No hay donde esconderse, ellos están por todos lados. No los veo pero ellos me ven, vienen por mí y tiemblo sin poder contenerme, abro muy grande los ojos tratando de encontrarlos. ¿ El viento silva o son ellos que aúllan?

_ Pagarás por tu pecado_ me dijo el cura.

_¡No quise hacerlo!_ grité desesperado.

Pero ya me había dictado su sentencia: P E C A D O R. Me espera el infierno.

Ahora corro sin saber a dónde ir, ellos vienen por mí. Son invisibles pero malignos. Todo mi ser parece convulsionar porque sé que me están acechando y un grito ahogado se atora en mi garganta cuando un gato negro cruza corriendo lanzándome fuego con sus ojos, alguien me toma por los brazos y dice algo que no entiendo, creí oir “ puso los ojos en blanco”.

Son ellos, no recuerdo más… pierdo el sentido.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS