Ella era una psicópata, yo un hombre sano

Ella era una psicópata, yo un hombre sano

“Un psicópata nace, un sociópata se hace”. Mi nombre es Erick, actualmente tengo 32 años, pero aún recuerdo la mayor parte de mi infancia. Cuando apenas tenía 5 años, mis padres me obligaron a trabajar, era violentado por ellos cotidianamente sin razón, a menudo me recalcaban que merecía la violencia puesto que había sido mi culpa por haber nacido. Mi padre, un borracho bueno para nada, abusaba de mí sexualmente todas las noches, recuerdo haber llorado cada una de esas veces, y mi madre, siempre me dijo que era un exagerado y de nuevo mencionaba que era mi culpa que mi padre me violara. No sólo el infierno estaba presente en mi casa, sino también en la calle, todos aquellos niños de la calle me golpeaban y agredían verbalmente sólo por el hecho de ser más indefenso que ellos, algunas veces me robaban el dinero que ganaba para mis padres y yo nunca había podido defenderme. A los 8 años, aun viviendo en el infierno, despertó en mí la extraña necesidad de querer herir a alguien o algo así como yo había sido lastimado durante tantos años, recuerdo perfectamente que mi primera víctima fue el gato de mi vecina, lo asesiné con los pedazos de una taza de vidrio rota, fue un acto impulsivo, no me detuve a pensar ni un solo segundo. Después de ese momento, no volví a llorar en ninguna noche, me sentí tan jodidamente bien que quise volver a matar a la mayoría de animales que se me presentaran, y así lo hice, hasta que cumplí los 14 años y decidí que quería hacer algo más que matar solo animales, quería comenzar con personas; me atrevería a decir que fue una decisión difícil pero genuinamente no lo fue, no tuve que pensarlo dos veces para al fin terminar con el sufrimiento de toda mi infancia, mi padre, no lo planee, tomé el cuchillo de la cocina y se lo enterré fuertemente en los genitales, sus gritos de dolor y desesperación fueron un deleite para mis oídos, no sentí ningún tipo de compasión ni piedad, lo maté. En seguida de él, maté a mi madre asfixiándola con una soga de cuero, de nuevo, no obtuve algún tipo de sentimiento negativo humano al asesinarla, lo único que yo anhelaba era destruir a todas las personas que habían sido una mierda conmigo. Cumplí los 24 y conocí a la mujer de mi vida, después de unos años me casé con ella, tras conocerla me percaté que era una psicópata, desde el momento en que nació, pues no había influido la forma en que había sido tratada por sus padres, así como pasó conmigo, toda la vida diversos especialistas me han comentado que soy un maldito sociópata, pero honestamente yo nunca creí eso, pienso que todo lo que hago es lo correcto, esos malnacidos merecían la muerte. Todos los años de mi matrimonio con mi esposa observé como asesinaba a las personas sin piedad, por simple gusto, sólo porque lo disfrutaba, porque era satisfactorio para ella el hecho de poder escuchar cada vez los gritos de súplica de sus víctimas, gozaba ver la sangre derramada en sus manos, no permitía que cerrarán los ojos, le excitaba ver cómo morían con los ojos abiertos, y una vez que los mataba, les arrancaba los ojos para después comérselos una vez cocinados. Nunca me asustó que ella fuera así, la amaba tal y cómo era, ella me enseñó distintas formas de asesinar a los malditos que se burlaban y me golpeaban, a uno lo descuarticé y metí sus órganos en un triturador para dárselo de comer a los cerdos, a otro le arranqué la piel y la vendí disfrazada de carne, de igual manera comí un gran deleite, cobré con su vida todo mi sufrimiento, ahora no era capaz de sentir nada en absoluto, esta historia termina con mi amada, cometió el error de engañarme y no tuve otra opción que matarla, ella era una psicópata, yo un hombre sano.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS