EL DIARIO DE ALBERT

EL DIARIO DE ALBERT

Keni D. Meza

09/10/2017

Capítulo 0.-

-La última vez que vi la hora en mi reloj, marcaba a las 6 pm. Es increíble como el tiempo pasa cuando no lo observas… El bosque ciega y oscurece todo el lugar.

-No se preocupe profesor, yo conozco el camino, usted solo agárrese de mí.

-No podía confiar más que en él, me sentía un poco inquieto e inseguro… pero no había más opciones, ya estaba perdido en medio del bosque a oscuras.

Se sostuvo del hombro de su acompañante, que había delante de él. Debido al contratiempo los dos hombres se quedaron en medio del bosque sin una lámpara o luz que ilumine el lugar. Perdidos a merced del basto bosque que despedía sonidos que al civilizado profesor, giraba la cabeza con cada movimiento entre las hojas.

El hombre quien dirigía la fila india, usaba los pies para guiarse y avanzar, sintiendo el pequeño y único camino con sus pies. Por suerte el profesor cargaba con el encendedor que usaba para prender la lámpara de casa, que había sido la razón de su avance hasta ahora. Para su mala suerte no era más que un recuerdo que una persona le había obsequiado, que eventualmente sucedió en la mañana de ese mismo día. Y fue ese mismo rato que el encendedor dejo de iluminar, debido a que el fuego se encogió, causando que se apagara consecutivamente.

Con cada chispazo que generaba el viejo encendedor los hombres avanzaban un paso a la vez.

-Profesor no vaya a soltarme que se puede perder. – el bosque empezó a sentirse amenazante, al no poder ver nada, es como si alguien te observaba y cada paso que dabas rezabas por no pisar una serpiente o era más difícil mantener la imaginación al margen. Era cuestión de tiempo para que algo se lance sobre ellos. Entonces a lo lejos, un silbido, coqueto y juguetón.

-¿Qué es eso? –pregunto un poco nervioso, girando la cabeza hacia el sonido, la impotencia que se siente al no poder ver nada es aterrador. El guía es el unido del quien depende. Empieza a cuestionarse del por qué está ahí, y como llego a meterse en esta situación.

-No se preocupe, es solo un espíritu, está muy lejos no hay razón para alarmarse.

-¡¿Espíritu?!…

-Si…

-¡De-debe de estar bromeando… ¡

-No se preocupe, solo no silbe profesor, que sabrá donde estamos, ya casi llegamos…

La tención aumento, con la mano en el único guía quien se dirigía con sus pies, solo podía ver la silueta del hombre que con cada chispado del encendedor resaltaba.

-¿Esa cosa nos seguirá?

–No… si no sabe dónde estamos.

– ¿Q-que?… ¿Es peligroso?

-Casi nunca… – esas respuestas no me convencen, pensó.

Con mano sobre el hombro del hombre, quien no parecía tener miedo, el profesor caminaba muy nervioso que con cada sonido y movimientos de los arboles giraba la cabeza sin poder ver nada guiándose por el sonido que provenía de los insectos y algunos batracios en el bosque.

-¡Cruaaac-cruaaac!

-¡Ha!

-¿E-eso fue una rana? –Pregunto asustado –Un sapo…replico -¿Cómo es que un sapito grita tanto? –

-¡¿Sapito?!…jajaja…

– Profesor ese sapo podría llegar hasta su rodilla.

–D-debe de estar bromeando…

– lo digo enserio,.. Los sapos aquí llegan a crecer muy grandes, tanto que cuando hay bajada de rio, esos sapos salen a montón a llorar y no se puede dormir… Lo digo enserio.

Entonces… un sonido de una rama rompiéndose se escuchó muy cerca de ellos, que ocasiono que los dos hombres se detuvieran momentáneamente. Nadie dijo nada por unos minutos, el profesor sabía que no era momento para hacer preguntas. Ambos esperaban que el sonido escuchado se repita…escuchando si se avecinaba… En medio del suceso el profesor baja la mano para ponerse de espaldas a su acompañante, esperando a oír algún indicador de peligro. ¿Sera un depredador? ¿Es un mono? ¿Una rama vieja que acaba de romperse? ¿Qué era eso? Tantas preguntas, esperando a su respuesta en silencio.

-Vamos… -una voz susurrante se le insinúa.

-el profesor vuelve a poner la mano en el hombro quien iba adelante de él.

–Qué crees que haya sido eso?… – pregunta con la voz baja para no llamar la atención.

-Sin respuesta. –al parecer siente que no es momento para hacer ruido y solo se centra en seguir a su guía. –ahora el guía se mueve más rápido, al parecer el camino era más fácil para él. Es lo que pareció.

Una rama se escucha romperse otra vez. –El profesor gira la cabeza para ver, y observa como un chispazo se ve a unos metros de él.

-¡¿Antonio?!.. Llama al ver una silueta.

-¡¿Oiga profesor es por aquí, que hace ahí?!…

-¡¿Si tu estas ahí?! ¿Quién…?

Antonio gira lentamente la cabeza al guía que tenía delante de él, ahora el hombro es frio y mas grande…

-Antonio… Yo…

Capítulo 01.-

Fue aquella tarde que el mensaje les llego a los comuneros, todos estuvieron al tanto de la noticia y preparando mentalmente lo necesario para recibir al primer profesor que vendría a enseñar a sus jóvenes hijos. Aquella tarde de asamblea de la comunidad se acordó y asigno trabajos a cada comunero, como la familia que recibiría al joven profesor.

-Hoy Sábado 28 de enero del 1992, se recibió una carta de parte del secretario del alcalde de nuestra provincia –Rio Tambo. –Se le informa al presidente de la comunidad “Oviri” que a partir de hoy se le ha asignado a un profesor quien laborara en su nueva escuela que el gobierno situó en su comunidad, por un bien mayor y a su vez mejoren la educación académica de los jóvenes y niños que residen en su comunidad antes mencionada.

El profesor MURIOS MEZA ALBERTO de 21 años de edad es transferido a solicitud de su persona, se le informa que el docente no cuenta con experiencia de labor en sectores como es la selva de Rio Tambo o alguna otra. Por lo tanto se le agradece anticipadamente que le brinde cualquier tipo de ayuda requerida por su persona, también se le solicita que le asigne un acompañante o guía hasta que logre adaptarse a su entorno.

Atentamente.- Secretario de la Municipalidad Distrital de Rio Tambo.

Pos. Data… El día Domingo en la tarde estará llegando, mandar a alguien para recibirlo.

-La tarde de aquella noche la comunidad se preparó para la llegada de su primer profesor, los niños y jóvenes eran informados que a partir del próximo lunes estarían asistiendo a clases en compañía de todos los niños y niñas de la comunidad. Algunos un poco fastidiados otros algo nerviosos y muchos emocionados por conocer que es la educción.

_ Hey, Alberto he escuchado que es la primera vez que vas a una comunidad, ¿Tienes miedo?

_No, sabes que soy hombre de muchos mundos, puedo sobrevivir en todas partes. – desde luego la preocupación estaba en él, pero lo ocultaba muy bien, sin importar los cuentos que le contaban el seguiría afirmando no temer, por el gran cambio que está sucediendo en su vida. Hay motivos por la cual el pidió su reasignación, muchos pensaron que estaba huyendo pero los que verdaderamente lo conocían dijeron que solo es un hombre de aventuras, o como él lo dice, es un hombre de muchos mundos.

_El viaje a su nuevo sector de trabajo, ya era duro para él, la dureza de las carreteras cubiertos de lodo y hueco, sacudían la camioneta de carrosa que estaba lleno de pasajeros que saltaban con el golpe y rebote de las llantas que sobrepasaban los baches y agujeros sin frenar y sin fragilidad alguna.

_como ya te dije, una vez me contaron unos comuneros que a una pareja recién casados les pasó lo del tuco, ¿Lo escuchaste? –No… -Bueno escuche que la pareja que recién habían sido casados se fueron a vivir muy lejos de la comunidad, -Carlos el compañero de Alberto quien también fue asignado a otra comunidad contaba a gritos las historias que había escuchado, su voz resaltaba sobrepasando el sonido del motor y los ruidos que generaba el viaje. Ambos profesores bien sujetos de la carrosa del vehículo que los trasladaba a su destino.

– dicen que un tuco lo maldijo y se comió sus ojos de su mujer. – ¿Maldijo? ¿Quiénes son esos tucos? Son personas como nosotros o algún animal?

–veras al principio tampoco no sabía de qué hablaban pero luego pregunte y me dijo uno de la comunidad que son esas aves que lloran por las noches, nosotros lo llamamos lechuzas, pero las Lechuza ahí son de manera diferente más negros y dan miedo, es así o eso es lo que dicen…

– ¿Lechuza?… Son esas aves con la cara hundida verdad, creo que vi uno en el parque de atracciones que visite en Lima hace unos años.

– Alberto reconoció de inmediato al nombre del ave que Carlos mencionaba

–Sí, esos…Pero los de aquí son muy feos, y son capaces de sacarte los ojos, más aun, primero toman la forma de un familiar y te engañan y cuando tiene la oportunidad de sacarte los ojos, te lo sacan y se van.

– Y, ¿por qué lo hacen? Son Depredadores o algo así…

– dicen que si los escuchas llorar en las noches y los fastidias, como dicen ellos… ellos por venganza se transforman en algún conocido para acercarse, y poderte sacar los ojos…

– ¿Hay alguna manera de saber si tratan de engañarte?

–Me dijeron que cuando toman la forma de un humano, no son capaces de ver la luz, si te fijas en sus ojos en ese momento notaras que sus ojos son de color rojo, todo el ojo es de color rojo como si hubiera sangre desbordando de ellos, es por eso que muchos comuneros cuando vas de visita a su casa de noche, te alumbra los ojos.

– la historia que Carlos contaba, lleno a Alberto de curiosidad, como también miedo y preocupación,

-El carro que transportaba a los docentes y algunos paisanos que recogió en el camino se internaban cada vez más en la selva…

Al parecer Alberto mentalizaba un lugar internado en medio de la selva. Hasta que lentamente se descubría de los árboles y matorrales, ante sus ojos una inmensa y lenta corriente de aguas…

Tranquila e inofensiva ante sus ojos, era enorme y parecía no moverse, la carretera rodeaba el enorme rio que a su vez generaba temor y asombro, el viento golpeaba sus rostros mientras observaban dicho paisaje.

-¡Es increíble verdad! –Carlos grito para poder ser escuchado, debido al viento y al viaje que cubría sus oídos haciendo todo más complicado de oír, mirándolo con una sonrisa en el rostro. –Sin quitar la vista del paisaje, Alberto respondió energéticamente.

–!!Si…!!

– ¿¡Ves a otro lado del rio!?

–Aja..

– ¡Parece cerca pero no lo es!

– ¿Que tan lejos crees que sea?

–No lo sé pero dicen que si te propones a cruzarlo no podrás, probablemente te canses en la cuarta parte.

– ¿Algunas vez alguien trato de hacerlo?

– Nadie… solo supe que hubo un comunero quien logro hacerlo, pero nadie quiere decir quien fue, supongo que solo es otra historia. Pero si salió en la noticia que hubo un nadador profesional que quiso cruzarlo.

– Y, ¿lo logro?

–Que va… no se sabe que paso, pero los que lo acompañaron dicen que solo se lanzó de clavado y jamás salió.

– ¿Murió?

– Nadie lo sabe, pero no se encontró su cuerpo. –Las aguas ahora no parecían inofensiva, Muchos que intentaron conquistar sus aguas, murieron en el intento.

Hubo un momento de silencio, mientras observaban con respeto a las aguas del Rio Tambo.

El viento golpeaba sus rostros y los gritos de la gente que viajaba resonaba en la mente de Alberto, preguntándose si fue una buena decisión que había tomado, por un momento pensó que solo era cosa de un momento, sentía que de alguna manera todo terminaría a la vuelta de esa colina, o como aquí lo decimos, atrás de ese cerro.

Durante el trayecto olvido su situación y se dejó cautivar por los paisajes que le mostraba su viaje, llenándose de emoción y olvidando sus problemas, probablemente solo necesitaba más aventuras como estas, porque al recordar todo lo que dejaba, su rostro dejaba de sonreír y su mirada se hundía en un sus recuerdos…. Y así, el vehículo siguió su destino mientras que uno de sus pasajeros deseaba que nunca de detuviera.

-En el pueblo, los comuneros se preparaban para el día, unos afilaban sus machetes y otros alistaban canastas para ir a la chacra a sacar yuca, mientras que algunos llegaban a su casas, después de una noche de casa, la comunidad de Oviri, alberga no más de 250 personas adultas y más de 120 niños y jóvenes, muchos de ellos no han salido de su pueblo y otros han tenido la oportunidad.

La comunidad entera está situada al lado del Rio Tambo, muchas de las comunidades lo están, pero esta es especial, es conocida por la forma que lo han construido, para resumir, las calles todas ellas tienen palmeras de coco que rodean y cada casa está cercado con plantas, la tierra en ese lugar es estéril y ninguna calle o casa esta con hierba no deseada, es hermosa…

_suly, no olvides que hoy llega el profesor, tienes que ir esperar a la entrada. –Antonio el padre de Suly, es el presidente de la comunidad, quien ha viajado mucho a las ciudades, aprendiendo así, el castellano y ha sido elegido para ser el guía y asesor del nuevo profesor.

-Sí… no lo he olvidado, he mandado a Lucy a esperar, Mamá me ha mandado a la chacra a sacar yuca. –Suly es la hija de Antonio. Quien está encendiendo la cocina echa de barro, o bichara como lo decimos aquí.

– y ¿adónde es que se fue ella? –Carlos sentado en una banca echa del tronco de un árbol afila su machete, preparándose para el día.

– Dijo que alistaría el cuarto donde el profesor se quedara.

-¡Carro! –se escucha un grito en toda la comunidad algunos niños corrían las calles gritando ¡Carro! Una y otra vez. Niños que salían de sus casas y corrían hacia la carretera intrigados por el mensaje y con curiosidad, otros simplemente estiraban la cabeza para ver al pequeño mensajero que corría las calles hábilmente, y muchas aves espantadas volaban por el grito.

_se asomaron cerca de la carretera para ver quien viajaba o estaba llegando, algunos tímidos ocultos entre los árboles y otros simplemente sentados esperando a que pase el carro, es curioso cómo la gente de ese pequeño lugar toman esas costumbres, y no es porque jamás han visto un carro en su vida, es solo que han adoptado esa costumbre.

-Papá, ya viene carro, seguro es el profesor –Suly se levantó de la fogata donde calentaba sus manos y corrió hacia la chacra para sacar yuca y recibir al profesor que había llegado antes de lo esperado.

