El Corazón de Peyton.

El Corazón de Peyton.

Marisol Pereyra

09/08/2018

Prologo


– Ámbar ¿Con quien te quedas?- pregunta el hombre pelinegro.

– Me eh decidido quedarme con Marcus. Él es el amor de mi vida y quien será el futuro padre de mis próximos hijos.

Ambos hombres apretaron sus puños en señal de enojo y disgusto. Ya era claro que no aceptarían que su gran amada se quedara con un simple mortal.

– Prefieres quedarte con ese simple humano. Él no te haría feliz como yo lo haría.- dice el rubio.

– Perdón, mejor dicho como yo lo haría, Ámbar, cabe saber que ese estúpido humano te dejara cuando sepas lo que eres.- dicta el pelinegro.

Ámbar no quería seguir escuchando a dos seres que odiaban a la persona que ella amaba profundamente.

– Él nunca me dejara. Porque ya lo sabe lo que soy y me acepta.

– Mi primogénito será quien se quede con el corazón de tu hija. Él podrá completar lo que no pudo lograr su padre, tener el amor de una bella mujer.

– No me pienso perder de esto, mi primogénito será el quien se lo gane. No dejaré que un niño bueno se quede con ese puesto.

– Pues no veo nada bueno que se quede con un niño malo. Si será tu hijo, será igual de malvado que tú.

– Uriel-llamo al rubio- Me gustaría que tu hijo sea quien tenga el corazón de mi hija. Abaddona- ahora se dirigió al pelinegro- También me gustaría que tu hijo sea quien también tenga el corazón de mi hija.

Ambos hombres se miran confundido, no logran entender lo que la mujer queria decir.

– Que es lo que tratas de decir mi bellezza, ¿Podrías de explicar lo que tu corazón quiere dar a entender?- pregunta Uriel.

– Lo que trato de decir es que, sus hijos tendrán el amor de mi hija. Solo queda en sus hijos, si quieren pasar toda su eternidad compartiéndola.

Uriel y Abaddona estrecharon sus manos en significado de que aceptaban que sus hijos, serían los que se protegerían el corazón de la joven hija de su querida amada. Pero lo que no sabia ella es que darían a entender sus hijos que nunca la compartirían, solo uno se quedaría con el amor de la bella muchacha.

Bellezza, mi hijo será un digno candidato para su hija- luego la besa en forma de despedida.

Pulizia, no dude de mi hijo, el será quien elegirá tu hija.- luego repite lo que hizo Uriel.

Ambos partieron a sus hogares dejando sola a Ámbar mirando el horizonte, Marcus, sale entre los arbustos luego de presenciar toda la charla que tuvo con ambos hombres. La abraza y besa a Ámbar antes de hablar.

– Será hermosa como su madre, eso no cabe duda.

– Y con el espíritu de su padre. El de toda una guerrera.

– ¿Como te gustaría que se llamase?- pregunta Marcus.

– ¿Te gustaría visitar el pueblo de Poega?

– Un maravilloso nombre, amore.



Capitulo 1; Esas criaturas


– Peyton mi vida, despierta.- mi madre me destapa la cabeza mientras me da un sonoro beso en mi cabello.

– Mm. ¿Porque tendría que hacerlo?- decido ignorar a mi madre, tapándome la cabeza con mi frazada.

– Tienes que terminar de empacar tus cosas. Mañana temprano partiremos.

Se va dejándome sola en la habitación, que está media vacía. Lo único que tiene es la cama y los armarios sin ropa. Me incorporo con pesadez de mi cama, no debí de quedarme hasta tarde anoche viendo mi serie favorita de ángeles y demonio.

Miró mi reloj, que se encuentra en mi mesita de luz y son ¡¿LAS 6:00?! Y yo creyendo que era las 9:00 de la mañana, solo hay un culpable para que mi madre me despierte a esta hora.

