sabía todo de mi vida y yo de la suya, y ese día yo sabía más de la suya que él mismo, durante algunos minutos quedé en silencio, no voy a mentirles que la idea de que uno de los seres que más amaba en el mundo dejara un desendiente me hacía algo de ilusión… Mi primera reacción fue criticar su decisión de contarme primero a mi antes que al progenitor, si estás leyendo esto perdón… hoy ya mucho más grande y con más experiencia, pude entender que era un peso altísimo para aguantar sola, ella no me estaba contando, me estaba pidiendo auxilio. Hoy que soy mamá y busqué la llegada de mi hijo como a nada, puedo dar fe que en el momento que se dibuja la segunda rayita, la rotación terestre se detiene, el sol te enfoca en un primerisimo primer plano, y el culo se te llena de preguntas, les pido disculpas por mi falta de poesía pero quería darles una representación gráfica, sin tanta metáfora. A eso, ella le sumaba una vida bastante despojada de responsabilidades, y un compañero, lider nato de un grupo de delirantes, cuyos objetivos eran conquistar las cabinas de los boliches más populares del país, cómo haríamos para que un niño cuide de otro… 

Lo que siguió esa noche, fue digno de una película, ni Spielberg podría haberlo guionado, es un poco largo así que intentaré hacerles una sinopsis. Yo tampoco aguanté el peso de la noticia y necesité compartirla, se la conté al cumpleañero, quien con muy mal tino, la hizo llegar a oidos de mi amigo antes que ella pudiera dársela, perdón también por eso… todavía recuerdo sus ojos, por primera vez persibí el miedo en los ojos del gigante. 

Solo ellos saben lo que hablaron entre esas cuatro paredes y lo que siguieron hablando durante los próximos días, yo solo puedo contarles que el día festivo continuó dandonos sorpresas, y terminó con mi vecino aspirando un polvo blanco en la terraza y una amiga escupiendo a otra en la cara. Para todos, el embarazo había sido solo una noticia más, de las muchas que se presentaron esa noche, pero recién hoy reparé en imaginar lo que ella sentía en ese momento, recién hoy, logré empatizar de manera tal que hasta por unos segundos me sentí en su cuerpo,  mientras todos recurríamos al humor para soportar el peso de los hechos y satirazabamos sobre la idea de ser tíos, padres y tutores, había una sonrisa que no se dibujaba nunca, simplemente porque no había nada de lo que reirse.

Pasaron los días, y la decisión llegó a mis oidos, nunca supe bien si había sido consensuada, o mas bien algo más unilateral, debo confesarles que sentí mucho miedo, por ella, por él, por todos… Ella había decidido no contarlo a su familia, el tampoco a la suya, y mi casa sería el lugar asignado para la recuperación, todavía recuerdo la voz temblorosa de mi amigo diciendo… estoy en una habitación esperando que salga, pero si le pasa algo nos tiran a la calle… estoy re cagado chula… 

Pongamosle que todo salió bien, o mejor dicho, como lo esperado, lo que siguieron fueron días de pérdidas, en todo el sentido de la palabra, creo que fueron dos o tres los días que compartimos, y cada vez que le pregunté que necesitaba algo, me dijo «nada», nada que yo pudiera darle seguramente llenaría ese vacío. Hoy escuchando a esa gente que habla sin saber, resonó la frase, «es fácil tomar esa decisión, en vez de hacerse cargo» y yo no creo que «fácil» sea la palabra correcta, y qué significa «hacerse cargo»?, yo creo que fácil es tocar de oido, y hacerse cargo es tomar una decisión, la que tal vez no sea la más adecuada, la que te va a acompañar de por vida, la que provocará sin duda algunas lágrimas al leer este relato… perdón por eso también… 

Nadie es quién para juzgar batalla ajena, solo su protagonista, sabe el verdadero dolor de cada herida, pensalo antes de lanzar cualquier frase al aire, tal vez llegue el día en que alguién sin darse cuenta tire sal en la tuya. 

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