El cartel invade el otro mundo

– Lo siento Rojo, ordenes del patron.

Bang, bang, bang, bang…

Todo se volvio borroso, un fuerte pitido se encuchaba dentro de mi cabeza,  mi cuerpo me pesaba, mi piernas sedieron, inclinado sobre un charco de mi propia sangre, no es sorpresa que la muerte es algo comun en mi trabajo y que tanto rivales como autoridades quieren mi cabeza y pensar que seria mi propia bando me traicionara, los tiempos de leyendas, haza;as y honor que se cantaban en los corridos o en las peliculas de anta;o sobre la cultura narco ya son pura fantasia. Hermano vendiendo a sus hermanos solo por dinero y poder… No me puedo quejar, tambien hice cosas horribles a mis enemigos como dice el texto sagrado: a hierro mata a hierro muere. solo tengo una duda.

– Porque? 

– Por ser muy efectivo en tu trabajo, que hasta el patron te tiene miedo y los gringos prometiron no molestarnos un tiempo si entregamos tu cabeza, ya sabes al cliente ahy que complacerlo. Hey Chui trae el machete!

Un tipo gordo nada agraciado se acercaba mi con un machete en mano, me toma del cabello con fuerza con tal exponer mi cuello y yo con toda mi voluntad le apu’ale el estomago con un cuchillo escondido en mi camisa el callo como un costal de papas, al ver caer a su compa;ero todos empezaron a descargar sus armas, yo me cubri con el cuerpo del gordo, bloqueo solo los calibres peque;os pero los medianos alcanzon al golpearme, ahora si me habia llegado el momento, varios tipos se acercaron para remartar y tomar mi cabeza, eso es lo que queria y con una sonrisa en mi cara.

– Dudo mucho que cumplas con tu trabajo.

Habia tomado una granada de fragmentacion del gordo Chui y la puse cerca de mi cabeza, ya habia retirado el anillo de seguridad, me dirverti ver la cara de sorpresa y horror que pusieron los pobres diablos que me iban a acompa;ar al infierno y de repente todo fue un fuerte resplandor y despues oscuridad total.