EL FRUTO DE LOS CONDENADOS

Capítulo 1: Historia del pasado-presente

Nuestro mundo es un lugar maravilloso con posibilidades infinitas que nos otorga a cada momento de nuestras vidas; un lugar donde los humanos junto con la vegetación y los animales coexisten para progresar en el mundo en el que vivimos, un lugar donde realmente se contemplaba “la vida” …, o eso más o menos decía mi abuelo, que la verdad le había contado mi bisabuelo.

Pero… todo eso quedo en el pasado, cuando mi bisabuelo tenía 24 años como yo, que más o menos creo que era el año 2.159, pero el mundo cambio junto con de un solo parpadeo por un gran cataclismo y no se pudo hacer nada por el planeta, ya era demasiado tarde; él sobrevivió y ya a su vejez habiendo procreado una familia en la ciudad Secretdown, le contaba a mi abuelo de muchas cosas de su pasado, poco después de un tiempo falleció a sus 90 años.

Pero… todo eso quedo en el pasado, ahora vivo en un mundo en la que ya no es como la contaban mis abuelos un lugar sin vida, y tengo que sobrevivir en esta realidad en la que ya no existe todo lo contado en sus historias; para empezar el oxígeno realmente es, poco después los grandes científicos habían inventado una máquina que puede crear oxígeno artificial en la que rodea el entorno de la ciudad,  pero eso no era todo ya que los gobiernos dictadores y capitalistas implementaron de que se debe pagar por el oxígeno que nos otorga para poder seguir viviendo; y si no se cumplía todo eso, los sacan de la ciudad y que recorran con su suerte, aunque la verdad como yo no pago impuestos, peor no pagaría por el oxígeno y trato de que no me encuentren ¡gg!.

Y la vegetación que contaba mi abuelo, la verdad se podría decir que ya no existe, porque en las afueras de la ciudad todo el lugar es un desierto total y se tiene que llevar oxígeno para poder seguir respirando; y ni hablar de los animales ya que los únicos que conozco son solo criaturas horrendas que quieren devorarte, y los pocos que existen en la ciudad son solo los perros y gatos, aunque no se han visto mucho que digamos

Ahora no tengo nada, mi abuelo junto con mi familia y amigos, ya no están conmigo; murieron por enfermar y no podía hacer nada por lo que era todavía un niño de apenas 8 años, además vivíamos en la extrema pobreza y no se podía pagar por los medicamentos o llamar a un doctor; todos se han ido, ya no existen, y fui el único en seguir con vida. Después de quedarme completamente solo, no sabía exactamente qué hacer con mi vida estaba en total desorientación y con hambre.

Tiempo después encontré el camino de caza recompensas para poder conseguir dinero y sobrevivir, a veces tengo trabajos que no son de mi agrado, pero tengo que hacerlo ya que con eso me pagan y poder comer, aunque la verdad la comida es asquerosa y no tiene un buen sabor en la boca que digamos, pero no me puedo quejar ya que es lo único que hay en la ciudad.

En un día tranquilo me llamaron por teléfono, conteste y era un cliente solicitando mis servicios, me dio indicaciones en donde tenía que verlo para darme la información que me tenía que dar para realizar mi trabajo; una vez que fui al lugar que me dijo el cliente, observe el lugar y era una mansión; estaba por acercarme a la puerta principal y de cerca observe que habían dos hombres con traje negro con armas de fuego y supuse que eran los guardias, ya que no podían ser otra cosa en un lugar muy lujoso; me acerque para poder llamar y entrar pero los guardias me detuvieron diciéndome:

—¿quién eres tú?—dijo uno de los guardias, —¡eh!, soy el caza recompensas que solicito tu jefe—les dije a los guardias todo vacilón y nervioso; uno de los guardias llamo avisando que estaba en la entrada, una vez que termino de conversar con su comunicador, se tranquilizaron y me dejaron pasar; al abrirme la puerta uno de los guardias, apareció un mayordomo que estaba parado esperándome: —muy buenas tardes señor, sígame por aquí por favor—dijo el mayordomo; seguí al mayordomo y me llevo a una sala enorme con muchos lujos en su entorno, y me quede a esperar.

Estuve esperando en la sala como veinte minutos, pero observe que nadie llegaba y me canse de esperar y decidí por marcharme, pero antes de que eso sucediera entro un joven con traje negro y supuse que tenía más o menos mi edad, él se encamino hacia a mí y me ofreció amablemente que me sentara, una vez que tome asiento, él también se sentó en el sofá; estábamos sentados y le comencé a preguntar al joven de que trataba el trabajo, —necesito que encuentres a un hombre, un hombre que se extravió y necesito que lo encuentres—dijo el joven del traje; como profesional no tenía la necesidad de preguntar de quien era el hombre y que significaba para él así que no pregunte nada sobre ese asunto, —y ¿cómo se extravió este supuesto hombre?—dijo el caza recompensas, —tú solo encuéntralo y te pagare medio millón de dólares en efectivo, pero quiero que me lo traigas vivo, sin excepciones…, el joven del traje se levantó y se comenzó acercar hacia a mi  minuciosamente y comenzó acércame lentamente con una mirada fría,  —y si no me lo traes o lo traes  muerto, te aseguro que lamentaras haberme conocido —dijo el joven del traje.

Su amabilidad cambio y me quería intimidar con su mirada fría, pero en realidad no me intimidaba en nada, a pesar de todo lo que paso pensé que con todo ese dinero podría conseguir un lugar cómodo donde dormir, además, solo era de buscar a alguien, así que acepte; una vez que le había dicho en que haría el trabajo, el joven solo me entrego una foto del desaparecido y un nombre “Ilán”, era un nombre muy extraño para mí, pero no le di de mucha importancia.

Una vez que acepte el trabajo me encamine hacia mi misión, pero al parecer el sujeto que tenía que encontrar era más difícil de lo que creía, estuve preguntando por medio de mis contacto pero ninguno de ellos me podían decir dónde encontrarlo, así que se me ocurrió en acudir al viejo Edgar, que la verdad no me gusta pedir de su ayuda ya que es un codicioso y cobra demasiado por cualquier cosa; pero no tenía otra opción que acudir a él, ya que es una de las personas que conseguía más información que cualquier otro, solo me pregunto cuanto me ira a cobrar, —¡uff! “espero que no me saque un ojo de la cara” —dijo el caza recompensas todo ansioso y preocupado. Continuara>>

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