A partir del tópico “Hay que trabajar”, se plantea la pregunta por el bien último de la enajenación instaurada en la sociedad en los últimos años, los héroes actuales de la sociedad, endiosados, aceptados y admirados no son más que falencias culturales productos del sistema neoliberal-capitalista. El cual como Foucault decía, define de forma concreta los saberes, verdades y normalidades al que las personas están sujetas. Con el fin de realizar el rol esperado de ellos dentro del cuerpo social. El hombre o mujer que desea satisfacer dicha necesidad instaurada en base al control del otro. Sufrirá una suerte de contradicción empírica, se sentirá orgulloso de ser capaz de cumplir su rol , dentro del colectivo, al mismo tiempo que se ve inmerso en una profunda sensación de desapego personal con el yo, debido a la desviación ejercida por las instituciones de control a las cuales él ha sido sometido desde su infancia temprana.
Esto delimita en gran medida el plan de colectividad instaurado por la sociedad actual, la cual la disciplina principal es la del sacrificio-orgulloso. La mayoría de los trabajadores enajenados por dicha disciplina, se ve a sí mismo como un mártir público, le demuestra a todo su entorno al sacrificio que debe verse sometido (además de sus regalías), el cual lo expone como sujeto de aguante. El sujeto de sacrificio está orgulloso de aguantar el daño que sufre ante las demandas de la sociedad (tanto emocionales como productivas), al mismo tiempo que es incapaz de iniciar un cambio sustancial en su forma de vida, debido a los fuertes choques, sociales y económicos que dicha transformación puede llevar a producir.
Si bien, el hombre enajenado está delimitado por ciertas verdades y condiciones, también se encarga de esparcir por todo su entorno las doctrinas que el encuentra como correctas(incluyendo sus hijos), la cual al encontrarse con su contraposición, en este caso la filosofía, delibera automáticamente todas las criticas pertenecientes a sistema productivo actual, el sujeto enajenado es incapaz de ir en contra de la doctrina capitalista, sería ir contra sí mismo y su historia, por eso la defiende. Se le arrebataría todo fundamento a su existencia mostrando la verdad de sus actos vacíos, lo que me recuerda una conocida frase del escritor Ivan Tolstoi la cual expone, ”Y si toda mi vida ha sido un error”. La cual aclara la capacidad que tiene la sociedad para generar control en sus integrantes, con la finalidad de llegar a un bien superior alque se puede obtener por medio de la fuerza de trabajo propia, desgraciadamente con un costo irrecuperable, la vida.
Debido a esto, la visión del héroe-sacrificado es fruto de una especie de Pseudo-verdad muy similar a la verdad del buen sentir humano, se premia y adula al hombre, se premia el esfuerzo extremo, el cual en cierta medida puede llegar a ser positivo. Siempre que sus fines sean de carácter propio y no correspondiente a otro. Lo expuso Kant con su frase “El hombres debe ser siempre visto como fines, y no medios”, de esta forma se aclara de forma positivista, que el hecho de ser sirviente de una historia, de un contexto y de uno mismo puede ser de gran contribución para la sociedad y el yo. Por desgracia esta entrega al yo inicia una suerte de critica Interpersonal, critica que instaura múltiples inseguridades en las personas que, al confrontarse a la adversidad que genera el cambio personal desde la producción a la realización, terminan por rechazar las revelaciones que se les muestran,
De esta forma se entiende la visión del hombre libre de la enajenación, la formación del sujeto alienado va directamente ligado al concepto de crítica sobre el no enajenado, Debido al posible cambio filosófico y falta de capacidad productiva que representa.
Personalmente pienso que debe existir una razón última para el sacrificio de la vida de las personas, una razón que delimite entre la adjudicación de la perspectiva sacrificante y el cambio filosófico. Los griegos por ejemplo, sostenían que la verdad se encontraba en otro mundo, en concreto Platón exponía al mundo como dimensión de mentiras, y que existía otro mundo el cual contenía toda las verdades, dicho esto se presenta la dicotomía de la muerte y la productividad. Pienso que las personas, escapan del miedo a la muerte por medio del hacer del todo. Ya que la muerte representa la ausencia del todo y da inicio a la nada, el hombre o mujer se auto productivisa al máximo, entendiendo como producción la última verdad, lo único, real y tangible y por consecuente debe ser ejercido en todas sus posibles aristas mientras sigamos con vida, de otra forma no estaría aprovechándola, y no existe nada peor que no aprovechar la vida, pero no creo que sea necesariamente así, la vida no trata sobre producción, trata sobre realización, de entendimiento y tranquilidad. Simone de Beauvoir expuso bien claro en sus discursos que el ser se afianza a la vida a través de los proyectos, pero de los proyectos propios, no los infundados por la sociedad capitalista gobernada por las empresas, poderes políticos y propagandas idealistas que guían las mentes de las personas.
Por otra parte, la sociedad actual neoliberal ha sido delegada al poder de unos pocos, los cuales han sido lo suficientemente egoístas como para generar una cadena de ideas que idealizan al trabajo como la acción más noble que puede ejercer el hombre, y digo hombre debido al puesto que le han impuesto durante su transcurso histórico, no está mal recordar que el hombre siempre ha sido dueño de la historia debido a su participación activa en todas las dimensiones de la sociedad, mientras que a la mujer se le ha suprimido de forma injusta a una suerte de papel secundario debido a otros factores como; la maternidad, la visión de la pasividad griega transferida a los romanos y luego a la cultura occidental o las instituciones disciplinarias que expuse en el primer párrafo. Dicho esto se entiende la objetivación productiva que tiene el hombre dentro del cuerpo social, se entiend
e que mientras la mujer sea suprimida el hombre será el único dueño del transcurso de la humanidad, y si este es controlado por unos pocos. Estos pocos serán los que controlaran a los personajes principales en todo ámbito y por consecuente al mundo. Por desgracia para estos, las revoluciones actuales como la del M8, muestra el profundo cambio filosófico que se busca en términos de igualdad y oportunidades. Pero aún más en criterios frente a la vida.
Gracias a esto, pienso con fuerte convicción que la sociedad y en especial el hombre está en un proceso de cambio y aprendizaje profundo. El empoderamiento de la mujer. Su perspectiva del mundo en conjunto de las injusticias que han sufrido a lo largo de la historia, le ha dado una justa razón por la que luchar, lucha que culminara en el intercambio valórico de las sexos, lo femenino dejara de ser negativo, y lo sensible dejara de ser débil y estas actitudes dejaran de generar rechazo en el hombre, y cuando este suceda, el hombre sin miedo, dejara de negar dichas características femeninas que yacen dentro del desde su origen antropológico. Y podrá dar paso a un verdadero entendimiento propio, que conllevara a la refutación de todos los valores previos infundados por el miedo y la productividad. Ese día, el hombre será más sensible que ayer. La conversación con el yo será fluida, la conexión con los hijos hombres o mujeres por parte de los padres será más afectiva, el arte, la cual representa una abstracción total de los sentires que se inician a partir de la introspección sensorial e intelectual, será una exposición común y abundante, pero igualmente exquisita, Y el mundo será mejor, y todo gracias a la mujer y el pensar.
“Ser libre es querer la libertad de los demás”
Simone de Beauvoir
El padre condicional y el desapego alienante
Las variadas sociedades de la actualidad han dotado de carácter negativo la sensibilidad en los varones, los paradigmas infundados por los sistemas capitalistas han determinado como valores primarios todos aquellos que reafirmen la dureza yproductividad compulsiva en los hombres. Pues, si indagamos en la evolución de la formación personal chilena, se puede apreciar una clara tendencia inconsciente en las personas, sea dañina o no para ellos o sus pares, hacia lo incuestionable, vale decir, al camino ya predispuesto para todos como la familia “tipo”, el empleo o la personalidad entre otros, debido a la seguridad que esta provee.
Erich Fromm en su libro “El arte de amar”, determina que la mujer es el personaje principal en la formación de los hijos. La mujer, según Fromm, está capacitada para entregar todas las herramientas necesarias para el pleno desarrollo de los menores a través de la aceptación de sus cualidades y gustos. Fromm expone la sensibilidad de la mujer y la aceptación de la alteridad en sus hijos como una característica de la cual el hombre carece, y que en la mayoría de los casos es incapaz de adquirir debido a la confrontación social que simboliza.
El hombre contemporáneo es incapaz de aceptar lo catalogado como criticable. La homosexualidad, el desinterés por la productividad consumista o las ideas revolucionarias, son sin lugar a dudas puntos de quiebre fundamentales en las relaciones intrafamiliares. Normalmente la presión ejercida por los ideales personales se adentra en las relaciones entre padres e hijos, generando estragos al confrontar el apoyo incondicional contra el idealismo formacional proveniente de la sociedad. Debido a esto, La visión de hijos como productos de consumo empresarial se ha masificado en las últimas décadas, terminando por generar un distanciamiento emocional, personal y familiar. El cual culmina en la alienación generalizada de todas las elecciones tanto realizativas como emocionales. El miedo a la crítica y el orgullo son las emociones que sostienen a través del tiempo la alienación de las personas y que, al parecer por contraparte, el placer tiende a ser la meta buscada por todos, simbolizada a través de la aceptación de los demás. El visto bueno del público expectante del recorrido de los hijos, es al parecer una determinante fundamental en las limitaciones que se arraigan firmemente a los hogares.
Por desgracia, las limitaciones humanas en cualquier espectro, en especial en la formación de los menores, concluye en la incongruencia psíquica en los adultos. Debido a la falta de apoyo emocional, los hombres y mujeres de la actualidad son incapaces de doblarle la mano al destino frente a las críticas del otro. Temen a todo. El hombre por su parte teme a las caricias, teme a verse débil frente a sus iguales, teme a la emoción de la vida y los sentires. ¿O no es de extrañar que los hombres no se emocionen en público? O ¿que las caricias familiares sean un acto privado?,en múltiples dimensiones el hombre se limita al que dirán para evitar la crítica o la vergüenza o el dolor, por consecuente me gustaría plantear una pregunta que dejara a más de uno pensante.
¿No es la sensibilidad la puerta a la unión entre las personas? Desvergonzarse de la opinión tal vez, puede ser el ideal de la sociedad para los hombres, es una lástima que la mujer haya tenido que ascender al nivel de violencia machista para ser realmente escuchada, habría sido mejor el ascenso de la sensibilidad del hombre hacia la conexión. Supongo que de esta forma, los hijos recibirían el amor incondicional que merecen para su formación adecuada, y más importante aún, para su felicidad y aceptación propia.
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