El puesto de atrás

Nota: Dedicado para todos mis compañeros , los que hicieron posible que escribiera «el puesto de atrás«, a mis amigos (Héctor y Anderson), a los profesores (sobre todo al maestro Jorge) y a todos en general que de una u otra manera crearon ese ambiente que me inspiró a escribir.

Ya casi es hora de alistarme para ir al colegio, es el ultimo año y estoy cansado de la misma gente. El reloj marca las 11; am y antes que me levante del computador mi madre ya esta diciendo que me aliste para ir al colegio, me hago el sordo hasta que ya no aguanto tanta cantaleta, cierro youtube. Estaba escuchando el nuevo álbum de Lil Supa’ titulado SERIO que publicó el día que cumplí 17 años.

Después de una hora ya estoy ahí, sentado en el puesto de atrás viendo a un señor de edad avanzada de aspecto sencillo con ojos pequeños y baja estatura, esta casi calvo, aunque su calvicie tiene algo característico, y son las tres canas que resaltan como faros. Habla pero no se le escucha, los estudiantes acostumbran ponerle mute como si fuera un televisor. – Que contradictorio e irónico es, pienso sin darle mucha importancia.

Ahora, solo por ahora le pondre mute, mientras mi mirada se pierde entre las letras que va haciendo en el tablero a medida que va hablando, sino yo no fuera de Cucuta podria asegurar que esta rapeando, por sus ademanes.

Después me veo en hip hop al parque rapeando frente a un montón de personas mientras me pierdo entre grafitis, manos que suben y bajan, humo de cannabis y un cielo gris, que hace que mi voz se torne grave, mi corazón ya no palpita a su voluntad ahora lo hace al ritmo del bombo y la caja, la gente se sabe mis canciones, !!!ME SIENTO MÁS FELIZ QUE NUNCA¡¡¡. Cuando de repente en pleno concierto empiezan a caer letras gigantescas del cielo, fuente times new roman que aun con su tamaño número 12 parecen meteoritos, la gente corre espantada buscando refugio, las letras caen una sobre otra hasta que forman una frase: DEBES SER UN PROFESIONAL.

En ese momento empiezo a escuchar al viejito del frente, su voz me hace entrar en razón, dice algo sobre la filosofía, que es para que no nos jodan con J, ha repetido la misma frase todo este tiempo y aun no se bien a que se refiere con J, sin embargo lo interpreto como; para que no nos jodan como un jueputa.

Miro a los lados veo a mis compañeros, algunos de ellos duermen acostados sobre el pupitre otros hablan de la fiesta del sábado, se ríen. Casi nadie le presta atención parece no importarle mucho pero sus ojos dicen lo contrario, reflejan un poco de frustración y preocupación por ellos… sí, esa es la palabra que puedo leer en su mirada desde el puesto de atrás de un salón, de un colegio público de la comuna nueve, en Cúcuta. Cucuta que no es de Colombia ni de Venezuela, solo Cúcuta.

Sigo sentado ahí, en el puesto de atrás, ahora escuchando lo que dice, logra llamar mi atención con el tema del lenguaje, dice que somos humanos por el lenguaje, que todo es lenguaje y que hay que vivir con helegacia, eso último retumba en mi mente como un tambor en una cueva.

Mientras dice ya las últimas palabras de su reflexión filosófica una compañera atrapa mi mirada, como una mariposa cuando es atrapada por una red, asi mismo lo hace ella con sus palabras que salen de sus labios o con sus labios de donde salen sus palabras, me gustaria besarla y creo que me delata el brilllo de mis ojos, la voz de alex campos que hace de campana, me deja salir por la tangente.

Miro al frente en donde esta ubicado el tablero, se queda un momento sin decir nada, acto seguido cierra los ojos y respira profundo con una expresión de cansancio, camina hasta la mesa, toma sus libros y sale con ellos cargandolos en el sobaco, olvidando poner el visto del resumen de la clase.

Algunos compañeros se levantan de sus puestos, y salen del salón para beber agua, otros la necesidad de una nota hace que ignoren el calor y la sed que sienten.
Antes que lleguen los compañeros ya está el siguiente profesor dictando clases, y así sucesivamente es el cambio de horas, hasta que llega la última que pasa rápida llevándose otro día mas de números, sermones socialistas, los good afternoon teacher, guías de arte, ética y religión, química orgánica, «los mismos ejercicios de siempre», e informática con un toque de stand up comedy.

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