Capítulo 1
Me levanté a las 06:00 de la mañana para poder arreglarme, entré a la ducha, luego de terminar tomé una toalla para secarme e ir a buscar la ropa que me pondría. Decidí ponerme un jeans azul con una blusa polo rosa pálido y mis zapatos Converse rosa, me cepille el cabello y quise dejarlo suelto; me maquille sutilmente.
-Vanessa, el desayuno está listo. –me anunció mi madre.
-¡Voy Mamá! –Grité dando saltitos para ponerme el zapato que me faltaba.
-Enana, ¿estás ahí dentro? –dijo Mason, mi hermano mayor, tocando la puerta de mi habitación.
-Deja de llamarme así, gigante. –Respondí tratando de sonar enojada. –Y sí, estoy aquí.
-Qué graciosa, ¿quieres que te lleve hoy? –Preguntó abriendo la puerta de mi habitación.
-Oye, no he dicho “Claro, Mason, puedes pasar”. –Digo cruzando mis brazos sobre mi pecho y sonriéndole de lado.
-¿A no? –Dice avanzando con pasos lentos hacia mí y sonriendo maliciosamente.
Sin previo aviso se tira sobre mí, me sujeta como si fuera una bolsa de papas y me dirige hacia la cocina. Por más que grite o patalee no logró zafarme de su agarre.
-Mason, suéltame. ¡Mamá, Mason me trata como bolsa de papas! –Grito. Me costó tanto arreglar mi cabello como que para que mi hermano solo venga y me despeine en un segundo. ¡Oh no señor, esto no se quedará así!
Pasamos junto a la pecera pequeña que hay en casa, claramente sin peces, ya que es mía y pues no sobrevivieron los pobrecitos. La agarro y sin previo aviso le vierto el contenido entre los pantalones a Mason. Él gruñe antes de tirarme sobre el sofá, yo me rio como foca retrasada, si las que se retuercen y aplauden. Mason me ve con cara de pocos amigos pero en sus ojos veo que está jugando.
-Me las pagarás, Vanessa.
Salgo corriendo hacia dónde está mi padre tomando su café y leyendo el periódico de esta mañana. Me posiciono detrás de él y le digo:
-¡Papi, sálvame!
Mason aparece segundos después con sus pantalones goteando y se recuesta en el umbral de la cocina.
-Papá, ¿puedo llevarme a Vanessa para que pague lo que me hizo? –Pregunta con voz divertida.
Mi padre me ve por encima del hombro. Yo niego repetidas veces rogándole con la mirada para que no deje que Mason me lleve.
-Claro, hijo. Mojarte los pantalones es algo muy malo. –Dice antes de soltar una carcajada. De esta no te libras papá. Digo para mis adentros antes de tomar un vaso de agua que hay en el desayunador y esparcirle un poco en la cara. Mason suelta carcajadas y se sostiene el estómago. Pff, dramático. Aprovecho la oportunidad y salgo corriendo hacia la sala en busca de mi madre, solo ella puede librarme de este par de maniacos.
-¡Vanesa Hoult, de esta no te libras! –Escucho gritar a mi padre y hermano al unísono con voces divertidas.
-¡Sigan soñando, mamá no dejará que eso pase!
Escucho como susurran y salen corriendo al patio trasero. Ja, le temen a mamá. Nunca falla.
-¿Qué son todos esos gritos? –Pregunta mi madre bajando de las escaleras con su sonrisa radiante y su ropa impecable.
-Solo eran ese par de maniacos tratando de vengarse de mí.
Mama sonríe y me dice: -¿Qué hiciste esta vez, Vanessa?
-Am, pues yo… -Finjo tener una tos y continuo –Solo moje los pantalones de Mason con el agua de mi pecera y a papá le esparcí agua en la cara, nada malo, mamá. –Me mira fijamente con una sonrisa en los labios y hace un asentimiento de la cabeza esperando que continúe. –En mi defensa, Mason me agarro como bolsa de papas y papá no me defendió.
Veo que Mason y mi padre, están observando por el ventanal que lleva directo de la sala, hacia el patio. Sonrío maliciosamente y ellos ven asustados a mi madre.
Ella los ve y les dice: -Vamos, chicos. Entren.
