EL ENCANTO DE SER NIÑO

Hoy solo quiero decir, lo que nunca pensé decir, a tanta imaginación, cuando de muy niño me levantaba de la cama con mis hermanos, y todos tan pequeños, sin tomar algo en el desayuno, nos perdíamos, en el gran camino a las aventuras, mis padres salían temprano rumbo a sus trabajos, y solo con un pantalón corto y sandalias, y uno que otro amigo salíamos a recorre el mundo, sin pensar si volveríamos otra vez a casa, nos encantaba nadar desnudos en el gran rió Rimac, antes de llegar a sus posas, teníamos que pasar por los pequeños cañaverales, que habían en la zona, correr y correr antes que nos alcancen los perros de las chacras, no era problema para unos niños de 8 años, los majestuoso para nosotros, era lanzarnos en las rapidas corrientes de el rió hablador, que todos eramos buenos nadando no lo creo, me acuerdo de jame mas conocido como cara de carro, alto flaco y con pecas, todo un líder, pero temía a las rápidas corrientes de este largo rió peruano, horas y horas interminables de largas aventuras en el rió, solo comiendo moras y caña de azúcar que abundaba en las chacras, mis hermanos y yo competíamos, con el gordo julian que disfrutaba de pasar al otro lado del rió. las piedras y la arena tosca y el sol en todo su esplendor solo nos permitía gozar de las aguas bravas del largo rió, el hambre no se sentía, las horas pasaban y pasaban, llegaban las tres de la tarde y corríamos a la casa antes de que nuestra madre llegara del trabajo, para cocinar en solo diez minutos, muy hambrientos comíamos todo y solo esperar al día anterior para vivir otra aventura.

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