El Exilio De La Luna

El Exilio De La Luna

HELENA MONTES

01/05/2018

Un viaje hacia la mística de lo femenino, recorriendo cada fase como un eterno ciclo; donde los sueños, el amor, la nostalgia, la soledad, pasión y la fuerza mágica de nuestro instinto, nos permiten reconocernos en las intimas realidades comunes a cada una de nosotras.

A continuación les compartiré algunos fragmentos o poemas del libro.

AHORA

Hice un pacto con la vida

al presentir el abrazo de la muerte,

le jure lealtad absoluta

y estar en un eterno presente …

Renuncié a los miedos

que nacieron un día,

como pequeñas excusas

y crecieron como grandes cataratas

que cubrieron con su niebla

lo que deseaba hacer.

Destruí el guión heredado,

como eterna condena

de lo que debería ser.

Me reconcilie con mis errores

y con piedad me perdoné,

les sonreí por cada lección entregada

en la carrera absurda por tener.

Rescaté mis sueños del abismo

en el que los sumergí,

atrapados entre el mañana

y el después.

Despedí al pasado y sus nostalgias,

empacando los hubiera y por que;

agradecí a cada estación y a los que me

acompañaron con sonrisas y lagrimas

hasta mi hoy.

Liberé al futuro

encarcelado en mi mente,

decidí no espiarlo

y esperarlo tranquilamente.

Le susurré al ahora

que caminará a mi lado

para abrazar la vida

como debe Ser.

RECURRENCIA

Porque me sabes a café y yerbabuena,

a desvelos de vino en luna llena.

Porque tu mirada

se escondió en mi alma

en rincones donde la razón

no podrá alcanzarla.

Tu voz camina por el viento,

al compás de mis pensamientos.

Tu sonrisa presumida

se apodera de mis recuerdos.

Aunque a tu nombre

lo sentencié

al exilio de mi memoria

y mi boca jamás te nombra,

a las 7 sin falta,

tomo café con yerbabuena.

LA SENTENCIA

Mis errores saltaron de tu boca

los que reconozco y unos

tantos que ni sabía que existían.

Tu memoria exilió mis caricias

borro mis besos y despiadadamente

desvaneció mi rastro.

Mi alma entera temblaba

mi cuerpo rígido la sostenía

en un intento desesperado

te mire a los ojos

y mientras

los míos suplicantes

detenían lo inevitable

los tuyos inquisidores,

ordenaron a tus labios cálidos

esos que tantas veces

fueron míos

a pronunciar

fríamente mi sentencia

me condenaste

a tu ausencia.

ANTIFAZ DE CRISTAL

Voy buscando por el mundo

entre quimeras e ilusiones,

tratando de entender

el absurdo ruido de la calle,

donde los sueños duermen

aturdidos y sin emociones.

Torpemente trató de seguir

los pasos del baile de máscaras,

tristemente trató de encajar

con unos ojos delatores

que nunca aprendieron a bailar.

Mi mente entiende,

el demente juego

de la sociedad del antifaz

y lucha con coraje

contra un rebelde corazón

que se niega a bailar.

Día a día se baten a duelo

mientras unos ojos delatores

se dejan leer detrás

de un antifaz de cristal.

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