EL RECREO – el paseo de los monos

¡¡¡Vas a llegar tarde al colegio!!! … en tono alarmante me repetía mi madre mientras yo alistaba mis cuadernos del día. 13 de abril, iba en 4to año de secundaria y al llegar al colegio, tuve que hacer fila con los demás alumnos que llegaban tarde.

Aquel día nos tocaba las primeras horas de clase con el profesor al que solíamos llamarle el zorro, por el bigote que se dejaba era idéntico, aunque más bronceado, típico profesar de a costumbre de aplicar castigo si era necesario, y casi siempre lo era con nosotros.

En mi colegio como en la mayoría de los colegios públicos nos separan por secciones, la sección A, la B y la C. como la mayoría lo ha de saber va en escala respecto a la actitud, no es por que entrevisten a los alumnos, les hagan una prueba y los descarten y manden a los mas rebeldes a la sección C, sino es mas bien algo que se da naturalmente.

Los alumnos del A eran la mayoría de ellos muy aplicados y tranquilos, los del B un casi 50% aplicados y tranquilos, y los del C, un 100% aplicados y tranquilos, lo siento me he equivocado quería decir un 10% aplicados y tranquilos. Y me toco estar en el C, no por elección, quizás por destino, de los cual hablare en otro momento.

Regresando aquel 13 de abril, mientras salía de la formación de los alumnos que llegan tarde, me dirigía hacia el aula de soldadura, como estudiaba en un colegio público técnico, en lugar de llevar informática te elegían escoger una especialidad, y sin saber me toco soldadura, mientras iba hacia el aula, al cual todos o llamábamos taller, trataba de pensar en que le iba a decir al zorro, que excusa darle para no recibir un castigo, al final le iba a decir que me demore en llegar por que había mucho tráfico, claro en donde vivía no había trafico para nada, solo era para que se ría y le deje entrar al aula.

Llegando a la puerta veo uno de mi compañero parado en la entrada, era caxi, le pregunto, ¿oe y los demás?, ya que en salón solo estaban caxi, boika y cachi. Me dice que se han ido a jugar al villar y el profesor aun no llega. Me dio un poco de coraje porque también quería ir.

Minutos después llego el zorro, se sorprendió que solo éramos 4 alumnos, y pregunto que donde estaban los demás, al cual después de unos segundos de mirarnos todos, el profesor volvió a preguntar lo mismo añadiendo que llamaría al director y a nuestros padres, a lo que la mayoría de nosotros respondió, en el taco profe (no el decías zorro en su cara porque se molestaba y nos castigaba, y “taco” era el villar).

profesor muy molesto salió del aula diciendo, ya vuelvo vayan repasando que tenemos examen. Nunca se le había dicho al profesor donde era el villar, pero al parecer él ya lo sabía. Nos quedamos en el aula hasta el recreo, al tocar la campana salimos ha comprar algo a distraernos en nuestra media hora de relajo, a sentarnos en las gradas del frente al patio principal donde a veces jugábamos futbol así estuviésemos con zapatos negros de escolar.

Nunca pensé ver lo que sucedería, pues era recreo y todos los alumnos de todas las aulas estaban fuera en el patio socializando, jugando futbol etc. Por la entrada principal hacia el patio ingresaba el zorro, con todos los alumnos que se habían ido al villar a jugar, los tenía agachados en fila y tomados de la mano uno tras de otro, parecían unos monos al caminar mientras el zorro lo guiaba tirando de la mano del primer mono de la fila, les dio una vuelta entera por todo el patio mientras todos los alumnos del colegio incluyendo profesores se reían al ver aquel espectáculo de circo, y así los llevo hasta el taller.

Al terminar el recreo y regresar al aula, no podíamos entrar pues la puerta estaba cerrada y el profesor dentro dándoles un sermón para aquellos alumnos. Aquel día al zorro creo que también le gano la risa, porque se olvido del examen y solo siguió con su clase. Termino la hora con el zorro y solo nos quedaba una hora de clases de religión, salimos del colegio y aquel 13 de abril termino.