– ¿Creíste que por ser nuestro último día aquí, te librarías de mi entrenamiento? Pues te equivocas.- oh mi maravilloso padre Marcus Moore, un gran guerrero por así decirlo- Te daré 30 minutos para que bajes a desayunar y hacer el entrenamiento mi pavo real.- se marcha, dejándome sola bufando como una vaca en mi cama.

Me dirijo al baño, me observo por el espejo del lavado y puedo ver mis ojeras, aunque no son tan graves, solo son un poco oscuras. Tomo mi cepillo, le coloco la pasta dental y me empiezo a lavar mis dientes, cuando estoy por terminar, distingo dos figuras de tras mío, me ahogo con el propio cepillo, por inercia me doy vuelta y no veo nada y a nadie. Creo que tengo que dejar de ver esa serie donde todos los personajes aparecen así por qué si, detrás de uno. Termino maldiciendo por los aires, porque me vuelvo loca por la falta de sueño.

Al terminar, bajo hacia la cocina donde están mis padres desayunado muy felices, mamá desayuna un té verde con unas galletas de semillas, mietras mi padre unas frutas en rodajas, junto a su lado tiene un plato que contiene lo mismo que el suyo, obviamente ese es mío.

– Desayuna y luego ve a trotar para tu entrenamiento.- habla mi padre.

Solo asiento y me dispongo a desayunar las variantes frutas que se encuentran mi plato; banana, frutillas, arándanos, kiwi, durazno y manzanas, son fuentes de buenas vitaminas y minerales según mi padre y para mí, son fuente de puro azúcar natural.

***

Le eh dado ya cinco vueltas a mi casa, estoy tan agotada, no es que mi casa fuese tan grande, solo que la falta de sueño me perjudica en estos casos, yo sé dar diez vueltas sin el solo pensamiento de que estoy cansada. Llego donde está mi padre con algo que está cubierto por una manta fina de color rojo escarlata, cuando me ve en que estado me encuentro, solo niega con una sonrisa de boca cerrada.

– Creo que nuetro horario de dormir era a las 10:00 pm y no a las 02:00 AM. ¿Por qué fue está vez mi pavo real?

– Es… Que… Creí… Que… Como…. Nos mudariamos…. En dos…. días no…. me harías… hacer esto.- me da una cara de obviedad al 100%

– Sabes perfectamente que nunca lo vamos cortar, es una disiplina para que seas fuerte y puedas protegerte si algo te sucediera. Además ese no es el motivo de tu desvelo, dime la verdad Peyton.

Mientras trato de recomponer mi respiración, lo miro a los ojos.- Una serie….. De ángeles y demonios.

Suelta carcajadas por lo que acabo de decir ¿Dije algo gracioso o que?

– De verdad crees en esas criaturas. Ellos no existen.

– No se si existe o no, pero déjame disfrutar de los lindos protagonista de mi serie.- mi atención ahora está en lo que está escondido debajo de la tela.- ¿Que hay debajo de la tela Moore?- señalo el objeto que quiero descubrir.

– Deberías dejar de llamarme por mi apellido cuando estás enojada…. Y con lo que hay debajo de la tela, es nada más ni nada menos que una espada.- saca tan preciado objeto, es muy brillante y de un filo muy importante.- Es un legado familiar, era de mi madre. Cuando tengas un hijo se lo herederas y este así cuando tenga una hija, así es como va la cosa con la espada Corazón.

Me la ofrece, mientras que la acepto gustosamente, tiene algo de peso, pero no me es problema manejarla. Doy unos cuando movimientos con la espada y ya siento que me encariñé con ella, no es que sea exelente espadachín pero mi amado padre creyó correcto enseñarme a los 12 años, como usar una y no como usar un celular. Aún recuerdo que empezé con una de madera, pasando así por una de hierro hasta la que tengo hoy entre mis manos.

Luego de practicar con el preciado legado familiar, mi padre me libero del entrenamiento, como alrededor de las 9:00 de la mañana. Así que tomaré un baño para sacar el sudor y el sueño que aún tengo acumulado.

