El espejo de Luis

El espejo de Luis

Gala Travis

11/06/2024

La noche era calurosa y húmeda, las luces relampagueantes y los fuertes truenos lograron despertarme. Me levante a tomar agua, tenía mi boca agria y pastosa, seguramente producto de lo salado de mi cena. Eran las 3 de la madrugada. Pesadamente, al levantarme de mi cama y dirigirme a la cocina, pase por delante de mi espejo, que me habían heredado mis abuelos. En realidad, había sido la puerta de un ropero que trajo mi bisabuelo cuando vino de Francia en 1888, y desembarcaron en Argentina, para establecerse en el pueblo de Lujan. Al morir asesinados, mis tátaras, mi bisabuelo quedo viviendo con las monjas del convento…situación que lo llevo quizás a tener siempre el rostro mustio y no ser amigo de muchas palabras. En fin, ese espejo paso de mi bisabuelo, a mi abuelo y, cuando el falleció, paso a mí, (mis viejos habían muerto cuando yo era casi adolescente).

Era un espejo macizo, pesado, antiguo pero precioso, tenía partes de plata saltada y un tanto raído el marco en un pequeño costado, pero aun así poseía dignidad. Siempre me repito que lo voy a restaurar, y lo postergo…como todo.

Al pasar frente a él vi mi reflejo y note cuanto me parecía a mi bisabuelo, un hombre que apenas recordaba vivo pero que su retrato en el comedor incómodamente presente hacia inamovible su figura.

Mi abuelo siempre me decía: ríete Luis! Ríete de la vida, que si no te pareces a mi viejo! Jajajaja, – y soltaba una risotada resonante, quizás más rotunda que lo habitual, para diferenciarse de su padre. Creo que todos hacemos eso, en un intento de diferenciarnos de nuestros padres, a veces nos esforzamos demasiado y tomamos actitudes exageradas o ridículas, bajo la consigna “no soy como él/ella”, actuaciones innecesarias diría yo. El viejo dicho determina, “ lo que se hereda no se roba”.

Mientras me adentraba en todos esos pensamientos divagantes tome agua bien fría, fui al baño, me lave la cara, pase nuevamente delante del espejo y me acosté. Pero volvían las conversaciones con mi abuelo, y volvía mi figura tan parecida al viejo Bartolo, y así imposibilite a mi mente a conciliar el sueño.

-no se permitía ser superficial, ni divertirse en ningún momento- recordaba mi abuelo, con un tono molesto cuando recordaba a su padre. –nunca nada divertido, las conversaciones muy sonoras lo apabullaban, hasta le molestaba que mi madre fuese tan risueña y graciosa…por suerte me parezco a ella!!!- rezongaba en sus recuerdos.

Di vueltas y más vueltas, la lluvia comenzó a volverse ensordecedora, el sueño no volvía. Cerraba mis ojos y la foto de mi bisabuelo se presentaba allí, su rostro mustio, su bigote enrulado hacia arriba. Truenos y relámpagos me fastidiaban, me levante molesto, me pare frente al espejo que me volvió a mostrar lo parecidos que éramos, un fuerte relámpago acompañado de un furioso trueno me puso nervioso. Me seguí mirando, mi barba es moderna, no tengo patillas…pero el gesto de mi boca, mi entrecejo y parpados caídos…si, sin duda éramos parecidos, mis rasgos eran los de ese hombre trabajador y amargado, inteligente y silencioso, un hombre apagado en la tristeza de una orfandad temprana, al igual que yo. Una soledad oscura e invisible nos había convertido a ambos en niños tímidos y asustados. Sin embargo, él no había tenido la fortuna de ser criado por abuelos amorosos como yo. Tuvo que acomodarse a las rigideces del convento y las torturas de las monjas.

Me sonreí al pensar en estas ideas que venían a mi mente en horas de la madrugada, mirándome al espejo en vez de estar durmiendo. Fui al living, encendí el televisor y comencé a hacer zapping, sin identificar ninguna programación, solo pensaba en mi vida, en mi callada tristeza, en mi rutinaria y solemne vida de trabajo y estudio, sin permitirme hacer amigos, sin permitirme distracciones que interrumpan mi objetivo de…recibirme? y que más?…

De pronto, por el rabillo de mi ojo veo una luz encendida en mi dormitorio. Me levanté, voy al cuarto, pero no, estaba todo oscuro. Vuelvo al sillón –habrá sido un relámpago- pienso.

Nuevamente en mi costado vislumbro una luz encenderse. Me levanto ya molesto –seguro una lamparita está haciendo falso contacto- pienso. Pero al comenzar a acercarme al dormitorio la luz se va intensificando, sin poder creer lo que mis ojos veían, compruebo que la luz provenía del espejo. Me quedo atónito frente a él, pasmado de susto no solo por la luz, sino que el espejo me reflejaba mi con una lámpara a querosene en la mano, que por supuesto yo no tenía. Quedo paralizado, inmóvil, espantado, con la manos sudadas, mientras la imagen del farol comenzó a titilar, mi rostro espantado y húmedo comenzó a cambiar, desapareció mi barba y mi bigote se afino y enrulo hacia arriba, mi cabello perdió volumen, tomando una forma lacia, y engominada con raya al medio, mi bóxer se alargó y se convirtió en un calzoncillo largo a los tobillos de algodón, mi imagen reflejada en ese momento comenzó a mover los labios y a reír estrepitosamente – jajajajajaj ríete salame!!! Ríete!!!- yo solo quería llorar, sin creer lo que estaba viendo, pero no salía de mi un solo movimiento. – Ríete Luis, se feliz, llénate de risas, hoy te regalo toda la felicidad que no supe aprovechar en mi vida, no la desperdicies, porque me perdí de disfrutar lo más importante de la vida, hoy te regalo mi risa Luis!!! – seguía riendo la imagen de mi bisabuelo en el espejo…ahí ya dejo de asustarme.

Me desperté todo transpirado y confundido. Se alivió mi alma al darme cuenta que había sido un sueño, pero el reloj ya me marcaba que faltaban 5 minutos para las 6 am. Hora de levantarme. Me levante, me duche, desayune, me vestí para ir a trabajar, y mientras abrochaba mi camisa frente al espejo sonreí al recordar el extraño sueño. Apagué todo en mi casa, cerré con llave y me fui.

Al pasar por la ventana de mi cuarto, que da a la calle y siempre queda entreabierta, note una tenue luz amarillenta, seguí caminando, pero escuche a lo lejos una gran carcajada y una voz rasposa y graciosa que me gritaba – ríete Luis!!! ¡No seas salame, Ríete!!! Jajajaja-

Gala Travis

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