Prólogo
¿Cómo debemos enfrentar las apariciones que atormentan nuestros pensamientos?, cuando una idea se apodera de nosotros por completo no sabemos como dejarla ir y nos aferramos a lo que no nos hace daño creer aun sea una mentira.
La chica se encontraba sentada en una banca en el parque, ella tenia la vista fija en el suelo y parecía no importarle nada más. Era un día tranquilo para todos, las aves cantaban y el viento era leve, solamente el sonido de la respiración brusca de las personas que trotaban podía perforar por segundos la paz que había. Nadie le prestaba atención y parecía preocuparle, ella era tímida y simplemente muy social, aun así, no se atrevía a hablar con nadie más porque las personas llegaban a ella como si la necesitaran.
Yo solo observaba a lo lejos era demasiado cobarde para acercarme y prefería solo escuchar su risa que por un momento me llevaba a un estado total de paz, solo cabía imaginar escenarios ficticios donde podía tener una conversación interesante con ella.
Ideaba todo tipo de ideas para tener aunque sea minuto de su atención, nunca me atreví y solo me llenaba de curiosidad saber como seria si su palabra fuera dirigida hacia mí.
Me sentaba y me distraía en clases para escribir sobre ella, aquella musa tan misteriosa como un recuerdo vivido que no sabes de donde proviene, pero conoces más que cualquiera por alguna razón. Estoy seguro de que se más de ella que otras personas, no se como solo estoy seguro de que de alguna forma estábamos destinados a levantarnos juntos de este mundo tan espantosamente bello.
CAP. I
Era 9 de julio y estaba decidido a hablar con ella, un sueño que parecía ser mi meta más difícil aun habiendo logrado cosas que parecían importantes para mi familia, siempre tuve un buen desempeño en todas las actividades que desarrollé, pero nada de eso me traía satisfacción a mí, no era algo realmente importante porque eran elegidas mis elecciones por decisiones ajenas y no una propia, pero esta vez iba a romper el patrón en el que me quedé estancado sin darme cuenta.
Caminando al lugar me di cuenta de que estaba aterrado como jamás lo había estado, había tenido presentaciones frente a más de 100,000 y representando a mi país sin alguna sensación de nerviosismo o miedo, y me aterraba conocer a una chica.
Estaba cruzando la calle, la podía ver en la entrada del parque, estoy seguro de que ella es la chica más extraordinaria del mundo porque estoy loco por ella o al menos eso creo, jamás había estado tan entusiasmado por algo de verdad estaba feliz, cruce la calle sin fijarme del mundo en el que estaba porque yo se que mi nueva residencia seria con ella, ya no seriamos ajenos si no que podría al fin ver sus ojos que brillan y me hacen sentir vivo, a mitad de la calle pude ver a alguien parado frente a mí, no sé qué le ocurría, era un señor de aproximadamente 50 años, vestía traje y parecía que estaba saliendo del trabajo, pero tenía una expresión muy particular parecía haber visto una masacre porque estaba petrificado, en eso sentí un dolor punzante en la espalda, me sentí fatigado y solo caí al suelo como si me obligaran a ponerme de rodillas, no aguantaba el peso de mi cuerpo, ¿Qué se supone que pasaba?, más gente llegaba y tenían la misma expresión de horror, volteé la cabeza para mirar que había ocurrido y pude ver como un automovilista había tenido un accidente, no entiendo porque no escuche nada si estaba a unos cuantos metros de lo ocurrido, supuse que yo estaría herido y por eso habría tenido esa reacción de fatiga, pero no me intereso porque al mismo tiempo recordé que hacia en ese lugar, yo estaba ahí por ella, para verla, para conocerla al fin, pero al girar la mirada ella ya no estaba, ¿Dónde estaría si la acabo de ver hace unos minutos?.
Me acerqué al parque y me senté en la banca donde ella se sentaba, pude sentir un alivio extraordinario, tenia frío pero que puedo decir, yo siempre tengo frio, entonces ella apareció, estaba viendo un árbol, no se como no me di cuenta antes pero era mi oportunidad, me levante y me acomode la chamarra que llevaba, di unos paso y giro a verme, sus ojos me flecharon y no pude más que bajar la mirada, entonces escuche su voz…
– ¿No crees que sería más bonito si las estrellas fueran eternas?- dijo con un tono calmado y compasivo.
No entendí la pregunta porque me distraje con la ondulación de su voz, me doblego como si me obligaran a dar acceso a mi alma, levanté la mirada aun evitando el contacto visual y solo dije:
– Creo que son perfectas, el que tengan un final le da sentido a su existencia.
