El triunfo de respirar

El triunfo de respirar

Leon Lucas

16/06/2017

Hoy leon lucas cumple 21 años, cristiano que no festeja esta fecha.

Por una desesperada cuestion, cambiar de amigos, decide este mismo año, estudiar la Biblia,

dejar las drogas y asistir a las reuniones que su madre suele ir.

Es su primer cumpleaños como cristiano y eso no le hace feliz. El nunca fue de festejar, pero aun así

la tristeza es enorme. Entre lagrimas y pensando decide:

-Es mi cumpleaños, por que debería estar triste! soy joven hay que celebrar!

Decidido, planea su futuro revolucionario como estrella de blues, dejando por un lado

los cristianos ortivas y a su madre, cambiando todo por «ser parte del mundo»

como suele clasificar su religión socialmente inadaptada.

Se compra una armónica.

Pareciera que todo lo vivido, renaciera, que todo lo concebido fuese efímero.

Tenia ese raro palpitar, con el cual ya había vivido un cuarto de su vida, pero aún no se acostumbraba.

Ese extraño palpitar se sentía ahora calmado por las bendiciones de Jehová, y todo parecía tener una respuesta.

La religión no pudo con su homofobia. Leon se había convertido en una persona de repudio contra la sociedad.

En soledad estaba tan bien como nadie.

Día uno, despues de su cumpleaños. Todos parecen estar con el celular en el omnibus. Leon es pobre y no tiene

celular, ni trabajo. Con su reproductor de música le basta. En su morral desgastado lleva curricuñims para repartir.

Y el resto del dia solo tiene planeado tocar la armonica. No tiene idea de lo que le depara el destino.

Primera parada «servicio orbit» ¡seguridad de primera!

-Vamos a ver que tan «de primera»

Dijo haciendo un gesto con una de sus cejas en modo de reto. Entro y la resepcionista pregunto:

-Hola que tal?

No sin antes ser visto de mala gana por el unico guardia de seguridad

-Hola vengo a dejar un curriculum

-Suena el telefono-

-Si un momentito.

Dijo ella en tono paciente. Mientras el rapidamente miro al guardia, giro, tomo volatilmente

pero sutil a la vez, la lapicera de la recepsionista. Aún sabiendo que las camaras lo estaban grabando,

leon no sintio verguenza alguna.

Espero a que terminara la charla, entre miradas disimuladas, y así, colgara el telefono.

-Si, dejamelo a mi

dijo ella sin tener idea que paso con su lapicera. Leon dejo la hoja y casi automaticamente se despidio.

-Bueno, chau, gracias.

Salio con la frente en alto hacia su nuevo destino. Robar no es algo que le gustara, pero ya conosia un poco mas

la empresa donde quizas un dia trabaje.

– seguridad » de primera «… si como no.

Dijo mirando la lapicera que desecho en el contenedor contiguo.

Leon era libre asi como caminaba por el mundo, y feliz cuando tenia que superarse.

Hoy es la armonica, mañana el mundo!

Como era de costumbre, en la gran ciudad capital se ofrecian diversos articulos de todo tipo. En la avenida principal

hay puestos por doquier y es facil perder la nocion del tiempo entre tanta chucheria. Un puesto habia atraido

la atencion de leon, libros de segunda mano. Quedo mirando uno por un momento y se dijo para si:

-estas loco! La realidad es que solo tenia plata para el boleto y nada mas.

-Leon! Grito un niño. Leon voltio y lo vio en un callejon vestido con un kasa naranja. Cuando salio corriendo y

leon detras, no penso dos veces mientras pedia permiso a la gente, un tanto desesperado por no perderlo de vista.

El escuridiso chico agil entre los puestos, parecia ser de alli. Esto es lo unico que paaso por su mente.

Algo habia que motivaba a leon a seguirlo, pero no tenia idea que, porque la rapidez con que se escapaba el chico

solo le daba tiempo a pedrir permiso, y no, de pensar en su destino. Varias cuadras más tarde tras el final de

la persecucion el niño apenas voltenado a ver a leon, cruzan sus miradas, el niño sonrie inocente y corre por un

callejon, entre charcos y vapores del suelo, la falta de iluminacion, se encuentra una aislada casa de te.

Pero aun asi estaba colmado de gente amena. La decoracion sencilla,

el aroma a incienso, la tarde obscureciendo. No era un gran paisaje, pero es el sitio ideal donde una persona tranquila

suele ir a comulgar con un ser querido. Leon entro y arrimandose al mostrador sin saber que decir tomo un folleto.

Lo penso dos veces antes de armar una ecena.

-Si, que necesita? El hombre de la caja en posicion amistosa pregunta, y leon contesta señalando el folleto

-Solo venia por un… y salio de ahi sin mas, a su vez que el hombre de la caja lo mira irse con incredualidad

Una vez en la parada tomo el omnibuz de regreso.

Quien seria el niño? y porque sabia su nombre? Ya no importaba, lo unico que sabia es que el, seguia su destino

en busca de quien sabe que, tratando de fluir sin preguntar, creyendo en la fe ciega hacia su dios.

sen disculpar las faltas ortograficas.

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