EL TANGO DE RUFINO

EL TANGO DE RUFINO

javier just

06/05/2025

                                                    EL TANGO DE RUFINO

Me encontraba sentado en el café “la esquina de los muchachos”, casualmente ubicado en la esquina de la calle corrientes. Se me acercó Pascual Contursi, nos conocíamos pero no éramos amigos, alguna que otra vez habíamos intercambiado palabras. Me pregunto cómo estaba, me invito algo para tomar, acepté, no tenía una guita partido al medio. Le dije si también podía pagar lo que ya había consumido. Tranquilo pibe, que yo pago. Y además te tengo una propuesta, dijo sonriendo de costado y, encendiendo un tabaco sin filtro. Debo confesar que un poco se me acelero la pulsación, este tipo estaba en el mundo del tango, se dedicaba a escribir letras y, por lo poco que me conocía sabía que yo me dedicaba a escribir tangos. Momentáneamente sin éxito alguno. Pero no sabía hacer otra cosa, ¿Qué clase de propuesta me iba a tener? Claro que todavía no había conseguido a ningún tanguero que quisiera cantar mis tangos, interpretar mis letras. Mi poesía no era arrabalera, o de corte criollo como solían ser los tangos entonces. Mis tangos eran más llorones, eso me había dicho un tanguero a quien le había llevado mis letras. Escúchame pibe, me dijo Contursi, ¿todavía seguís escribiendo? ¡Seguro!, le respondí, es lo único que se hacer, pero a nadie le gusta mi poesía. A mí me gusta pibe, es hora de que el tango cambie un poco, ¿no te parece?, ya está eso del arrabal, no digo que no haya que escribir más esas historias, pero hay que innovar un poco, conquistar a las minas, me entendés pibe. Vos de eso sabes, yo leí tus letras, las que te rechazan los tangueros a los que se las llevas. Pero mis letras no conquistan minas, más bien son de un perdedor que quiere el amor de alguna, entendés. Claro que entiendo, entiendo perfectamente, y eso es lo que busco. Vos sos un perdedor, las minas no te dan bola, y si te dan, la terminas jodiendo y se te piantan. Eso reflejado en una canción, a las minas las enamora, son así viste, complicadas, ni Dios las entiende. Mira, el tema es el siguiente, hay un cantante, un uruguayo afrancesado, quiero que grave algunos de tus temas, se llama Carlos, Carlos Gardel. Claro que no vamos a decir que es uruguayo, ¿te imaginas un uruguayo cantando tangos?, ellos hacen otra cosa, un uruguayo no canta tangos. Mucho menos un francés. Quien se va a tragar ese sapo de que un francés pedante anda cantando tangos. El tango es porteño me entendés, ni siquiera argentino, es porteño. Después si querés lo exportamos al resto del país y del mundo, lo hacemos popular en los burdeles franceses, se los llevamos a los gringos y hasta a los colombianos. Pero hacer, se hace acá, en la capital federal, en ningún otro lado. Gardel necesita una canción tuya, algo nuevo. Al escuchar nuevamente el nombre Gardel, lo freno. Gardel ya es cantante le digo, estaba con el otro, en el dúo con José Razzano, los conoce todo el mundo. Eso es otra cosa, me dice, eso se terminó. Nadie se va a acordar del dúo, todos se van a acordar solamente de Gardel, y en menor escala de su compositor, o de su letrista. Por eso necesita empezar a cantar otro tipo de letras, solo se va a hablar de él me entendés, solo de él, y quizás vos seas ese letrista del que la historia hable un poco, comprendes. Pero porque me haces un croquis de él como si nadie lo conociera, para mí sería un orgullo que Carlitos cante mis tangos. “Lo llamo Carlitos como si fuese un gomia, y estoy seguro que ni siquiera tiene noción de mi existencia”. No estas entendiendo pibe, ya sé que todo el mundo lo conoce, pero ahora va a ser otra cosa, vamos a poner el tango en otro nivel, de verdad vamos a ir a Francia, pero tiene que seguir siendo porteño. Mira, no sé cómo explicarte porque tampoco me vas a entender, o lo que es peor, no me vas a creer, a mí me gusta la absenta, me seguís, al igual que a Gardel. Yo la rebajo con agua, pero Carlos no, la toma así, pura. ¿Sabes de qué te hablo no?, es una bebida maldita, y al mismo tiempo es todo lo contrario a maldito. Lo vi todo pibe, el alucinar de dicho brebaje me hizo ver todo, y no puedo ser egoísta, porque la gloria no va a ser mía ni tuya, sino de Gardel, nosotros somos un medio para su gloria, que se yo, podría hacerme el otario y hacer como que nada vi, negarle la gloria a Gardel, porque vos crees que ahora la tiene, pero si hubieses visto lo que yo vi, te darías cuenta que no la tiene parangón con el futuro que el ajenjo me mostro. También le estaría negando la gloria al tango, a la Argentina porteña. Sabes también lo que vi pibe, y esto sí no me lo vas a creer. Junas la iglesia de san Nicolás de Bari, bueno, la van a tirar abajo, no ahora, pero la van a derrumbar para poner un coso de esos en punta, como se llaman pibe. Un obelisco, ahí está, y eso se va a convertir en la postal de la capital jajá, eso sí que no lo entiendo. También vi otra cosa, un accidente en avión, acá no, fuera de Argentina. Pero no me dejo ver quien viajaba, era alguien famoso, o medianamente conocido, por ahí es mi muerte pibe, o la tuya, la de ambos. No va a ser la de Carlos, yo lo interpreté como parte del sacrificio para que Gardel siga triunfando, tiene que pasar todo esto que ya te dije y, también alguien tiene que morir, pero morir vamos a morir todos, así que eso no me preocupa. Que decís, estás de acuerdo, me vas a dar esa letra para que la cante Gardel, si es un éxito te vas a convertir en su compositor principal. El mundo está cambiando, y el tango hace lo propio.