***

Me encuentro acomodando algunos recuerdos de mi infancia, no tenía muchos amigos que extrañaré, solo a una niña molesta que siempre me hablaba solo con la excusa para venir a mi casa a comer las delicias que hacia mi mamá. Isabella se puso a llorar como madalena, cuando supo que me mudaria o mejor dicho, que mi madre también se mudaria, ya que ella solo me usaba para llegar a mi mamá y sus incontables delicias de pasteles.

Al tener 15 años, Isabella me molestaba mucho cuando le conté que me gustaba Ethan Johnson, un lindo rubio a decir verdad, que al año de gustarme, fui ¿Como decirlo? ¿Queda bien decir su novia? digo nunca le pidió a mi padre mi mano y cuando lo supo, lo único que dijo era que le caía bien, si, suena muy bien normal y común, pero la parte graciosa es que a la hora de conocerlo, lo salio a correr con una escopeta, cosa que nunca más Ethan se me acercase a hablarme, cosa que nunca más se acerco, me tenía miedo, pero fue muy caballero a no decir lo que sucedió.

El nuevo pueblo, donde vamos a mudarnos, es donde mis padres Ámbar Miller y Marcus Moore, se conocieron. Se enamoraron en la primavera de 1994, ellos se casaron dos años después y luego de estar casados cuatros años, llegue yo, la mimada o como mayormente me llaman, pavo real, ya que Peyton, significa pueblo del pavo real o pueblo de Poega. Mis abuelos reciden también allí, además de la hermana de mi padre, Madison Moore con su esposo e hijo. Mateo Lawsan, mi primo es unos meses mayor que yo, también ira al último años y me dijo que me acompañaría en todo el lapso de adaptación, cosa que no necesito pero no le llevaré la contra, ambos somos hijos únicos y nos queremos como hermanos gemelos.

Termino de acomodar los últimos adornos de vidrio de mi madre, en una caja para luego marcharme a estar un rato recostada en mi cama escuchando música. Subo las escaleras y paso justo por la habitación de mis padres que queda a dos de la mía, acerco mi oído a la puerta. GRAVE ERROR. Se escuchaban gemidos de ambos, asqueada me voy lo mas rápido a mi habitación y a ponerme los auriculares y escuchar música a alto volumen. Buscando entre las sabanas de mi camas mi celular, se escucha un sonido seco detrás mío, quedo en shock unos segundos para luego darme vuelta para enfrentar a un joven de unos 18 años.

Es alto, su cabello rubio esta un poco crecido, sus ojos son de un hermoso color cielo, va vestido muy formal, con una camisa blanca, un pantalón negro y un saco de color azul marino. Y lo único que me viene en mente de tan solo verlo así, es preguntar ¿Quién carajos es?

– ¿Quién eres y como entraste a mi habitación?

– Permite presentarme, soy Haniel Curtis.- hace una reverencia para luego besar mi mano.

Le quito la maro rápidamente.- Aún no me has dicho como has llegado hasta mi habitación.

– Es cierto mi querido Haniel, como es que has entrado en la habitación de una dama.

Me doy vuelta para observar la tercera persona que se encuentra en mi puta habitación. Este también es alto, de cabello negro y ojos café claro. Está vestido con una camiseta negra, al igual que su pantalón jean y chaqueta de cuero. Su aura grita peligro al contrario de Haniel, que muestra seguridad.

– Ahora me pregunto, ¿Quien eres y como diablos llegaste hasta aquí?

– Dejemos las formalidades, me llamo Agramon Hoffman. Pero no te diré cómo llegue aquí. Te dejaré que lo decifres tú solita…. Pulizia

Cierro mis ojos con fuerza, mietras niego en mi cabeza que esto no es cierto ¿Qué estoy alucinando?

~ Duerme ocho horas y no alucinaras- habla mi conciencia.

Al no escuchar ni un ruidos más, me decido por abrirlos y corroborar que no hay nadie en la habitación. Es la misma situación que tuve en el baño hoy temprano.

Me coloco mis auriculares, y pongo música electrónica, mientras siento como mis párpados se ponen pesado, hasta que los brazos de Morfeo me recibe.

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