Van der Decken
Lunes 10 de Julio, 2017
El patrimonialismo es una teoría que fue expuesta por el sociólogo alemán Max Weber, en la cual el principal elemento es que el Gobierno considera como propios los bienes públicos, es decir, el gobernante usa los recursos públicos a su alcance como si fueran suyos, buscando primeramente su beneficio personal, de manera especial el poder mantenerse en el poder, aunque de igual manera el beneficio de aquellas personas en las que puede confiar y a su vez lo mantienen en el poder.
Podemos ejemplificar dicha teoría con lo acontecido en el Gobierno Municipal de Mérida, en donde el alcalde Mauricio Vila Dosal haciendo uso de su poder como la cabeza de su administración ha desviado recursos públicos millonarios (más de 7.5 millones de pesos mensuales), a pesar de que vivimos en una era donde existe legislación que funciona como frenos y contrapesos al sistema, también existen formas de manipular los recursos públicos para poder hacer uso de ellos, tal es el caso expuesto de la administración de Mérida, creando una empresa fantasma como “Comercializadora de servicios generales Ek” en donde se ocupó el nombre de un empleado que laboro como barrendero, en un programa de empleo temporal, esto con el fin de hacer uso de sus datos fiscales para dar vida a dicha empresa y poder así elaborar facturas por supuestos servicios prestados por parte de una empresa que simple y llanamente no existe.
Ahora ¿En qué parte de lo expuesto, está presente el patrimonialismo? Si bien podría decirse que a simple vista no hay huella de existencia del patrimonialismo, porque el dinero se usó para pagar servicios (de una empresa que no existe) y no se configura como tal la teoría desarrollada por Max Weber. Pero si analizamos el tras fondo de los hechos, quien crea la empresa, tal vez no es el mismo alcalde (O quizás sí) si no su equipo de trabajo (A quienes busca beneficiar y así beneficiarse) es el gobernante quien está haciendo uso de los recursos del pueblo para su beneficio propio, pues mucho se ha dicho y especulado, que todo este dinero es el mismo que piensa emplear, Mauricio Vila en su campaña para contender por la gubernatura del Estado de Yucatán. Debido a la existencia de leyes como lo es la ley de transparencia y acceso a la información pública, los gobernantes de la actualidad se ven en la necesidad de crear estrategias (Maquillajes) para disponer a su antojo de los bienes del pueblo.
¿En qué nos afecta el patrimonialismo? El patrimonialismo es una figura contemporánea que comúnmente se daba en la antigüedad, cuando no existía una legislación que sirviera como freno o contrapeso al poder del gobernante, sin embargo en pleno siglo XXI, el patrimonialismo sigue vigente, aunque con un disfraz que es evidente ante quienes se interesan por analizar al gobierno y no solo criticarlo sin fundamentos. El patrimonialismo es una práctica que afecta directamente la vida democrática de la sociedad, pues es una corriente completamente opuesta a los regímenes democráticos, lo que resulta inaceptable, ya que el artículo 40 de nuestra carta magna a la letra dice: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en un República representativa, democrática, federal…” en pocas palabras se supone que vivimos en una democracia, por lo tanto es nuestro derecho y deber como sociedad ser críticos del sistema que nos rige y exigir a nuestros gobernantes, cuentas y vigilar que desempeñen sus funciones con estricto apego a Derecho, respetando las normas constitucionales mexicanas, y, quienes no lo hagan, no deben gobernar más.
Mérida, yucatán
estadista.vanderdecken@gmail.com
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