Vi a esos dos niños, de unos 7 u 8 años, ríendo, felices, arrojando un limón al viento, intentando atraparlo en su caída, fallando e intentándolo de nuevo, una chica joven reía con ellos e intentaba guiarlos.
Es inevitable darme cuenta que quisas no soy diferente, quisas soy un adulto intentando liberar al viento mis deseos, esperando atrapar resultados.
Quisas algo me guía y aun no soy consciente de ellos.
Quisas deveria reír más en el proceso e intentarlo una y otra ves, por que tarde o temprano, eso que arroje, regresará a mi.
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