Él espejo y yo

Lo observo.
Se ve cansado, tal vez triste, si tan solo pudiese hablar con él y preguntarle, yo haría las preguntas correctas, pero se que él no me respondería con la verdad, nunca lo hace.
Lo sigo observando, la decadencia, la hipocresía, el dolor, los traumas, todo lo que siente, todo lo que miente, todo el tiempo que le queda.
Lo observo y lo entiende, es de los pocos que lo entiende, está muriendo, como todos, pero el lo sabe, lamentablemente lo sabe.

Ellos van y vienen, los observo a todos, él por ejemplo, viene de vez en cuando a hacer una pregunta, una la cual no tiene respuesta, porque aunque depende de él, sabe que la realidad que vive es frágil y dolorosa.
Ellos vienen y a veces se van para no regresar jamás, un día están aquí pasando, «viviendo» su vida, pensando en su futuro o tratando de ignorar lo inevitable, él se irá algún día y no regresará jamás, parte de lo que soy se irá con él, pero vendrá alguien nuevo, siempre viene alguien nuevo.

Me observa.
Él piensa, le duele pensar, se que anhela ser como el resto de ellos, dejar de pensar para comenzar a «vivir», pero sabe que «vivir» como el resto de ellos, no es lo que lo haría feliz, porque no se puede ser feliz viviendo en la indiferencia.
Me sigue observando, él entiende que vivo en la indiferencia, pero no es mi elección, nunca lo fue, así que se propone huir, él ha huido muchas veces, por miedo, por vergüenza, por amor, pero esta vez huye porque nuestra realidad nos duele, él me entiende.

Él cierra los ojos, suspira, yo hago lo mismo, ojalá pudiese darle las gracias por eso.

Abre los ojos y deja de observarme, mira al reloj, el tiempo como siempre esta en su contra, siempre esta en contra de todos, ellos se mueven a través del tiempo, bajo sus reglas, bajo su criterio, pero yo me muevo con él o tal vez nunca me he movido.
Dejo de observarlo, el mundo a su alrededor tan caótico y extraño, todo se mueve, todos luchan, todos quieren ser observados, bueno casi todos, él no quiere ser observado, huye de su propia mirada y la mía, él ha huido de mí y de él.

Se fue, espero que regrese, se que alguien más vendrá, pero nadie entiende el mundo como él, ambos somos el reflejo del mundo, lamentablemente dejaré de existir siendo espejo, lo quiera o no, él aún tiene la posibilidad de cambiar y poder morir siendo un humano, propio y único, no un simple reflejo.