El escritor no escribe

El escritor no escribe, coge la vida y la palpa, la estruja en la mano hasta que sangra y emana tinta negra, que se impregna en esta doble cara, que divide su pobre alma, entre la grandeza y la locura, la impotencia de no encontrar nada que le traiga calma.

Su cabeza le atormenta y no parará hasta que su caos se convierta en belleza, pero las flores se marchitan cuando el invierno llega, y mira su obra y la repudia, porque su refeljo no le gusta.

El escritor no escribe se hace añicos, hace de su corazon roto algo nuevo, crea vida de algo muerto, las pupilas se le iluminan como una adicto a la heroina cuando llega ese momento, un instante frenético, donde se hace uno con el cuaderno,su infierno la manera de llegar al cielo y su cielo es un infierno, perdido en este interminable ciclo, donde solo saca en claro que la tierra no es su sitio.