EL MAL AMOR

EL MAL AMOR

Sobakasu

24/09/2019

Hace un año exactamente, mi mundo se caía a pedazos:

Vi como mi casa dejo de ser hogar, como mi familia desapareció, vi mi hogar desmoronarse y como sacaban mi corazón del pecho para destrozarlo y pisotearlo. Vi con temor y odio a la persona que yo amaba, sacar lo peor de si, hasta parecer un animal inconsciente de sus actos, con odio en sus ojos y cuchillos desgarradores en su boca que uso para insultar y dañar mi espíritu y aun allí no note que era el final, porque seguía aferrándome a los pedazos de corazón que estaban tirados en casa y en mi locura trataba de armarlos, pegarlos y entregarlos como ofrenda de paz, o de repente como una bomba recién armada.

Realmente vi lo peor en él y en mí; imagínense la batalla campal que fue. Bombas, explosiones, golpes, y todo en una casita de 5 x 5 que en algún momento armamos con amor.

Cuando paso aquel atentado, en la calma del silencio y la ausencia de todos y de todo, mire

Alrededor y el panorama era desolador. todo mi hogar roto, inservible, insulso; eran escombros llenos de recuerdos dolorosos que parecían de otra vida, porque aun allí no percibía la realidad, seguía mirando el ilusorio final del túnel que en mi imaginación era la familia unida, sonriendo feliz y superando las adversidades.

Y justo por esa ilusión, o tal vez por demencia, o porque no decirlo, por mi falta de amor propio, saque de mi pecho mil veces mi corazón, pero esta vez junto con mis entrañas para entregarlo no solo como ofrenda de paz, sino también con el deseo de ver algún tipo de enmienda y pesar por lo que había hecho conmigo, quería que me viera con pena, remordimiento, con dolor por los actos que cometió, quería verlo arrodillado rogando perdón por haberme hecho tanto daño, por dejarme, por irse así sin valorar mi vida y mi entrega.La sensación era de enloquecimiento por tenerlo a mi lado, pero a la vez de sufrimiento ya que quería verlo destruido, infeliz, acabado y a punto de morir para yo decir que era suficiente; y metida dentro de esta maraña de deseos malintencionado y un espíritu destruido vi mi vida agonizando, y rogando que acabara, para desaparecer y no sentir mas nada.

Ese hoyo aun lo tengo en el pecho, y a veces en la oscuridad y el silencio de las madrugadas me encuentro pensando en el daño que puedo hacer, en lo mal que debería sentirse, en lo afortunado que fue, y en la vida miserable que le espera lejos de mí, y allí mi cuerpo comienza a temblar, mis ojos se llenan de lagrimas y lloro y sufro y recuerdo todo como si hubiera pasado de nuevo; pero de todo esto paso ya un año, y gracias a ese tiempo puedo decir que la tristeza, el odio y la locura van menguando, y en su lugar la alegría, la paz y el bienestar esta regresando como un viejo amigo al que extrañe muchísimo, al cual me aferro y lo abrazo con el alma y corazón cuando lo veo, porque realmente me hizo falta en los peores momentos.

Puedo decir con esta experiencia que mi vida tiene un lado pálido y lúgubre al cual me da miedo regresar, porque es allí donde la desesperación y la ansiedad viven. Ellos son los únicos capaces de destruir mi espíritu, porque al final de cuentas habitan en mi interior, y son alimentados con mis miedos y mis malos pensamientos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS