Elvira

Elvira

-Todavía me acuerdo que cuando pasó a buscarme por mi casa estaba tan nervioso que no podía hablar con mi papá.- Recordaba Elvira entre risas.

Yo ya sabía cómo seguía la historia. Su padre se burlaría del débil apretón de manos de José, haciendo que se sonroje. Luego Elvira va a decir que pensó que era tierno. Más adelante va a describir la salida al cine como un momento mágico que jamás podría olvidar en su vida. Y eso era cierto, aún cincuenta años después lo recordaba con lujo de detalles.

Podría decir que, pese a no haberlo vivido, yo tampoco podré olvidarlo. Esa historia ya la escuché cientos de veces. Cada vez que la visito, para ser más preciso. Pero, ver la felicidad en sus ojos cuando relata la primera cita con quien luego sería su marido, hace que valga la pena escucharla cada vez que ella lo desee.

-Y así fue, una noche mágica. Nunca voy a poder olvidarla en mi vida.

-Que interesante historia Elvira. Ese José sí que sabía cómo maravillar a una dama.

-La verdad que sí querido…- Me miraba con una sonrisa en sus ojos- Gracias por visitarme y escucharme. Me hace bien recordar.

-Por favor, el placer es mío.

Ahí fue cuando ocurrió. Por un instante noté algo distinto. Más allá de sus ojos habituales de felicidad y agradecimiento había algo más. Cierto brillo en su mirada. Es por eso que cometí el error. Juro que sin ese brillo no hubiera tenido el impulso de preguntarle. Pero tras ver esa expresión… No pude contenerme, por más que sabía que era una equivocación.

-Escucheme Elvira… ¿Usted no recuerda algo de mi madre?

-¿De quién? No te entiendo.

-De mi madre, Elvira.

-No. No sé de qué me hablás.

-De mi mamá le hablo Elvira, necesito saber si recuerda algo. Necesito que recuerde algo.

-No te entiendo. Yo no sé nada. No sé de qué me hablas, perdón.

-Por favor, yo sé que tiene que acordarse de algo.

-No no no no.

Elvira sollozaba. Me detuve. Su imagen me paralizó.

-¿No querés que te cuente la historia de la primera cita con mi marido?

Lo preguntó con una mirada inocente, ilusionada. Y confundida. Fue en ese momento que lo supe. Que en esos ojos jamás volvería a encontrar amor.