– Entonces el carro se detuvo, _profesor Ud. Se quedara aquí, -¿Qué? –Digo que Ud. Se quedara aquí, me dijeron que le deje aquí, -¿Ya llegamos? –Si profesor, confirma el conductor, el profesor levanta sus cosas y se despide de Carlos y las personas que conoció en el trayecto y de algunos camaradas también profesores que fueron asignados a otra comunidad.

Siente una gran presión en el pecho, le es muy difícil pasar saliva está un poco nervioso de lo que va encontrar. El miedo y los nervios están a la orden del día

– si es posible me hubiera gustado viajar para toda mi vida –es lo que pensaba – Con Una sonrisa vaga bajo de la carosa del vehículo, por un momento se detuvo en la entrada que era nada más que un pequeño camino que lo llevaría al pueblo y miro al suelo. –Supongo que no hay vuelta atrás… -Dijo, y dio un paso más.

“Alberto, 22 años de edad, fue asignado a la comunidad Oviri, para enseñar en una nueva escuela, que fue construida por el gobierno, cuenta con experiencia educando pero no en el sector que se le fue asignado, es capaz y es muy bueno como profesor, simplemente es muy ingenuo y curioso.” –menuda descripción.

Observo como muchos niños lo observaban curiosos, algunos desde las sombras y otros desde los matorrales, no podía dejar de notar de cómo sus ojos lo miraban de pies a cabeza, nadie dijo una sola palabra. El solo se paró y observo la comunidad donde a partir de ese día viviría durante un año. Se quedó ahí viendo sin moverse por un buen rato, quieto y observando desde la colina, La comunidad que estaba al pie de aquel cerro alado del gran Rio Tambo, parecía que en algún momento daría media vuelta.

Algunos niños lo miraban y hablaban entre ellos directamente al oído, otros hablaban en voz alta pero en su idioma que solo ellos entendían. –Que estoy haciendo aquí? –Murmuro con la vista hacia el suelo– ¿Profesor? Ahaa… suspirando profundamente -¡Profesor!.. ¿Hola?…. –un pequeño tirón en la mano hizo que volviera en sí.

– ¡¿Qué?! Sí… ¿Qué?, ¿qué sucede?

–Hola, Profesor… -una voz curiosa y suave le llego.

–bajo la mirada al no encontrar nada delante suyo y la encontró muy pequeña, una que saludaba, al mirarla le pareció curioso y gracioso a la vez, se dibujó una pequeña sonrisa en su rostro seguramente se preguntaba cómo es que esa pequeña niña habla su idioma, y más aún cómo es que habla. –la gente aquí suelen aprender muy rápido y desarrollarse mucho más rápido que los de la ciudad, es por eso que simplemente ver a una niña que aparenta tener no más de 6 años es capaz de hablar ya su idioma.

-Hola, que tal, contesto el profesor un poco sorprendido.

-Hola, he venido a recogerlo profesor, mi papa lo está esperando. –otra vez hablo, con una suave y apagada, parecía desganada y sin ánimos, pero exactamente la voz para su personalidad.

-Y ¿cómo es que sabes hablar español? –No aguanto la curiosidad y pregunto deliberadamente

–Papa me enseño – la niña sin dar señal de incomodidad o algún gesto en el rostro respondió inmediatamente, mientras lo observaba directamente a los ojos con la boca un poco abierta.

-Ya veo… -responde con una sonrisa incomoda y nervioso al no dejar de ser observado.

-venga, sígame profesor…

No pudo decir nada entonces, solo miro al suelo y la siguió, la pequeña tomo la mano de Alberto y jalo con una pequeña fuerza, mientras agachaba un poco el cuerpo para evitar hacerle daño. Los otros niños que se ocultaban salieron y los siguieron detrás, algunos jugaban entre ellos empujándose fuera del pequeño camino que me llevaría a un destino que nadie entenderá.

EL PRIMER VISITANTE.

-Pasamos un pequeño riachuelo, que es como lo suelen llamar a una pequeña corriente de agua para que lo entiendas mejor, y en unos metros más de ese largo pero angosto caminito, salí del pequeño camino y sus bosques, para llegar al pueblo.

Por un momento pensé que me internaría en medio del bosque, pero imagine demasiado, si te soy sincero, no está nada mal aquí. Camine unos metros por el suelo, al parecer el pueblo entero estaba completamente limpio, libre de hierba y malezas y rocas, seguramente los habitantes habían vivido tanto tiempo en estas tierras que ya se había limpiado el pueblo entero. Me detuve un momento para observar el lugar. La pequeña noto que me quieto y giro ha obsérvame, mientras yo cautivado por todo ese hermoso pueblo ponía un rostro de admiración, probablemente en ese momento tenía la cara de estúpido. Luego de unos minutos, recordé que había alguien a mi lado y volteé a verla y ahí estaba otra vez observarme seguramente ya un buen rato, tiro de mí y seguí caminando.

No dejaba de mirar, me preguntaba cómo es que lo habían hecho, las calles estaban rodeadas con palmeras, todas ellas, cada casa separada por cercas de flores que estaban perfectamente podadas. Todos los techos de las casa estaban pintadas de un color y en la entrada de cada casa, una llamativa barra parada de cuatro metros en la entrada de cada casa que en la punta una cuerda con una pluma roja, que bailaba con la brisa.

-llegamos, profesor. –estaba tan concentrado en las vistas que no note que había entrado a la casa de aquella pequeña niña. Eche una mirada a mí alrededor sin mover el cuerpo parado en la entrada de aquella casa. – ¿¡Papá!? –llamo, mientras aun me sostenía mi mano, ¿Papá? –volvió a llamar. –algo se escuchaba adentro, alguien estaba hablando pero no entendía lo que decía. – ¿Hola?… llame, curiosamente mientras trataba de observa quien estaba ahí. – ¡¿Papá?! ¡Tengo algo que decirte! –volvió a gritar.

– ¡¡Aquí esta!! Alguien pego un grito, sonaba a haber logrado la mayor Azaña, al parecer se dispuso a salir de casa y vi cómo se abrió la puerta.

-¿Hmm…? -¿Lucy? A quien trajiste en esta ocasión? –Su padre suspiro y se acercó a nosotros –perdone amigo, mi hija tiene la manía de traer extraños a casa. –No es un extraño… -¿Umm? Y quién es? –Pregunto su padre mientras inclinaba su cuerpo para poner sus manos sobre su cabeza

–Mi novio.

– ¡Ehe! – Su padre.

-¡¿qué?! – ¿Escuche bien? me pregunte a mí mismo.

-Conque si he…

-¡SI! … -confirma ella dibujando una sonrisa en su rostro.

-¡Ehe! Que sucede aquí, algo no está bien… -estoy confundido, ¿Qué dijo?

-¡Maldito! ¿Qué le asistes a mi hija? – su padre se acerca a mi rostro con una voz grabe, inclinándose y estirando el cuello.

–Que de que habla, claro que no le hice nada… -inclino el cuerpo hacia atrás abriendo las manos a la altura del pecho.

-¿es cierto eso mi hija? –se inclinó hacia ella

–No digo que el hizo algo… Pe-pero si nos tocamos…

-¿¡Que!? Como se atreve. –volvió a mirarme.

–Oiga espere creo que hay una confusión yo…

-No hay nada que hacer, lo siento hija mía…Pe-pero, este hombre tendrá que casarse contigo.

-¡Fuju! Deja salir un sonido raro mientras levanta orgullosamente la cabeza ligeramente con las manos en la cintura.

-¡Fuju! Ni nada, de que rayos hablan. –el padre empieza a llorar de alegría asiendo un berrinche exagerado mientras se recuesta sobre el poste de la casa y habla sobre lo joven que es su hija.

– ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? –La pequeña se postra en el suelo y le hace una reverencia y mirándole desde el suelo le dice -cuide de mi por favor… -¡¿Qué?! – Debes estar bromeando… -el padre rápidamente corre y se postra al igual que su hija y le hace la misma reverencia con chorros de lágrimas en los ojos -¡¿Cuide de nosotros por favor?!

– ¿¡A ti también!? –Nos hay nada que hacer, después de todo ya se tocaron y todo. –De que habla solo me tomo de la mano, no es para tanto. – trataba de explicar la situación, la pequeña y el padre aun postrados en el suelo. Y luego simplemente se escuchó unas risas bajas que luego se hizo más grande, el padre se levantó. Y levanto a su hija también.

– tranquilo hombre que solo bromeaba, Jajá, le pido disculpas por eso, es solo que no aguante de seguirle la corriente a mi hija, veras, mi hija tiene la costumbre de traer a personas a casa. Con el mismo cuento, pero nunca imagine que sucedería lo mismo con usted, profesor…

-¡Ho! Vaya, así que supo que Hera yo. –claro, por eso quise jugarle la broma, debió ver su rostro. –ya veo !Fuu! –pegue un suspiro de alivio, supongo que también lo sabía muy en el fondo, me incline para acercarme un poco a ella.

– Hoye pequeña que buena broma me hiciste.

…¿Uhm?…Me miro sin decir nada y puso su cara de confusión, con una mano en la barbilla y miro hacia el cielo, no contestó.

-¡Waa! Su cara dice otra cosa. –Pasando a otro tema, profesor… me espera un rato, iré a sacar unas cosas que deje en su habitación, y luego vuelvo, si viene mi hija Suly, dile que lo acompañe a ver la nueva escuela por favor.

–el padre se fue y la pequeña entro a su casa muy deprisa, estuvo haciendo ruido en buen rato y después de unos minutos salió sosteniendo un envase de madera, es muy común en esta zona usar estos envases, estos curiosos envases son llamados pajos, envases que ellos mismos cultivaron y fabricaron. En ella había un refresco típico de la zona.

–Tenga, Profesor. –me ofreció el refresco y se me quedo mirándome a que me lo tomara. Con una sonrisa muy nerviosa, debido a su penetrante mirada pero tierna a la vez, me tome de inmediato para no sentirme más presionado, sin embargo al ofrecerle devuelta el pajo, corrió de nuevo a su casa y volvió a traer otro más, pero en esta ocasión un poco más grande.

De nuevo se me quedo ahí mirándome, lo cual causo que me ponga más nervioso, me acerque a una banca que estaba a un lado.

– ¿Puedo sentarme?

-Adelante…

-gracias…

-Tome de inmediato de dos respiros la bebida, y le devolví la bebida, en esta ocasión le di las gracias insinuando que ya es suficiente. Sin embargo unos segundos después.

–Toma…

-Lo hizo de nuevo, volvió a traer más bebida aún más, con un pajo más grande.

-Dios que sucede… esto es extraño – cogí el pajo que ahora era más grande y de tres respiros me lo termine, se lo devolví inmediatamente y con una gran pansa debido a la bebida, estire los brazos y el cuerpo hacia atrás. –Por fin, termino, no hay manera de que haya algo más grande.

-Fue lo que pensé…

–¡Dios Mío!, ¿me quiere matar?

-la pequeña salió con un pajo tan grande que tenía que sostener con sus dos brazos que ni siquiera ella podía cargar, .Pequeña, estas bien.

–Si…

– ¡No pareces estar bien! Simplemente me quede observando como venía a mí tambaleándose con aquella cosa que parecía una tina.

-¡Me va a matar!

-¡Lucy! – Detente… -una voz resonó

-Mi cabeza giro inconscientemente, por fin alguien quien viene en mi ayuda. Pensé en ese momento, busque la fuente de aquella voz, y en ese instante la realidad una vez más supero la ficción.

–no suelo fijarme mucho en las atribuciones de las mujeres, pero soy consciente de que si veo algo tan hermoso no soy capaz de quitarle la vista de encima… Parada ahí en la entrada de la casa, con las manos en las cintura.

-Lucy, deja de molestarlo, cuantas veces te he d…

-vi como caminaba hacia su hermanita molestándola, para mí era como en cámara lenta, estaba rodeada de luz ante mis ojos ella brillaba, y vi cada segundo como con cada paso, regañaba a su inferior hermana, ella tan llega de madures e inteligencia, ponía un pie en una sobresaliente roca cayendo al suelo de manera…

-hay no puede ser, mi imagen de ella se rompió en pedazos al ver que era peor de lo que imaginaba, era una chica linda pero.

-Suly tonta… – lo dijo Lucy.

-Al-alguien puso esta piedra aquí para tropezar con ella, no es mi culpa. – si claro… ¿Estás bien?… –pregunte.

–si gracias, es solo que alguien puso esto aquí, para que me caiga. –Si claro –puse una cara de desconfianza mientras la miraba de lado

– ¡A si es! –grita enojada, y se pone de pie y limpia sus rodillas con sus manos, me vuelvo a sentar al verla que se pone de pie, pego un suspiro, al parecer estoy agotado por el viaje, mas agotado estoy con todo lo que he pasado, apenas estoy aquí media hora creo.

–Ella se me acerca mirando de pies a cabeza, con las manos en la espalda, con una mirada de curiosidad. – Aquí vamos de nuevo…

– ¿Usted es el profesor que vendría hoy? – me miro de pies a cabeza otra vez, y antes de que diga algo.

–Suly, papá dijo que llevaras al profesor a su cabaña –al parecer no lo escucho, ahora me mira muchos más cerca, me siento incomodo, un poco nervioso, está demasiado cerca –Hoye creo que tu hermana te dijo algo –trato de que rompa la incómoda inspección.

– ¡Hermana, incomodas al profesor! –Gracias Lucy, le doy e crédito en mi mente mientras muevo el cuerpo un poco hacia atrás, evitando que se acerque más.

– ¿Si?…

-fue una pregunta, o es tan tonta que no lo nota –Venga profesor sígame… -se pone recta aun con las manos atrás, camina hasta la entrada de la casa. – ¿Que espera venga?.. –La miro ahí parada dándome la espalda y yo aún confundido, cojo mis cosas y me pongo de pie, ella voltea y me mira con una sonrisa dibujada en su rostro. –quiero mostrarle algo…

En el trayecto Suly, hace de guía y me enseña algunas cosas y lugares del pueblo, donde a partir de hoy viviré.

-Suly, es tu nombre verdad…

-Si…

-tu hermanita es un poco extraña.

– ¿Hermanita?

-Me refiero a Lucy, ¿ella es tu hermana o no?

-Si lo es, pero no es mi hermanita, de hecho ella es mi hermana mayor…

-¡¿Qué?!…Debes estar bromeando, como puede ser, ella es más pequeña que tú, ¿Cómo puede ser tu hermana mayor?

– Que suerte que Lucy no te escuche decir eso, es muy sensible sobre su estatura. –Estaba un poco confundido, como es posible que esa pequeña niña sea hermana mayo.

-Dices que tú eres la hermanita de Lucy, ¿qué edad tienes?

-16, profesor, por cierto, ¿cómo se llama usted?

–Me llamo Alberto.

–Uhm…

-se quedó pensando un momento mientras seguía caminando.

–Lo llamare Alber, es más fácil.