Me ven desconfiando pero igual entran. Mi madre dice que hagamos una tregua por el momento ya que se nos está haciendo tarde y Mason aún debe cambiarse de pantalones y pues de ropa interior también, intento tragarme una carcajada pero no puedo y la suelto, Mason me fulmina con la mirada antes de explotar él también en carcajadas, luego mi padre y al final mi madre. Cuando estamos ya más calmados juntamos los tres nuestras manos, Mason, mi padre y yo para concluir el trámite de tregua. Lo sé “Exagerados” pero de lo contrario estarán molestándome todo el día y no quiero eso.
Mason sube a su habitación. Mi padre, que ya secó su cara, se dispone a ayudar a mi madre a servir el desayuno, mientras yo pongo la mesa. Veo la hora y… ¡Joder! 7:15. Solo tenemos 20 minutos para que comiencen las clases.
Agarré mi desayuno a toda prisa. Mason, apenas estaba dando un bocado. Lo jalé del brazo y le dije:
-Mason, andando que ya es tarde.
-Espérame, ni siquiera he desayudado y este cuerpo necesita vitaminas. –Dice parándose enfrente de mí y señalando su cuerpo de arriba abajo.
Agarro una bolsa plástica y coloco en ella toda la comida de Mason, él solo me observa con el ceño fruncido.
-Listo, aquí tienes tu desayuno exprés. –Digo sonriendo al momento que le ofrezco su bolsa nutritiva. –Ahora, andando.
Solo se limitó a sonreír y decir: “Estas demente, Vanessa Hoult”
Nos despedimos de nuestros padres, pero mi padre nos detuvo diciendo:
-Chicos, esperen. –Dijo dejando su taza de café en la encimera. Y prosiguió. –Esta noche vendrá a cenar un buen amigo mío con su esposa e hijo. Quiero que se comporten y que estén listos para las 5:00 de la tarde ¿De acuerdo?
-De acuerdo. -dijimos al unísono. Salimos de casa, no sin antes recibir un beso cada uno, de nuestra madre. Nos dirigimos hacia el auto de Mason.
Todo el trayecto fue tranquilo, puse música y me quede admirando los árboles y las casas que íbamos dejando atrás hasta que llegamos al instituto.
-Servida, Enana. –Dice Mason bajando del auto. Me limito a sonreír y salir también. – ¿Quieres que te espere a la salida?
-No, gracias. Le diré a Kim que me lleve.
-Bueno, entonces… Hasta la tarde. Y avísame si Erick trata de hacerte algo. –Dice en tono protector.
-Tranquilo, Mason. Lo haré. –Y sin más, se despide con un movimiento de mano, lo imito y luego cada uno se dirige a su clase, que por suerte aún tengo 5 minutos para ir a mi casillero y tomar mis cosas.
Erick es mi ex novio lo deje por que supe que me engañaba con Andrea, la popular del instituto. Estaba claro, pero no lo quería aceptar, desde entonces Mason, Liam, Luke, Natalia y Kim, mis amigos, no lo pueden ni ver porque se le quieren lanzar todos juntos. Pensándolo bien, es algo gracioso.
-¡Vane, oye espera! –Grita alguien a mis espaldas y reconozco esa voz de inmediato, Kim.
-¡Hola! -Exclamo sonriendo. Como Kim venia corriendo hacia mí, ahora está jadeando y es divertido ver cómo trata de recuperar el aliento.
-Vanessa, casi me da un infarto por seguirte. –Dice riendo.
-Oh, vamos. No seas dramática y mejor vámonos a Historia o llegaremos tarde. -Digo tomándola del brazo y las dos avanzamos hasta llegar a clase y gracias a Dios, aún no ha llegado.
El tiempo pasó lento, revisión de tarea, explicaciones, ejercicios y más tarea, nada nuevo…
Mi siguiente clase era Matemática, luego bilogía y por ultimo Lengua. Después de eso llega la hora de almorzar.
***
Al fin, hora de comer. Recojo mis cosas ya que estaba en clase de lengua y siento que hay alguien detrás de mí, me volteo y veo a mi mejor amigo, Liam.
-Hola, pequeña abeja. –Me despeina como de costumbre cada vez que me ve.
