El Sendero de las Mil Llamas

El Sendero de las Mil Llamas

Rxeed Rx

16/04/2024

En un mundo paralelo, donde las dimensiones se entrelazan y los portales se abren a mundos desconocidos, existe una secta secreta conocida como «Los Devoradores de Llamas». Esta secta busca el poder absoluto a través de la invocación de criaturas elementales y la manipulación de las llamas. Nuestro protagonista, **Hiro**, un joven estudiante de secundaria, se ve arrastrado a este mundo cuando un portal se abre en su habitación.

Hiro despertó en un lugar desconocido. La luz del sol se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando un mosaico de sombras en el suelo. Se levantó y miró a su alrededor. No había señales de su habitación, ni de su casa. Solo un bosque interminable y un camino de piedra que se perdía en la distancia.

Confundido y asustado, Hiro comenzó a caminar por el sendero. No sabía cómo había llegado allí ni cómo regresar. Pero algo en su interior le decía que debía seguir adelante. El aire olía a humo y a algo más, algo que no podía identificar.

Después de horas de caminar, Hiro llegó a un claro. En el centro, un grupo de personas vestidas con túnicas rojas realizaba un extraño ritual. Se arrodillaban frente a un altar de piedra y entonaban cánticos en una lengua que Hiro no entendía. En el centro del altar, una llama ardía con una intensidad sobrenatural.

Hiro se escondió entre los arbustos y observó. La llama parecía tener vida propia, danzando y retorciéndose como una serpiente. Los miembros de la secta la miraban con devoción. Hiro sintió una extraña atracción hacia ella, como si la llama lo llamara.

Entonces, uno de los miembros se giró y lo miró directamente a los ojos. Hiro sintió un escalofrío recorrer su espalda. El hombre se acercó y lo tomó del brazo.

—Bienvenido, Hiro —dijo con una sonrisa siniestra—. Eres el elegido. El portador de la Llama Primordial.

Hiro no entendía nada, pero no podía apartar la mirada de la llama. El hombre lo llevó al altar y lo arrodilló frente a ella. Los cánticos se intensificaron, y la llama creció hasta envolverlo por completo.

En ese momento, Hiro sintió una explosión de poder en su interior. Las llamas lo consumían, pero no le causaban dolor. Al contrario, se sentía más vivo que nunca. Las palabras brotaron de sus labios sin que él las controlara.

—¡Yo soy el fuego! —gritó—. ¡El fuego que purifica y destruye! ¡El fuego que consume todo a su paso!

La secta lo miraba con admiración. Hiro se levantó y extendió los brazos. Las llamas lo envolvieron por completo, y su cuerpo se transformó en una figura de fuego.

Desde ese día, Hiro se convirtió en el líder de los Devoradores de Llamas. Su poder era inmenso, pero también su soledad. A veces, en las noches más oscuras, Hiro se preguntaba si había tomado la decisión correcta al aceptar el poder de la Llama Primordial.

Pero el camino estaba trazado. Y Hiro estaba dispuesto a recorrerlo hasta el final, aunque eso significara enfrentarse a los dioses mismos.

*Fin.*

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