–Bueno el punto está en que si vas hacer mi alumna será mejor que me llames Pro….

-¿Alber, De dónde viene?

-Satipo… -como te decía lo del nombre será mejor que me llames Pro…

-Yo estuve una vez ahí, Papá me llevo una vez a una reunión que se dio para los presidentes de cada comunidad de Rio Tambo, las civilizadas claro.

-Enserio, ahora entiendo cómo es que hablan muy bien el castellano, incluso pensé que era extraño que tu hermanita, digo hermana lucy hablara también el idioma, te seré sincero me sorprendió al verla hablar, más aun me asuste un poco con lo de la boda y todo eso… es que parece una niña no más de 6 años.

-Ha, se refiere a lo de casarse. – ¿lo escuchaste? –No, lo que sucede es que como le dije ella es mayor que yo, por lo que los chicos suelen molestarla con que no podrá casarse por su apariencia, por eso las bromas.

-aunque no me parece broma…

-Juju, ¿eso le pareció?

–si…

-Ella … realmen.. mi Her… -Me pareció haberla escuchado hablar, pero su voz estaba tan bajo que no distinguí bien lo que dijo.

He notado que mientras caminaba muchos comuneros se asoman y estiran la cabeza para observarme, hacen que me sienta nervioso, sin darme cuenta desvió la mirada hacia el suelo, y me preocupa cómo voy vestido, supongo que es lo que causa cuando te observan.

-ella caminaba adelante, jugueteando con los pies, al parecer caminaba evitando pisar algunas rocas que sobresalían del suelo entonces.

– ¿Profesor, que fue lo que le trajo aquí? -Creo que lo llamare así, es mas practico…

–esa pregunta me dolió el pecho, fue como una apuñalada atravesando mi pecho, en ese momento dirigí mi vista hacia ella y solo pude ver su espalda aun caminando.

– ¿Qué me trajo aquí? – repetí la pregunta en vos baja, inconscientemente mire al suelo otra vez, y lo recordé de nuevo.

– ¡¡Fue tu culpa!! ¡No quiero volver a verte! –algunas palabras duras, gritos que venían de golpe, torturaban mi mente, hubiera podido cambiar todo, me mortificaba el hecho de tomar tal decisión, esa fue la causante de venir aquí. Es lo que pensaba en ese momento.

-¡¿Profesor?! …Hola..

–Su voz me alcanzo mientras aún estaba sumergido en mis recuerdos

– ¡¿Aun está ahí, Profesor?!

–Volví en sí de inmediato

-¿Hola?

–alce la mirada y otra vez, su rostro estaba muy cerca viendo, pegue un pequeño grito cayendo sentado hacia atrás.

–¿Que sucede?

–Pregunte un poco impactado

–Mhm.. Pensé que se había quedado dormido y lo estaba viendo

– ¿Dormido? Como es eso posible, como crees que voy a dormir caminando

–Uhm… Disculpe

– dime… ¿qué es lo que quieres?

–Lo que pasa es que ya llegamos

– ¿Ya llegamos?

–Si…

-estaba tan metido en mis recuerdos que había perdido la noción del tiempo, mire hacia atrás, y habíamos caminado una larga distancia y no me había dado cuenta. Se puso delante de la casa y alzo la mano señalándola

– Aquí, será donde vivirá profesor, es un lugar bonito con seguro, techo, cama, con luz y con hechizo de protección…

– ¿Qué dijiste?

– Con seguro con tech…

-No, me refiero lo último.

-¿Qué?… Uhm… No lo recuerdo. ¿Con flores?

– ¿Es pregunta…? Olvídalo…

– bajo las manos y las puso detrás y volvió a sonreír mientras me miraba.

–bueno lo dejo para que ordene sus cosas, seguro que encuentra a Papá adentro él le mostrara la casa, adiós profesor.

– se quedó ahí viéndome sin moverse con una sonrisa en su rostro.

–Pensé que se marchaba, pero no lo hacía

– Bueno Gracias – solo sonreí nervioso e ingrese a la casa, la puerta estaba sin seguro, seguramente estaba el padre de Suly dentro como ella dijo.

Al ingresar inmediatamente eche un vistaso rápido, la casa rustico, tenia tres habitaciones no mas de 3×2, cada habitación inmediatamente dibuje e organize las cosas en mi cabeza, una seria mi habitación, la sala, y la cocina, es todo lo que puedo pedir, luego me entere que la casa fue hecha por una empresa maderera, según el convenio que hicieron es que dejarían sacar madera y la empresa además de pagar construirían una casa a cada familia en la comunidad, curiosamente la casa donde me quedaba era más grande, supongo porque es de la escuela. Aun de pie en la entrada de la casa, deje a un lado mis cosas y me acerque a Antonio. Quien daba unos últimos vistazos a las esquinas y muros de la habitación.

-Hola de nuevo, su hija me a traído hasta aquí.

– hola profesor, a partir de ahora esta será su habitación, me dijo mientras golpeaba la pared, probando que era muy resistente.

-Ya veo, está muy bien hecha, golpee también.

–profesor, las cosas que mando el alcalde, están almacenas en la casa comunal, en un rato mandare a traerla para aquí, dijo mientras salía de la casa. –No se preocupe, yo le ayudo no creo que se muchas cosas.

–La verdad es que no lo he visto pero supongo que no es mucho, creo que hay unas ollas y algunos cubiertos, creo que también vi una mesa.

-Entiendo, pero no se preocupe, también soy bueno cargando cosas, replique mientras mostraba el brazo.

-Como quiera profesor entonces deje sus cosas aquí y alcánzame en la casa comunal, yo voy por las llaves a mi casa…

-tenia curiosidad de cómo llegar a ese lugar, se supone que apenas llegue hoy aquí, entonces cuando estaba a punto de preguntar, desde la entrada la vi aun parada ahí, esperando quieta, me saludo con la mano y no dijo nada.

-Mi hija se encargara de llevarlo. –me sonrió cuando su padre dijo eso.

-se quedó parado mientras el padre bajaba por la pequeña grada de la casa. Si no lo he mencionado antes la mayoría de las casa que hay aquí, están hechas a partir de una altura de medio metro del suelo, supe después que es para las subidas del rio, básicamente en invierno el agua aumenta y suele llegar a 10 o 15 centímetro de altura, es por eso que las casas incluyendo las que la empresa construyo son echas de tal manera.

-Profesor me avisa cuando esté listo, como le dije antes, quiero mostrarle algo…

-se acercó y se sentó sobre la tarima, que sobresalía de la casa, Alberto entro a la casa y desempaqueto algunas cosas, y de una de las mochilas saco unos suvenir que había comprado antes de partir hacia la comunidad.

-aún no he desayunado y supongo que tú tampoco. –partió en dos el pastel que tenía en las manos y se lo ofreció.

-Gracias…

-sin más, lo observo y después de sacar la lengua algunas veces, lo comió. –Umm… una sonrisa se dibujó en su rostro, Alberto no se contuvo y la observo sin disimulo, mientras Suly disfrutaba con cada bocado su pastel, mientras jugueteaba con los pies sentada sobre la tarima que sobresalía la casa.

-Aun es una niña… fue lo que pensó. Mientras lo miraba sonriente.

-¡Profesor!… se levantó y corrió unos metros hacia adelante, -¡Profesor! -Volvió a gritar.

–venga sígame quiero enseñarle algo… -¡ya voy! –de dos mordiscos termino el pastel.

-empezó a caminar muy deprisa para alcanzarla, pero ella empezó a correr. -¡venga! –para cuando quiso alcanzarla, ya la había perdido de vista en una esquina, así que acelere y corrió también, al llegar a la esquina, estiro un poco la cabeza para verla, entonces al verla se detuvo y se acerco lentamente, sorprendido de tan majestuosa vista que la naturaleza me ofrecía.

-Mire profesor. –estiro la cabeza para poder verla completa, era gigantesco, era enorme, jamás había visto algo tan increíble. –Ahora mismo este árbol está en el centro de la comunidad profesor… -aun no dejaba de verlo, aquel árbol era muy grande, estaba en medio del parque de esta hermosa comunidad, el parque era cubierto por la sombra del gran árbol que media más de 80 a 90 metro de alto, sus gruesas ramas se extendían por varios metros tapando así con la sombra todo el parque.

-Mi padre me dijo que este árbol es el dueño de la comunidad, es quien nos cuida. Me conto que una vez, un hombre se perdió solo en los bosques, que era aquí para entonces, se perdió y aprendió a vivir solo en el bosque quien hábilmente construyo una cabaña, el bosque gentilmente le permitió vivir en su territorio, se dice que el bosque le daba de comer para que viva, arboles de frutas de la nada brotaban y también había peces en el pequeño riachuelo que salió del suelo en la pequeña quebrada que había cerca de casa.

Aves y animales llegaban moribundos a la puerta de su casa para morir ahí, hasta que un día mientras caminaba por los alrededores. Encontró a una bella chica recostada sobre el pie de un árbol, estaba muy mal, al parecer ella también se había perdido, la cargo hasta su cabaña, curo sus heridas y la hospedo por unos días mientras la cuidaba. Todo cambio, el bosque dejo de alimentarlo, los animales dejaron de venir, y las aves alejarse, había mucho silencio y él lo noto.

Solo, en esa solitaria y sórdida cabaña cuido de ella mientras esperaba que despertara. Entonces cuando noto que el bosque se había olvidado de él, muy hábil cogió las semillas y planto frutas, construyo criaderos de peces, y aprendió a casar para alimentarse. La chica, quien quedaba en la casa mientras él trabajaba preparaba la comida como agradecimiento y como es de esperarse se conocieron. Ella se enamoró de él, se enamoraron y ella decidió quedarse. Al pasar el tiempo convivieron juntos, misteriosamente no podían tener hijos durante todo ese tiempo que estuvieron juntos. El hombre pensó que era una maldición del bosque así que un día ebrio el esposo rezo al dueño del bosque por última vez, que le concediera un milagro más. Como recompensa el día que el hombre muriera se quedaría acompañando al dios para toda la eternidad, ese fue su precio a pagar, el acepto, entonces no solo pudo tener un hijo sino que tuvo 5 hijos.

–aun con la mirada en él gran árbol, escuchaba la historia de Suly, imaginado esa increíble historia.

-Creo que no fue mala idea haber venido aquí… -Fue lo que pensó, maravillado por tan increíble descubrimiento.

– entonces, el día que el hombre murió, sus hijos lo enteraron aquí como él lo mando. De ahí nació este árbol, justo encima de él. Ahora todo el pueblo venera al hombre quien fundo este lugar, al hombre quien es amigo de un dios.

-Su voz, el lugar, su forma de contarlo todo era perfecto, la historia cobraba vida mientras observaba el gran árbol e imaginaba esa fantástica historia…

Camino unos pasos al frente, y se giró mirándome a los ojos directamente.

-¿Qué te pareció? –

-Estuvo interesante, básicamente me dices que este árbol es el hombre, quien ofreció estar con el dios de este bosque… ¿No?

-si algo así, pero esa no es toda la historia, la historia completa sabe mi padre, él dice que es más complicado, la verdad es que a mí me gusta el final de la abuela.

-¿Abuela?

-Si…

-bueno supongo que es mejor que la versión de tu padre, también me gustaría escucharla. Pero, sospecho que no es prudente que me presente así de improviso, ya que acabo de llegar, será para otra ocasión.

-No, te preocupes mi abuelita es muy buena, no creo que se moleste si vas de visita.

-bueno, en todo caso, será cuando ya me haya instalado…

-sí, es mejor…

Aquel día, me pase toda la tarde traspasando las cosas de la casa comunal a mi nueva casa, había escuchando que las cosas no eran muchas pero….

-! Antonio estaba equivocado!…

-si… parecen que son muchas cosas más verdad…

-¡Claro que sí!

Más miedo me daba Lucy, que con su pajo enorme en la entrada de su casa, esperaba pacientemente que me detuviera a beber, debido a que solía pasar por delante de aquella casa trasladando las cosas.

-Profesor… tome…

-…Gracias… -No pude rechazarla.

Pasada tras pasada, una y otra vez el masato no se hacía esperar… sospecho que ella me quería matar.

-¿Profesor… el enorme árbol… en el parque?

-sí, me lo mostro Suly, también me contó la historia del mismo, es muy bonito…

– ¿No tiene miedo?

-¿Miedo?

-¡Si!… No…

-Lucy deja de molestar al profesor. –Suly apareció e interrumpió.

-Tiene razón, luego seguimos hablando, será mejor que termine esto antes que anochezca.

-aquella tarde, organice las cosas y termine un poco tarde, y al cargar por último la mesa, me quede tirado en el piso de la casa.

-¡Termine!..

-¡Ho! Quedo muy bien…tenga aquí una lámpara profesor, esto lo pone al medio de su casa y alumbrara todo el lugar, ¿ve ese clavo que está ahí arriba?

-Ya veo.

-Lo pone ahí y ya…

-por cierto Suly, ¿dónde podría darme un baño?

-Uhm… pues en el rio, también el pequeño riachuelo que paso antes al llegar aquí, ¿recuerda?

-Prefiero el rio, tu padre me dijo que ahí hay serpientes a estas horas.

-¡bueno! –se puso de pie de inmediato de lo que estuvo sentada en la tarima, dejo la lámpara a un costado.

-entonces espere -¿Qué espere? – que voy por un machete, espere sí, no se vaya a ir. –¿Vendrás tú también? –Claro…también me bañare…

-¡¿Qué?!.. Se fue corriendo a su casa.

Saque algunas cosas que necesitaría para bañarme, estaba un poco emocionado de conocer el rio tambo. Aunque ya lo había visto antes en el trayecto, pero en esta ocasión entrare en él.

– ¡¡Esta listo profesor!!

-¡Ya salgo!

-Mhm. ¿Lucy también ira?..

–sí. Insistió en venir.

-¿Lucy, también te bañaras? … – No…observar. –¿Eh..?

-No le haga caso profesor, vámonos ya.

A solo unos cuantos metros de donde vivo, una cuadra y media será, está la salida al rio.

Seguimos la carretera de la calle principal de la comunidad que nos llevó al rio, de inmediato cuando nos asomamos a las orillas de sus calmadas aguas, una especie de mosca que se hace llamar, “Manta blanca” me vieron como su almuerzo, y no dejaron de picarme en todo el rostro y los brazos, sin mencionar que siendo yo inexperto, había ido con un short que de inmediato supe que no fue una buena idea.

-¿Adónde se fue Lucy? –Ya vendrá…

-Profesor…tome… Lucy salió entre los arbustos sosteniendo algo en las manos -¿Qué es esto? –¡Es para que se eche profesor, sobe esas hojas en su mano y luego échese en sus brazos, es para las moscas!

-Ya veo…

-Lucy, suele ser muy atenta… A medida que la voy conociendo, empiezo a creer que efectivamente es mayor que Suly… o tal vez me equivoque…

-¡Llegamos! Profesor…vea, aquí es bonito para que se bañe.

-Tienes razón, ¿no es peligroso? –No… en este lugar se baña también mi padre, y los otros.

El agua era tan calmada que a distancia parecía no moverse, todo el rio era simplemente increíble, todo estaba increíble, excepto las moscas claro, que zumbaban en tus oídos quitándote la paciencia.

-¡Yo me meteré primero! -¿He?.. Bueno me volteare para que te cambies.

–¡plash! –¿Cambiar?

-No dije nada… no sabía que te ibas a meter con toda tu ropa.

-Jijiji… Lucy a unos metros del rio.

-¿No piensas meterte en el agua Lucy?

–No…Moriría. – ¿He?…

–Juju-(Broma).. –¡Qué miedo!…No me hagas esas bromas, dio miedo.

-Jeje…Ya métase profesor, que el agua está fresca. –si claro..

Me dio mucha curiosidad del por qué Lucy no se metió en el agua, lo pensé en mi cuarto, supongo que no sabe nadar, llegue a esa simple conclusión. Recostado en mi cama, pensando las cosas un poco confundido, como es posible que dos señoritas que acabo de conocer me trataran como si hubieran vivido con ellas toda la vida.. ¿Que estaba sucediendo?.

No era cosa de ponerme a preguntar, que se supone que le diría… -Hoye porque es que no tienes miedo de mí…

-Jaja… no podría. Las cosas solo sucedieron.

Aquella noche, no pude dormir pensando lo lejos que estaba de casa, los recuerdos llegaban a mí con facilidad al estar rodeado de completo silencio, solo uno que otro insecto haciendo ruido, atrapado en esa casa esperando a que amanezca, solo con la lámpara encendida iluminando mi sórdida habitación, acostado pensando si me acostumbrare pronto.

-no estoy acostumbrado a escribir mi vida cotidiana pero un amigo me lo aconsejo, esto ayudara a distraerme y evitara que me aburra de este lugar, no puedo decir quien fue, pero puedo decirles que él sabe de lo que habla.

Me conto que en una ocasión un profesor termino perdiendo la cordura, como resultado se fue de la comunidad una madrugada cuando nadie aún estaba despierto. Eso no fue buena idea.

La selva es otro mundo, un mundo donde las leyendas cobran vida, aun siendo leyendas cobran vida, les aseguro que las historias que se escuchan son reales, aunque los que lo vivieron son el amigo de mi amigo que es hermano del vecino que presto el machete al hijo del amigo de mi hermana que es mi suegro.

-No es necesario que lo leas otra vez…

Volviendo al tema, escribir ara que me olvide de donde estoy, y no centrarme en mis problemas, ahora estoy lejos de casa, ahora esta es mi casa. Es todo.

.-la mañana siguiente, me despertó una voz que penetro mis sueños, una voz, que me era familiar, para ser sincero no soy bueno madrugando, así que me molesto un poco, pero al escuchar el grito que sucesivamente resonaba, desperté un poco ansioso y nervioso.

-¡Que! ¿Qué sucede?…

Salí de inmediato hacia la puerta.

-¡vamos a pescar profesor!, ¡es para el desayuno!… – ¿Desayuno?…

-apenas está amaneciendo ¿!como que desayuno!?

-Venga le espero… –cogió el machete que tenía en la tierra clavada a un lado suyo, y fue a un lado de la casa a escavar.

Desganado entre a la casa a vestirme, el frio era muy penetrante, apenas amanecía, el cielo estaba de azul, y avía llovizna, pero a ellos no parece molestarle.

Cogí unas de mis casacas que suelo llevar a la mano para evitar el frio, Salí de inmediato y me asome a un lado de la casa donde estaba Suly escarbando la tierra.

-¿Qué buscas? – Pregunte ignorante entonces.

-Algunos lombrices, olvide ayer casar carnada. -¿Carnada?

–¡¡Si…!! –contestaron los dos al mismo tiempo.

-Por cierto él es Brayan, es mi primo…

Desvié la mirada hacia el pequeño muchacho que estaba con ella, sostenía las lombrices en una lata de atún vacía. Que al verme inmediatamente me sonrió y me saludo.

-vamos… -se pusieron de pie y se dirigieron a al rio, esta vez nos fuimos por un caminito muy delgado, que nos condujo a una chacra donde cultivaban yuca. Estaba limpio el yucal, se podía ver algunos comuneros sacando yuca, que al verme rápidamente se hicieron notar y me saludaron.

Algunos comuneros simplemente movían la cabeza, al parecer solo algunos hablan el español, aun no estoy acostumbrado a su dejo y me es difícil entenderlos. Por eso es importante prestar atención.

Después de unas cuantas cuadras, y seguir sin contratiempo el pequeño camino, salimos al rio. Esta vez muy arriba del pueblo. Estaba preparado para la manta blanca, que es como les llaman a los mosquitos que en cantidad son una amenaza, al menos para mí. Curiosamente no había tales mosquitos, y supuse que en las mañanas no suelen estar.

Camine algunos metros y había grandes rocas que rodeaban el rio, y me subí en uno de ellos, por suerte traía una zapatilla deportiva, me pare encima de la más grande y me puse de pie y cerré los ojos a oír el rio. Sentí la naturaleza en todo su esplendor. Parado ahí, moviendo la cabeza de un lado al otro.

Luego de que la neblina se dispersara un poco pude notar que había más gente de lo que pensaba. Había una fila alrededor del rio, muchos jóvenes y niños que estaban sentados ahí, todos ellos esperando a casar su desayuno. Cada quien tres a cuatro metros de uno al otro.

Todos me estaban viendo fijamente, algunos sonreían, y movieron sus labios, soltando palabras susurrantes para no espantar a los peces.

-Buenos días profesor… – es lo que decían.

Para mí fue curioso ver semejante escena simplemente todo era distinto, a veces solía pensar que estaba en otro planeta. Todo aquí es diferente.

-Hola…Profesor…

-¡aah!..

-¡Lucy, por Dios me asustaste!

-¡Shuu…! ¡Silencio…!

-¿Qué haces parada abajo Lucy? –susurre en voz baja

–…Saludar…

-¿Saludar? Dices que viniste solo a saludar, ¿cómo es que llegaste aquí?

-¡¿Lucy, también has venido?! Es raro en ti verte por aquí, ¿qué estás haciendo?

-…Pescar…

-Te dije que hoy venia yo, no tienes que estar aquí hoy… ¿sabes bien que día es hoy?

-…Si…

-Regresa a casa por favor, ayuda en casa, yo me encargo del desayuno de hoy.

-luego de escuchar lo que le dijo su hermana, me miró fijamente un buen rato y luego la miro a Suly.

-…Me voy…

Aun no me acostumbro a la manera de ser de Lucy, es una jovencita muy extraña. Suele aparecerse de la nada, me ha asustado muchas veces, su personalidad es muy calmada y por lo visto no es muy buena hablando al español, solo pronuncia algunas palabras que conoce…

Hay tantas cosas que no se de ella, que eventualmente voy conociendo como lo que sucedió hoy.

Suly, es muy diferente a su hermana, es una chica muy inquieta, suele ser gentil con toda la gente, he notado que no es capaz de negarle algo a alguien, siempre puedes confiar en ella, pero sé que hay cosas que oculta, siempre con una sonrisa, en ocasiones siento que está enojada o triste, pero ella siempre sonríe. Espero que nadie la dañe.

Aquel día, pase toda la mañana con la familia de Suly. Quede sorprendido al conocer a su madre, se parece mucho a Suly, mas sorprendido quede al ver que era muy joven. No… mejor dicho, todas las mujeres de este lugar son jóvenes… Tenía curiosidad por preguntarle su edad, pero pensé que podía ser descortés. Así que no lo hice.

La casa es muy humilde, ellos suelen vivir solo con lo que necesitan, no encontraras aquí, nada de tecnología. No refrigerador, no cocina a gas, no televisores, no computadoras, no luz eléctrica, etc… Un techo, camas, ropa, meza y una cocina. Es todo lo que necesitan.

Me preguntaba cómo es que son felices de esta manera, yo no podría vivir tanto tiempo de esta manera, me pregunto cómo es que logran estar tan tranquilos aquí… entonces vi la respuesta ante mis ojos…

Lo único que necesitan es una familia unida. Sentado en la meza almorzando con ellos, note que solo se necesita estar con tu familia, cada uno de ellos, ríen y juegan entre ellos.

Por un momento pensé que no hay educación en esta mesa, pero es mejor así… ellos son libres, nadie reniega de nada, la madre no regaña a nadie por su forma de comportase en la mesa, en cambio se asegura de que sus hijos coman bien, el padre no ignora a sus hijos, les presta atención en todo momento, entonces entendí que ellos no necesitan civilización, nosotros necesitamos más de ellos.

Seguramente queremos ser como ellos, es solo que no podemos por vergüenza, o porque nuestros padres nos regañaran por ello, o más aun, la sociedad es manipuladora, que nos ha educado para que nos comportemos como ella quiere. No somos libres de ninguna manera, solo hacemos lo que alguien más quiere que hagamos.

Entonces pensé y en mi mente grite. ¡Soy libre!

Aquí la gente me incentiva para ser libre, me enseña que no hay reglas, aquí puedes ser como quieres ser, nadie te juzgara, nadie te regañara, aquí… eres totalmente libre.

Después de almorzar con ellos, el padre me invito unas cuantos pajos, podría decirse que copas, pero como ya les dije, aquí es “Pajos” , lo único que necesita esta gente es una radio a pilas y un casete con su música preferida, para disfrutar de una buena bebida.

Antonio había bebido bastante, debido a los enormes pajos que Lucy traía… y una música que tenía una melodía melancólico, saco un recuerdo en Antonio que sin dudarlo me lo conto deliberadamente.

-Albert, ¿Te puedo llamar Albert, verdad?

-Claro, no hay problema.

-¿Albert, tienes hijos?… – preguntaba con las voz ebrio y mal pronunciada, con altos y bajos hablaba. La música… la fogata a un costado sentados en bancas echas de un árbol. Sentado ahí bebiendo, recordando…

–No… -¡¿Por qué no?! -Replica

-…Aun no…Aun no lo sé…

-Albert… ¡el árbol es una maldición…!

-¿Qué?

-¡el árbol es una maldición…! Cada familia de este lugar, ha perdido un hijo.

-¿Y usted cree que el árbol los maldijo?

-Yo no creo, yo te lo estoy diciendo, el tercer hijo de cada familia muere cuando son bebes, cada año teníamos como 5 funerales aquí.

Por un momento sentí escalofríos cuando escuche eso,

-Pero ahora las cosas han cambiado, todas las madres evitan tener más de tres hijos, pero como nosotros no tenemos medicamentos, siempre hay unos que otros que lo tienen así que… Pero una vez que hayas perdido un hijo no vuelve a suceder, aun así el temor vive dentro de cada uno y hay madres que temen quedar en embarazadas.

Algunos amigos y visitantes cuentan que al pasar por el cementerio escuchan a bebes llorar, en una ocasión mi madre conto que había perdido a mi tercer hermano, aquel dia había tomado, estaba muy mal, entonces no pudo soportarlo y fue a pararse al canto del rio y mirar a la pequeña isla donde enterró a su hijo.

Ella dijo que escucho llorar a un bebe, aseguro que era su hijo, ebria cogió una canoa (bote echo de un tronco) y remo hacia la isla, corrió hacia la tumba de su hijo que había enterado esa misma tarde, y empezó a escarbar.

Aquel día la gente que acompañaron en el velorio, aún estaban en la casa tomando mazato con los demás familiares. Cuentan que mama llego con él bebe en brazos con las manos y pies sucios de barro. La gente se asustó al verla.

-Él bebe lloraba, estaba con vida. Como era de esperarse los comuneros no reaccionaron positivamente, enseguida la sujetaron y la enseraron en una cabaña que usamos para encerrar a la gente que es endemoniado.

-Quise preguntar, a que se refería con endemoniado pero deje que continúe.

-La cuidaron toda la noche, él bebe lloraba durante horas, seguramente de frio pero por suerte la gente que cuido a mi madre eras amigos así que le cedieron lo que necesitaba para el cuidado del niño toda la noche, pero todo eso sin entrar o sacarla del encierro. Ya que aquella cabaña tiene una pequeña ventana.

Al día siguiente la gente del pueblo acordó dejarlos ir, pero con la condición de que jamás volviera al pueblo. Mi madre tuvo que partir del pueblo. Ahora vive sola en aquel cerro.

-apunto hacia un lado del cerro con la mano.

-¿Eso quiere decir, que tú también has perdido uno de tus hijos? No debí, pero aun así pregunte…

-…Si…

-Lo siento…

-Ella murió en mis brazos… simplemente en un momento estaba bien y de repente, empezó a agitarse, no podía respirar, y luego de algunos minutos… la luz de sus ojos se apagaron. Vi cómo me miraba fijamente a los ojos, no pude hacer nada… me sentí totalmente inútil, basura, miserable. Me odie a mí mismo.

-No sé si fue el alcohol o simplemente eran los recuerdos, tal vez las dos cosas pero simplemente las lágrimas brotaron del hombre que había experimentado el dolor más grande que un padre sufriría. No pude decir nada…

-Antonio se puso de pie, bien creo que ya es hora, se levanto diciendo.

-¿A qué te refieres?

-iré un rato al rio a pescar, para mañana…

-¡¿EH?!

-¿Quiere venir?… – ¿Estás seguro que iras así? –Claro, cual es el problema. –contesta tambaleándose y ebrio. – ¿Es broma?…pensé.

-cogió la atarraya que tenía colgado, también un machete.

– ¿Va venir?

–al verlo así me dio miedo dejarlo ir, más miedo medio quedarme solo a oscuras, ya era tarde la familia dormía. Mi mejor opción es ir con Antonio.

Fuimos por la misma carretera que anteriormente fui a bañarme con Suly, mientras caminábamos, Antonio contaba que desde aquel lugar que iríamos, veríamos aquel cementerio, donde fue enterrado su hermano quien milagrosamente había revivido. Es un misterio que quería resolver, aunque a decir verdad quería saber qué es lo que en verdad sucedió. Pero no pregunte, deje que el continúe con su versión, mientras yo analizaba en mi mente lo que podría haber sucedido.

Cuando salimos a la playa, caminamos algunos metros a la orilla del rio, se podía escuchar las olas golpear contra la playa, también había piedras, aquel lugar era muy tranquilo, nos sentamos un rato a meditar y en el proceso, Antonio se durmió.

Recostado en el pedregal, con la mano en la cabeza, quise hacerla una pregunta, y de inmediato note que se había quedado profundamente domino; entonces quede a solas en la orilla de la playa escuchando el agua asechando la orilla.

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