-Oye en mi defensa, tenía 6 años y me encantaba mi disfraz de abejita. –Digo sonriendo y haciendo un puchero que lo hace soltar una carcajada.
Tenía 6 años y estaba en el kinder, donde conocí a Liam. Siempre llevaba mi disfraz de abejita, me encantaban las franjas y las antenitas que tenía. Liam siempre me decía: Pequeña abeja.
-Está bien, si tú lo dices… -Levanta los brazos en forma de rendición. Nunca lo superará. -¿Te apetece ir a la cafetería a comer hamburguesas y papas fritas?
-Por supuesto, Liam.
Salimos juntos de la clase y avanzamos hacia la cafetería que está repleta, distingo a Kim y a Natalia en una de las mesas junto a los ventanales. Liam y yo hacemos fila para pedir nuestra comida y cuando ya la tenemos nos dirigimos hacia la mesa donde están nuestras amigas.
-¿Has visto al chico nuevo? –me susurra Liam.
-¿Hay un chico nuevo? –Frunzo el ceño.
-Sí, dicen que llegó la semana pasada con sus padres.
-Bueno, habrá que conocerlo ¿no crees? –Sonrío.
-Ajá. –Contesta antes de sentarse. Lo imito.
A los minutos llegaron, Mason y Luke. Luke es el novio de Natalia se conocieron en el kinder de sus hermanos pequeños, los dos niños insistieron tanto que al final Luke invitó a salir a Natalia y desde entonces no se han separado, ni siquiera son de pelear mucho, siempre están felices uno con el otro y sonriendo.
Capítulo 2
-¡Chicos, noticia de última hora! –Dijo Nat levantándose.
-Ni se te ocurra mencionar al idiota de Erick. –Escupió Kim al momento que volteaba a ver instintivamente hacia donde se encontraba Erick con su grupo de amigos.
-Am, pues yo… -Su respuesta quedó suspendida ya que Mason la interrumpió.
-¡QUE HIZO EL MALNACIDO ESE! –Gritó y fijando su vista en mí, prosiguió. -¡TE HIZO ALGO!
-¿Qué? No, claro que no. –Dije confusa.
-Eh, chicos, ya cállense ¿quieren? –Liam dio una palmada en la mesa para captar nuestra atención mientras Luke se reía de nuestras caras asustadas por la reacción de Liam. Nat lo fulminaba con su mirada, pobre Luke. Ahora todo estaba peor, Mason se quejaba por lo que Liam hizo, Kim tratando de callarlos, Nat, ya saben tratando de matar a Luke. Y yo con unas ganas de matarlos para que se callen de una vez.
-Cállense ya, maldita sea. –Digo poniéndome de pie. Todos se quedan congelados viéndome. Perfecto, capté su atención. –Ahora, Natalia. Nos vas a decir de una vez por todas ¿Qué pasó con Erick?
-Pasa que se irá de la ciudad, de acuerdo. Quería que lo supieran porque al fin nos libraremos de él.
Todos abrieron su boca formando una perfecta “O”. Hubo un silencio muy incómodo. Pensándolo bien, es mejor así. Por fin todos estarán tranquilos, incluyéndome.
-Pasando a otro tema, ¿saben que hay un chico nuevo? –digo.
– Y tú ¿Cómo lo sabes? –Cuestionó con inquietud, Mason.
-Liam me lo dijo esta mañana.
Todos volteamos a verlo pidiendo una explicación.
-Está en mi clase de biología. Agh, todas las chicas babeaban por él.
-Mmm, creo que puede hacer buena pareja con Vanessa ¿No es cierto, Nat? –Dijo Kim, lo hace para fastidiar a Mason, este par se gusta, pero no lo quieren admitir. Tarde o temprano haré que salgan juntos. ¿Cómo? No lo pregunten, porque ni yo lo sé.
Mason levanta la mirada de su comida, lenta y tranquilamente. ¿Qué estará tramando?
-¿Tan segura estás?
-Claro que sí. –Respondió Natalia. Oh pobre de ti. Si quieres molestar a Mason de esa manera, será mejor que cuides tu espalda. Es un completo protector vengativo. Los dos están en una batalla de miradas. Esto se pondrá interesante…
-Oh vamos ¿ya van a empezar? – Suelto con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Qué? Solo quiero molestarlo un rato. –Dice Kim burlona.
-Chicos, ¿qué está pasando? –Preguntó incrédulo, Liam.
Iba a responder pero un gran estruendo nos tomó por sorpresa a todos. Los que estaban en la cafetería con nosotros salieron corriendo, mis amigos y yo nos juntamos y salimos todos por el camino secreto que solo nosotros conocíamos. Este se encuentra atrás de la cocina. Dudo que alguien más lo conozca, ya que está detrás del estante para platos.
-No se separen. –Susurró Kim.
-¿Qué fue eso? –Digo.
-¡Santo cielo! ¡Una explosión! –Gritó Nat.
-Pero… ¿Quién haría algo así? Y ¿Por qué? –Dice Luke totalmente desconcertado, como todos.
Seguimos avanzando. Mason encabeza la fila y yo la finalizo. El camino es estrecho, solo para una persona a la vez. Lo encontré en el momento que estaba huyendo de Erick y vi que llevaba hacía el aparcamiento así, que les dije a los demás y cada vez que queremos escondernos o salir mucho más rápido.
-Ya casi llegamos. –Dijo Mason.
Justo antes de llegar a la puerta, sentí que alguien me puso un trapo en la boca y nariz, traté de gritar, pero me fue imposible. Luego todo se volvió negro y no supe más.
***
Desperté en la enfermería del instituto pero ¿qué rayos? ¿Qué estoy haciendo aquí? Todo estaba totalmente blanco, hay frascos de medicina, una gran lámpara en el techo que alumbra todo el lugar, estantes con quien sabe que, y una camilla, en la cual estoy acostada.
Solo recuerdo estar saliendo con los chico por nuestro lugar secreto… luego sentí algo en mi nariz y boca. Después de eso, nada más.
-Oh, Vanessa. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? ¿Llamo a la enfermera? –Dijo Kim entrando en el pequeño cuarto con su semblante preocupado.
-Sí, estoy bien. No, no hace falta que la llames. Solo quiero saber ¿qué me pasó?
-Nena, no lo sé. Todos salimos del pasadizo, excepto tú. Luke regresó y te encontró desmayada como a un metro antes de la salida y luego entre Mason, Liam y Luke, te trajeron acá. Por cierto, ¿qué comes? Les costó, como no tienes idea, traerte.
Kim sonrió dulcemente, iba a responder pero la gran bola de retrasados me lo impidió.
-La ogra durmiente al fin despertó. –Dijo Luke.
-No seas bruto, es la enana durmiente. –Le siguió Mason.
-Agh, chicos, es el mamut durmiente. Ya vieron que pesa como uno. –Dijo mi hermoso, mejor amigo.
-Me las pagaran, ¿lo saben verdad? –Digo tratando de sonar enojada.
-Ya, déjense de payasadas, esto es serio. –Interrumpió Natalia.
Todos asentimos y nos callamos de una vez por todas.
-¿Están todos bien? –Pregunto preocupada y solo los veo asentir. -¿Ya saben qué fue lo que sucedió en la cafetería?
Mason pone los ojos en blanco antes de responder. –La directora dijo que un chico trato de colocar una bomba en el centro de la cafetería pero… el chico nuevo, que la mayoría no conoce, vio lo que iba a pasar, golpeó al chico y corrió con la bomba en las manos hacia el patio, él estaba muy cerca aun, salió algo lastimado pero nada grave. –Concluyó.
-El chico que trato de poner la bomba ¿Saben quién fue? –digo totalmente aturdida por la noticia. Este pudo haber sido el último día de mi vida y un chico salvó nuestras vidas.
-No, nadie sabe quién es. Ni siquiera estudia con nosotros. –Responde Liam. –Debemos tener cuidado, no sabemos si puede tramar algo más.
-¡Oh! –Exclama Luke. –Han suspendido las siguientes clases de hoy. Así que ya todos nos podemos ir. Aunque la prensa está afuera, debemos esperar a que encuentren algo mejor para meter sus narices.
-Es cierto, aunque la mayoría ya se ha ido. Sus padres los han venido a recoger. –Contesta Natalia.
