Un día volviste,
borraste todas mis lágrimas
y me pintaste sonrisas.
Mis heridas las cosiste
con puntadas de ternura
y en mi corazón,
inyectaste latidos nuevos.
En mi ventana dibujaste estrellas,
en mi cama sembraste amapolas,
y besos de colores,
plantaste en mi boca.
De la punta de tus dedos
brotaron versos
que ya llevaban mi nombre
y hacías, que me olvidara del resto.
Volviste,
con la boca llena de promesas
para recuperar la historia,
que un día el mar,
… decidió llevarse.
(Felicidad)
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