Fue lo último que pude decir, desperté en un hospital 1 semana después, había imaginado todo después de que el automovilista me golpeara con el coche en la columna, estuve a nada de morir de no ser porque un hombre llamado Erwin según los médicos, detuvo el sangrado e hizo lo que pudo, era un medico retirado de la Gran Guerra, tuve suerte supongo, el mejor día de mi vida terminó siendo aquel que me dejo en un hospital, de verdad no entiendo que hice para merecer un castigo así.
Acaso desafiar y confrontar una rutina incansable que no deja de tener sentido y volverse inútil hasta que nos hacemos la simple pregunta del “¿Por qué?”, si las personas se atrevieran se daría cuenta de que gracias a superar el miedo a lo desconocido podemos llegar mucho más lejos que todos con el simple hecho de intentar.
Estoy seguro de que mi vida sonaba como una novela romántica antes de aceptar la soledad en la que me encuentro, aun no la había conocido por mi culpa de entusiasmarme a un nivel que me cegó, la felicidad y el entusiasmo no son malos pero si no dejan más vulnerables cuando estamos en un ambiente en el que predomina el silencio lúgubre que se contagia y yo diría que es una de las peores catástrofes que suceden día a día en este mundo, la idea de tener un “más allá” también funciona como un distractor porque en realidad esta idea se genera cuando el humano dese que haya otra oportunidad donde no tenga que sufrir, desea que haya un más allá porque tiene miedo de este mundo.
En ese momento volví a la realidad, me distraje un momento en mis pensamientos he incluso olvide en que época vivía, me contaron que en realidad jamás hable con ninguna chica, no escuche su voz, jamás me vio con aquellos ojos y jamás me pregunto sobre las estrellas.
Es un buen ejemplo para explicar como nuestro subconsciente intenta mantenernos distraídos enfocándonos en asuntos más “positivos”, en mi caso con la chica que más anhelo conocer, en otras personas es más presente esto e incluso consientes se auto distraen para evitar ser heridos, yo acepto cualquier herida que me pueda hacer mi subconsciente porque me considero más capaz que mis problemas.
1 mes después
Me diagnosticaron que probablemente no vuelva a caminar jamás en mi vida por el problema que me dejo el accidente en la columna, supongo que me niego a este diagnóstico, yo decidiré si realmente no vuelvo a caminar, considero que la capacidad de autosuperación tanto física como mental me van a dejar como nuevo, creo que el placebo soy yo.
No pienso quedarme aquí en el hospital mucho tiempo, esperando que mi familia cubra todos los gastos por mi culpa, con la tecnología de hoy en día lo mucho que pueden hacer es una prótesis de madera para que no se vea la horrible cicatriz y estado en el que termino mi espalda, no tengo una razón para irme, pero tampoco para quedarme aquí a que los médicos me digan lo mismo todo el tiempo, solo me dan dos opciones escuchar una hipótesis que no me sirve de nada y escuchar un argumento que se que no es cierto, tal vez pronto reciba alguna visita de mi familia hasta entonces supongo que seguiré aquí en esta cama.
Hoy en la noche recibí una carta de mi padre hablando sobre porque no podrían acudir a verme pero que seguirían pagando mis gastos hasta que estuviera mejor, esto me termino a dar por entender que los doctores podrían decir que sigo mal para seguir ganando dinero, ni si quiera se en que hospital me encuentro y no he dicho ni una palabra desde que me contaron sobre mi alucinación, no me quedare más tiempo aquí, me voy mañana en la noche.
Espere a las 11:11 y me subí en una silla de ruedas que estaba por si acaso en mi habitación, los médicos estaban festejando el cumpleaños de uno de ellos, aproveche la oportunidad y el ruido para entrar al almacén donde seguro encontraría una puerta al exterior, en eso escuche pasos aproximándose y no tenia como esconderme con la silla de ruedas, entonces con todas mis fuerzas me puse de pie y me desplace hasta una manta que tapaba un auto de ambulancia, podría quedarme debajo de hasta que se fuera quien sea que estaba en el almacén también, me asome un poco para ver quien estaba ahí y entonces pude ver lo que menos me esperaba, era otro paciente, no sabia nada de el y tal vez estaba ahí porque lo habían mandado a buscar algo, o tal vez estaba ahí por la misma razón que yo, y si él también quería escapar sería más fácil para mí, pero si alertara sobre que estaba ahí seria mi perdición.
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