El mensaje silencioso de Lorena

El mensaje silencioso de Lorena

Marta Gutierrez

04/04/2019

Narrativa

El mensaje silencioso de Lorena

Desde hace un tiempo que conozco de vista a Lorena, una mujer bajita, de cabello rizado entrecano,

Hemos tropezado en una tienda de materiales para artistas. Yo buscaba un lienzo y unos pinceles, ella buscaba… ¡qué sé yo! creo que ni ella misma sabía que era lo que buscaba.

Tome unos pinceles de diferentes tamaños,me preguntó qué era lo que yo iba apintar?.Yo muy segura de mi misma le conteste un paisaje.

Ese que me había imaginadopara vivir desde siempre, se lo describí hasta con aquellos árboles de troncos torcidos, cada color de las flores que tenía en mente,los distintos tonos de verdes y azules, en el campo, el cielo y el agua, en fin me emocione al describirlo.

Entonces fue cuando yo le pregunte ¿y usted que es lo que va a pintar? tenía un pequeño lienzoen su mano izquierda, ella muy dulcemente me respondió,no lo sé, pero algo haré. No puedo decir que sea pintora, escritora o pensadora, me hubiera gustado llegar a la altura de tantosartistas que han dado vida a sus obras en lasdiferentes expresiones del arte. Continuó, me gusta pasar las horas en este tipo de tiendas, llevar material a mi casa y… guardó silencio por unos segundos, su voz se escuchaba inquieta, tropezada, llena de emoción…

Algo me sucede cuando me pongo a pintar, a escribir o solo a meditar, me transformo, me apasiono, surgenideas queintento plasmar en pequeñas obras, aquello que nunca pensé poder hacer, digo obras porque son mis obras, unas obras en las que quiero expresar sentimientos,reflexiones y aquellos pensamientos que surgen de meditar.

Muchas veces me he planteado si mi cabecita loca está enferma, nunca deja de trabajar y cuando me doy cuenta he inventado una canción, un cuento, un verso, o una oración, a veces simplemente una conversación con sabe Dios quién.

No pude decir nada, mi cabeza comenzó a revolotear parecía que dentro de mi tenía un remolino, y pensé bueno esto no es tan anormal como yo creía, no soy la única, todos de alguna manera le damos mil vueltas a nuestros pensamientos ideas y sueños, pero… muy pocos lo dicen, y menos lo aceptan tan sencillamente, como… perdón ¿cómo te llamas? Lorena, me contesto
la felicite y me despedí.

Con el lienzo en la mano, los pinceles amontonados y mis pensamientos rotos, me dirigí hacia mi rincón preferido, aquel lugar de reflexión y almacenamiento de ideas sin concluir, aquellas que guardé en el fondo del cajón…pronto me puse a ordenarlas, descubriendo las riquezas que tenía ahí.

En silencio agradecí a Lorena y me puse a escribir

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