El sol, por sí mismo, es una realeza. Su pelo dorado, mezclado en tonos más claros y tonos más oscuros. Dotados de fuerza y belleza. Su altitud y distancia. Su tamaño. Capaz de darle continuidad o no a la vida de seres terrestres y de otros planetas…Picasso lo pintaría como moderno, señor del tiempo, tal vez con formato de reloj. Fernando Botero lo pintaría irónicamente redondo, de proporciones exacerbadas. Claude Monet lo hizo, con tan poderosa impresión que al verlo podemos hasta imaginar una odisea, tal profundidad de escena.

Leonardo da Vinci seguramento lo haría calculado, asimétrico, de anatomía conceptual y con cierta poesía. Sin embargo….Portinari lo pintaría simple, entre lunas y planetas com igualdad de intensidad y tamaño, probablemente en el campo. No lo espejearía a horizontes de aguas multicolores no navegadas, pero sí a tierras con hendiduras de sequía y pueblo de piel castigada. ¡Viva Portinari!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS