El diablo y el secreto de la felicidad

El diablo y el secreto de la felicidad

MoonMen

17/09/2019

Hurgando entre los trastos viejos, cubiertos de polvo, repleto de telarañas y olor a olvido, Jorge encontró lo que a su parecer era una vajilla con forma de probeta.

Aquella reliquia sin valor ni interés alguno para cualquier persona, le llamó demasiado la atención. Su abuela acostumbraba a acumular objetos de esta índole. Jorge no dudó y lo separó entre los objetos que pretendía llevarse a su casa, antes que de que alguno de sus hermanos o hermanas pasará en busca de algo de valor de esa casa del olvido, de ese rincón de oscuridad, de su ahora difunta abuela.

Jorge agarró su caja de objetos vistosos, perfectos para ser acumulado nuevamente entre la basura, pero ahora con la de su hogar.

Mientras empezaba a desempacar los cacharros que ni siquiera se había dignado a limpiar, recogió un mantel bordado, digno de una abuela, Jorge estornudo. Tal vez por el polvo, tal vez por azar del destino, Jorge estornudo. El estornudo fue tal que el movimiento de sus brazos golpearon una mesa donde había reposado alguno objetos de la caja. La reliquia con forma de probeta estalló contra el suelo. De ella emergió un ángel. Al principio Jorge pensó que eso era.

-Hola- exclamó el ángel luego de un largo bostezo

-Hola- dijo Jorge, quien se estaba incorporando de su segundo estornudo

-Al fin, al fin libre- parecía decir el ángel mientras sonreía extrañamente de forma siniestra.

-Que se supone que eres?- dijo jorge

-Acaso no ves películas o lees libros? Es que en tu vida sólo buscas objetos de algún tipo de valor entre los restos de tus muertos?- dijo el ángel de forma burlona.

-No es eso, las cosas no son lo que parecen. Mi abuela..

-Basta- le interrumpió el ángel; Pideme tu deseo de una vez. Me aburro.

-¿deseo?- preguntó jorge, mientras se le formaba una sonrisa en su rostro.

-Usurpador y sordo, vaya combinación más conveniente para tu oficio. Si humano, un deseo. El que tu quieras. ¿quieres que se mueran todos tus parientes, así usurpas más objetos sin valor alguno? sólo pídelo. ¿quieres una mascota que se parezca a tu gato, el cual está apunto de morir atragantado por una bola de pelo? sólo pídelo. ¿Que quieres humano? ¿que deseo abunda en tu interior? ¿que cosa extraña y exótica se te presenta en tu mente? Sólo pídelo.-

Luego de meditarlo unos 35 segundos, Jorge exclamó:

-Quiero ser feliz, angel. Quiero la felicidad. Quiero el secreto de mi felicidad. Dime el secreto para ser feliz.- dijo jorge

-De acuerdo, eso tendrás. Acércate humano incrédulo.-

Jorge se acercó al ángel y este le susurro unas cuantas palabras al oído. Luego de esto desapareció entre la basura y el polvo.

Jorge intentando procesar lo que el ángel le había dicho, anoto todas y cada unas de las palabras que aquel misterioso sujeto acababa de decirle.

De inmediato leyó sus notas y se propuso a seguirlas al pie de la letra.

Se baño, agarro su billetera y corrió hasta la casa de apuestas más cercana. Apostó todo lo que tenía a un caballo, que curiosamente se llamaba Angel. Este gano y Jorge fue millonario.

Tomó un vuelo hasta parís. Donde conoció a María, una mesera de un bar de la zona. Hicieron el amor y años más tarde tuvieron 2 hijos. Luego de unos cuantos años Jorge, invirtió en la bolsa y triplicó su fortuna. Sus hijos fueron a la universidad y se graduaron con honores. Su mujer Maria, con el pasar de las décadas, cada vez era más hermosa. Como un buen vino. Jorge sólo se dedicaba a sus pasatiempos mientras veía la vida pasar sin más preocupaciones. Se había vuelto un coleccionista de articulos antiguos muy bueno. Sus ovejeros alemanes pastoreaban los bastos metros cuadrados de su gran mansión.

Un dia, Jorge a los 70 y tantos, enfermo.

Viudo desde ya hace un par de años, se reunió con sus hijos y les dijo sus últimas palabras, el ya sabia que estas iban a ser las últimas. Puesto que presentía que no pasaría de aquella noche. En su lecho de muerte, pasada la madrugada, algo lo despertó. Aquel angel que se le había aparecido, volvio a manifestarse delante de sus ojos. Como quien se encuentra con un viejo amigo, el cual sólo su memoria albergaba, Jorge lo saludo. Este correspondió al saludo y se sentó a su lado, en una silla mecedora de madera, a simple vista, costosa.

-Humano- le dijo el ángel.

-Angel- respondió Jorge.

-Dime humano, ¿estas listo para que tu deseo se cumpla? ¿estás preparado para conocer el secreto de la felicidad?- dijo el ángel, mientras se levantaba de la silla y se acercaba a jorge.

-¿cómo dices?- jorge le preguntó de inmediato, olvidando todo tipo de dolores que lo aquejaba.

-Parece que con el paso de los años, la sordera sigue intacta. Lo que has escuchado humano. Si estás listo para conocer el secreto de la felicidad.

Jorge no lograba entender lo que el ángel le estaba diciendo. El ángel se le adelantó y le dijo:

-Curiosos seres, ustedes los humanos. Creen saber que los hace felices. Se adueñan de visiones que los mantiene obnubilados durante un largo tiempo. Piensan que la vida es una receta que debe cumplirse al pie de la letra. Que cada decisión debe ser un ingrediente de esta receta que culmina en una comida exquisita. Buscan con tantas ansias algo que no existe. Se auto convencen que deben serlo. Basan su vida en la consecución de una serie de actos inducidos por alguien más. Se adjudican lo que les conviene y expropian aquello que los frustra. Verás querido humano, aquello que te dije hace un tiempo ya, en realidad no termino en tu felicidad. Fue algo que se me ocurrió en el momento. Algo trillado. Un mero cliché digno de una película de bajo presupuesto en Hollywood. En pocas palabras, te menti.-

Jorge, que terminaba de procesar aquello que el ángel le dijo. Le contestó:

-Te equivocas, hice lo que me dijiste y fui feliz.

-El equivocado eres tú- le dijo el ángel.

-Justamente, hiciste lo que yo te dije. Lo que hallaste posiblemente te hizo sonreir un tiempo, de seguro lloraste más de una vez, quizás pensaste en dejar de seguir mis órdenes, quizás te convenciste de que eras feliz. Pero eso querido humano no es la felicidad.

Lo que tu llamas felicidad, no existe. Mientras vivías tu fantasia, te perdiste de infinitas combinaciones que te podrían haber llevados a la felicidad o quizás no. Podrías haber conocido tu verdadero amor, podrías haber hecho amistades. Hubieras llorado y reido, un gran número de veces. Perderias cientos de trabajos hasta encontrar aquel que se amoldaba a ti. Hubieras pasado hambre y conseguirás estar realmente saciado. Al seguir mis ordenes, te perdiste de cientos, miles, millones de cosas. En fin, no podrías saber si fuiste feliz o no.

Allí querido humano, está el verdadero secreto. En que no existe tal.-

Dicho esto, el diablo desapareció para siempre.

Jorge quien había vivido toda su vida infeliz, cerró sus ojos y dejó el mundo sabiendo al fin aquello que creía saber.

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