II Capítulo : A tu lado
El día terminaba bien para nosotros , la «carne de conejo asada» que comímos Flip y yo se encontraba deliciosa, al menos bien para esta temporada.
El frío de la noche no cesaba, la oscuridad de la luna no apoyaba en nada a los ciudadanos de aquí, de los pocos que quedábamos.
…
A la mañana siguiente, Flip bosteza con tal agudeza, que apenas Thom lo nota:
Oh, vamos amigo, apenas acabas de levantarte y ya te sientes cansado … ven, revisemos como va tu herida – decía Thom con cierta incertidumbre.
Ha mejorado muy rápido, parece que el tratamiento de Sarah te puso mucho mejor, me alegra. Ven, tomemos rápido el desayuno, la hora se va con prisa.
…
Al acabar, luego de la mitad de una hora, Tom se prepara para dirigirse hacia St. Mary’s, donde vive uno de sus viejos amigos:
Vámomos Flip, se nos hace tarde, debemos de llegar a tiempo para entregarle el recado a Quinn y su familia – recálca Thom, mientras alista todas sus provisiones y objetos para el recorrido lejos de casa.
El día parecía estar perfecto, nada de calor, nada de frío excesivo, aturdiéndo las extremidades de Thom o de Flip.
… Pasadas las horas y días enteros, ambos compañeros, llegan hasta una pequeña cazona de vigilancia a metros cerca del río.
El toque de una campanilla alertaría a cualquiera que se encuentre en vigilia, sin embargo y siendo muy tarde, la presencia de una persona se hace nula. Thom decide entonces ingresar hacia la cazona, preparándo su arma de caza.
Flip lo sigue hasta la entrada, mientras el laberinto de cosas se hacen presentes.
Flip aguarda a su compañero, mientras Thom revisa lo que parece ser el cuerpo magullado de un vigía. Mientras Thom aguarda cerca del cuerpo, Flip alerta la llegada o regreso de alguien más.
Thom mira de regreso a la puerta de entrada y prepara su fusil que lleva siempre consigo en la caza, pero ésta vez es distinto. Flip lo acompaña con un breve gruñido, mientras las sombras de entre la puerta y las ventanas se hacen cada vez más claras.
Dos hombres y una pequeña jauría, cuenta Thom, a la velocidad con la que el miedo y el temor se esparcen dentro de él …
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