-Supongo que ya toda la ciudad se ha de haber enterado. –Digo soltando un suspiro. –Pero lo que no dejo de preguntarme es: ¿Quién me atacó a mí?
-¿Te atacaron, Vanessa? –Pregunta mi hermano con semblante preocupado.
-Si… bueno la verdad solamente sentí una mano tapando mi nariz y boca con un trapo, luego de eso me desmayé.
-Esto se está poniendo muy raro. –Dice en voz baja Liam. –Primero la bomba y ahora puede que el mismo idiota haya atacado a Vanessa. Pero… ¿Por qué a ella? ¿Cómo conoce nuestro pasadizo? Y ¿Cómo fue qué solo el nuevo lo haya visto venir?
Tiene razón. No tengo enemigos que yo sepa, solo Andrea y su grupito pero no es posible que llegara hasta ese nivel su odio por mí.
-Debemos investigar. Esto no se puede quedar así. –Dice Mason. –Solo sabemos que no es seguro estar separados y no es seguro seguir saliendo por el pasadizo. Puede que vuelva a atacar…
-Chicos, todos sus padres están ya en mi oficina. Pueden retirarse. –Interrumpió amablemente la directora Nash.
-Claro, ahora vamos. Gracias, Directora. –Dijo Nat.
-¿Te sientes mejor, Vanessa? –me pregunto la señora Nash.
-Sí, gracias.
Quito las sabanas que cubren mis piernas, cuando me levanto, siento que todo me da vueltas y casi caigo. Mason llega rápido al lado de la camilla y me sujeta por los brazos. Le sonrío en forma de agradecimiento y me incorporo.
-¿Segura qué te sientes bien? –Pregunta Kim.
-Sí, solo fue un pequeño mareo, no hay de qué preocuparse. –Digo tranquila. “O bueno, eso espero” digo para mis adentros.
Caminamos en silencio hasta la oficina de la directora. Quince minutos más tarde, vamos en el auto con Mason y mis padres. Nos dirigimos a nuestra casa, mis padres hablaron con la directora así que no tratan de hacernos preguntas sobre el tema. Solo se aseguran que estemos bien. Mamá me observa por el retrovisor y me sonríe, le devuelvo la sonrisa lo mejor que puedo aunque no dejó de tener miedo. No quiero que alguien me lastime y menos sin motivos.
Capítulo 3
Llegamos a casa alrededor de media hora.
-Chicos ¿Seguros qué están bien? –Nos preguntó mi madre.
-¿Hay algo qué no sepamos y deberíamos saber? –Siguió mi padre.
-No, no hay nada que no sepan. Todo se los explicó la señora Nash. –Respondió Mason.
¿Acaso no quiere que nuestros padres sepan qué me atacaron solo a mí? Se supone que son mis padres, no deberíamos ocultarles nada. Si pasara algo, ellos nos defenderían. Pero Mason debe tener una razón muy fuerte para no hacerlo, así que decido quedarme callada y hablar con él.
Sus miradas se pasan de Mason, a mí.
-Sí… no hay nada que no sepan. –Trato de sonar lo más creíble que pueda.
-Saben que pueden confiar en nosotros y pase lo que pase, ahí estaremos. –Dice mi padre.
-Sí, lo sabemos. No tienen por qué preocuparse. –Digo sonriendo. –Ahora, si me disculpan, iré a mi habitación. Necesito dormir un poco.
-Claro, cariño. Ve y descansa. –Me dice mi madre dándome un abrazo.
-Descansa, pequeña. –Papá me da un beso en la frente.
-Oye, no soy pequeña. –suelto una risita.
-No, no eres pequeña. Eres enana. –Interfiere Mason. Todos sonreímos. Y pensar… que pude haber muerto. No, no, no pensaré eso. Estoy viva y eso es lo importante.
-Chicos, nosotros debemos ir a trabajar. –Dice mi padre viendo el reloj en su muñeca. –Regresaré a las cuatro de la tarde ¿de acuerdo?
-Claro. –Digo. Un momento ¿no vendrán sus amigos a cenar hoy? Demonios, se me había olvidado. –Oye, papá. ¿Tus amigos aun vendrán a cenar esta noche?
-¡Si es cierto! –Responde palmeando su frente. Se le había olvidado, clásico de mi padre. Ahora sé a quién salí así. –Estaremos en casa lo antes posible. Vanessa, prepara algo de comer, te ayudaremos cuando regresemos. Mason tu ve que esté todo en orden y ayuda a tu hermana ¿de acuerdo? –suelta un suspiro.
-Claro, papá. Tu tranquilo, la enana y yo resolveremos esto. –Dice Mason golpeando mi hombro con su puño.
-¡Oye! –Exclamo devolviéndole el golpe, solo que… un poco más fuerte. –Eso fue por decirme enana. –Sonrío triunfante.
-Basta, chicos. Compórtense, no quiero inconvenientes. –Dice mi madre. –Oh, por cierto. Sé que juntos en la cocina son un desastre. –Saca de su cartera unos billetes. –Tomen esto y díganle a la señora Pérez que prepare comida para siete personas. Les ayudaría pero debo ir a ver cómo va el restaurante. Pero trataré de salir lo antes posible.
Por eso amo a mi mamá. La señora Pérez es nuestra vecina y una gran amiga, su comida es totalmente deliciosa. Mi madre es chef y la señora Pérez le enseñó algunos trucos que le ayudaron en su carrera.
-¿Mamá? –Pregunta Mason
-Sí, cariño.
-¿Por qué no solo traes algo de comida del restaurante?
-Porque se enfriará en el camino y no queremos eso. –Responde.
Mason solo asiente con la cabeza.
-Mamá, Papá, tranquilos todo saldrá bien. Iré a decirle a la señora Pérez que haga la cena, Mason arreglará lo que este fuera de lugar. Nos cambiaremos y estaremos listos. –Digo sonriendo.
-Hijos, son geniales. –Dice mi padre sonriendo -Ahora nosotros nos vamos. Andando Cass.
-Chicos, cuídense y pórtense bien. Volvemos pronto. Los amamos. –Dice mi madre saliendo de casa y cerrando la puerta. Pero en pocos segundos se vuelve a abrir y nos permite ver la cara de mi padre asomándose.
-Por poco y se me olvida. El hijo de mi amigo fue el que quitó la bomba de la cafetería, sé que es nuevo y pensé que tenerlo de amigo no les vendría mal, es un gran chico. Quisiera que fueran amables con él ya que no ha tenido un buen día y también sé que tenían curiosidad en conocerlo, así que esta noche lo conocerán. –Nos dice tranquilamente.
-Está bien, papá. Hablaremos con él. –Digo sonriendo. Mason solo asiente lentamente.
-Genial. Ahora sí, adiós. Los amo.
-También los amamos. –Decimos con Mason al unísono levantando un poco más la voz para que mamá también pueda escuchar.
A los segundo sé escucha el motor del auto y nuestros padres ya se han ido. La casa se queda en silencio. Ahora le preguntaré a Mason por qué no quiso que les dijéramos a nuestros padres sobre el ataque que sufrí esta mañana en el instituto.
-Mason… ¿Por qué no le dijiste a nuestros padres sobre lo que pasó en el pasadizo?
-Vane, esto que está pasando es muy misterioso ¿no crees? –Frunzo el ceño y él continua –No podemos decirles a nuestros padres algo del cual no tenemos pruebas y no estamos seguros que haya sido a ti a quien haya querido atacar. Debemos investigar lo que sea que esté pasando y cuando estemos totalmente seguros, les diremos pero antes no.
-Mason ¿y si es un loco e intenta lastimarme? Sé que no tenemos pruebas, pero tampoco estamos libres de todo esto. ¿Cómo diablos conocía nuestro pasadizo? Nadie más lo hace. Estoy asustada ¿no lo ves? –Digo totalmente alterada.
-Lo sé y por eso siempre estaré al pendiente de ti. Voy a protegerte de lo que sea que ese loco intente hacer. No estás sola. –Dice en tono tranquilizador y me abraza. Agradecida, acepto su abrazo y lo correspondo.
Es mi hermano y sé que nunca me dejará sola, pero el temor que siento es incomprensible como si algo muy malo estuviera a punto de suceder…
OPINIONES Y COMENTARIOS