Confundido es poco, no entendía nada de lo que me estaba diciendo, todo aquel delirio en el último tramo de su narración. No parecía estar desequilibrado, pero sin duda lo estaba, el alcohol lo estaba dañando, pobre. Eso de la absenta y el ajenjo, yo nunca lo había probado, había escuchado de que podían poner a las personas a ver cosas, pero esto me parecía demasiado. Sin embargo accedí a darle aquella letra. Decidí confiar, después de todo era la propuesta más concreta que había recibido, nadie quería cantar mis tangos así que… Además me daría una guita y mi nombre aparecería en los créditos, si todo iba bien, era el comienzo del éxito. Acordamos que al día siguiente le traería la letra a este mismo café. Le pregunte si podía venir con Gardel, pero me dijo que no, que tranquilo, que todo a su tiempo. En fin, las cartas ya estaban dadas, lo único que esperaba era que la locura de Pascual tuviera algún punto de contacto con la realidad que permitiera que verdaderamente Gardel cantara mi tango.

En fin, le entregue la letra. “Mi Noche Triste”, con dicha letra nacería un nuevo género dentro del tango, lo denominaron tango canción. De esta forma el tango se comenzó a popularizar de forma mundial, pero también recibió muchas críticas de quienes decían que aquello era llorón, que nada tenía que ver con el tango que contaba las miserias y las verdades de la gente. Me dio una guita, me dijo que estaba seguro que iba a ser un éxito, que él se encargaba de todo el resto, de que mi nombre apareciese en los créditos y que en lo inmediato me estaría buscando para que le diera más letras y, por supuesto, para darme más guita. “sé dónde encontrarte pibe, quédate tranquilo” fueron sus últimas palabras.

Mi noche triste fue un éxito tal como lo había predicho Pascual. Pero eso no tuvo ninguna relevancia para mí, yo nunca aparecí en los créditos, ni se me volvió a buscar para pedirme ninguna otra letra. Contursi se volvió el compositor de Gardel, y a posterior un tal Le pera. Yo trate de dar con éste chanta que me había estafado, no lo conseguí hasta muchos años después. Me pidió perdón, pero no por haberme robado la letra, sino, por no haberme contado toda la verdad de la visión que la absenta le había dado. Porque estaba seguro que yo no accedería a ayudarlo, y si no lo hacía, Gardel nunca sería una mega estrella. Yo tenía que firmar la letra pibe, me dijo rascándose la cabeza, no me preguntes porque, son estas manías de la vida, yo no lo decidí, solo cumplí la parte que me tocaba. No sé qué tipo de embrujo había en todo aquello, porque la absenta me mostro esa visón y no otra. Nunca más volví a tomar dicha bebida. Si vos firmabas esa letra, Gardel no iba a llegar a nada, él se volvió mega famoso, ahora que le quedan un par de años de vida, a mí me queda menos. ¡Viste que están tirando la iglesia abajo, viste que tenía razón! Y sabes que, también pude ver quien iba en esa avioneta, no eras vos ni yo. Sino que el cantante más famoso de argentina, por más que les pese a infelices de renombre, como el escritorcito este, como se llama, el tal Borges, nunca fue arrabalero, escribe una poesía chata que no dice nada, pero lo critica a Gardel, y otros también lo critican para no ser menos. Capaz que se van a poner contentos cuando la avioneta se estrole. Lo único que puedo hacer además de estas disculpas por no haberte contado toda la verdad, es disculparme por haberte engañado, si a vos te sirve, por robarte la letra, pero te aclaro que mis disculpas no serán sinceras. Porque hice solo lo que tenía que hacer, yo no lo elegí, fue un mandato. Solo cumplí, no te voy decir que estoy más que contento de haber sido el elegido para que todo esto se cumpliese, por mi podría haber sido otro y, yo no me hubiese enojado. Pero esto es una maravilla, y vos también fuiste parte. Claro que no me gusta el final, ¿pero de que otra manera iba a ser?, hasta me atrevo a decir que el final es más importante que la obra en sí misma, solo en el sentido del recuerdo, que lo va a eternizar, ¿me comprendes? Aquello va a hacer que sea recordado por siempre, inclusive más que por sus canciones.

No tenía mucho más sentido seguir hablando con él, seguí mi marcha dispuesto a olvidar aquella estafa que había frustrado mi carrera como letrista de tango. Me dedique a los burros, de manera profesional, me fue bastante bien por un tiempo, pero claro, al final todo lo perdí. El pobre parecía estar chapa, ¡que me iba andar enojando con un colifa! O por ahí fingía, o todo era cierto. Después de todo Gardel había triunfado, y a la iglesia la estaban tirando abajo para poner un obelisco. Qué se yo, en ese momento seguía dudando, pero deje de hacerlo cuando en 1935 una avioneta se estrelló en Medellín Colombia y, el fallecido no fue ni más ni menos que el afamado Carlos Gardel.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS