La luz del farol tintinea
Escupe naranja sobre la imagen
De una alfombra de hojas secas que crujen
Al ser pisadas por el tiempo que consume la escena
Un árbol encorvado observa
cómo un anciano encorvado empuja
Un columpio oxidado que balancea
El cadáver de un niño que ya no juega
El anciano mira el cuerpecito marchito
del niño que él mismo fue y no es ahora
Que rio antaño y ya no ríe
Que a pesar de no respirar, llora
Unas lágrimas heladas de unos ojos vacíos
Que rasgan la cara cuando resbalan
Llenando de escarcha y sangre su rostro
Como una acuarela que se dibuja sin querer ser dibujada
Escarcha, sangre, acuarela difuminada
Deshace la piel de sus mejillas
Fina como un papel que no aguanta
La cantidad de acuarela que lo baña
La luz que tintinea se apaga
en la oscuridad, las cadenas oxidadas se arrastran
Las hojas siguen crujiendo por el tiempo que devora
Todo lo que las estrellas hasta ahora iluminaban
Ya no hay anciano, columpio ni niño
No hay luz, estrellas ni árbol
Escarcha y sangre lo cubre todo
Escarcha y sangre que cubre la nada
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